Es importante para cualquier movimiento social, auto reflexionar y someterse a crítica constantemente, en especial cuando es un movimiento transnacional como el LGBTI. Una perspectiva para realizar dicho ejercicio es someterse al pensamiento descolonial, el cual es relevante para aquellos países del sur global.

Desde la perspectiva descolonial se puede criticar el discurso de que una sociedad es moderna o atrasada en relación al respeto de los derechos humanos de las personas LGBTI. Dicho discurso de llamar de no civilizado a un Estado es reproducido por activistas del movimiento LGBTI del sur al reclamar ante violaciones a los derechos humanos de las personas de este colectivo en su país de origen u otro localizado al sur.

Estas reclamaciones se concentran en realizar comparaciones en las cuales se etiqueta al Estado/Sociedad que no cumple con sus obligaciones internacionales como pobremente desarrollado, culturalmente atrasado, no civilizado, bárbaro o salvaje.

Este fenómeno ha sido criticado hace algunos años por la filósofa Judith Butler (2015), la cual expone que la cuestión sobre las libertades sexuales ha sido enmarcada dentro de una discusión sobre ¿en qué tiempo estamos?, y que a partir de entenderse el progreso o la modernidad de una sociedad por su tolerancia a libertades sexuales, otras sociedades son vistas como pre modernas o atrasadas, lo cual es visto por ella como una concepción hegemónica para favorecer a las sociedades Europeas, y que dicho pensamiento ha sido utilizado como un instrumento de intolerancia racial y xenofóbica.

La aportación de Butler es importante y va de la mano de un análisis desde una perspectiva descolonial desde la que se puede exponer que la concepción hegemónica de que hay sociedades con mayor desarrollo cultural y social, y a la vez más civilizadas en cuanto otras por su respeto a los derechos humanos de las personas LGBTI, es un discurso problemático y hace parte de un pensamiento colonial.

Según la destacada filosofa argentina, María Lugones (2008) apoyada en las investigaciones de Paula Gunn Allen (1986) y  Oyèrónkẹ́ Oyěwùmí expone que la dominación colonial europea impuso el binarismo de hombre/mujer como polos opuestos y así también trajo consigo la heterosexualidad obligatoria, que condena la sexualidad no procreativa y aquella que no se enmarque dentro del binarismo de género. Por lo que tanto el género como la heterosexualidad son productos del sistema de género moderno/ colonial europeo, impuesto para promover el proyecto capitalista de la época.

A la vez Lugones (2008) comprueba que antes de la dominación colonial las relaciones afectivas y sexuales entre personas del mismo sexo eran valoradas en ceremonias y rituales de sociedades en las américas, y que fueron los misioneros y los gobernadores coloniales que destruyeron estas costumbres basados en que eran una ofensa a sus normas europeas (CONNELL, 2016).

Partiendo de lo anterior podemos concluir que los prejuicios que se mantienen hoy en día contra las personas LGBTI tienen raíz colonial en el mundo contemporáneo, por lo que resulta incoherente pensar que el respeto a la diversidad sexual sea una nueva política progresista que nace en los países europeos (‘’civilizados y culturalmente desarrollados’’), cuando dicha política ya se aplicaba en algunas de las civilizaciones del sur antes de la colonización. 

Por lo que un movimiento LGBTI del Sur debe desterrar de las mentes de sus activistas y poblaciones de trabajo el discurso y pensamiento colonial, a la vez debe buscar soluciones y apoyarse en el discurso descolonial, anti colonial y anti imperialista enfatizando que la homofobia y la opresión del género en sus países son rastros de los sistemas de dominación heredados que deben enfrentar, superar y eliminar.

Referencias

ALLEN, P. G. The Sacred Hoop. Recovering the Feminine in American Indian Traditions. Beacon Press, Boston, 1986.

BUTLER, J. Quadros de Guerra; quando a vida e passivel de luto? 1a Ed. ed. Rio de Janeiro: Civilizacao Brasileira, 2015.

LUGONES, M. Colonialidad y Género. Tabula Rasa, Bogota,  Julio 2008.