Vayamos al Mata-Burros y definamos:
- Crisis: es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución.
- Coyuntura: al conjunto de circunstancias, hechos importantes o históricos, contingentes y cambiantes que determinan una situación.
- Situación: Conjunto de las realidades o circunstancias que se producen en un momento determinado.
En otras palabras, para poder hablar de una crisis judicial tienen que darse los siguientes factores:
- Que haya un cambio de un conjunto de circunstancias y,
- Que esto ocurra en un momento determinado.
Nuestra justicia ha permanecido corrompida desde hace muchos años, en unos momentos más que en otros, pero en el más vergonzoso estado de descomposición y, si en algunas circunstancias ha estado menos descompuesta que en otras, nunca ha estado tan compuesta como para ser una herramienta que mínimamente colabore en contra de la impunidad y la erradicación de la corrupción administrativa.
Hoy no podemos permitir que se nos diga que hay una “crisis judicial”, aunque sí sabemos y compartimos la idea de que hay que adecentarla, hay que mejorarla e incluso hacer cambios de jueces y de la propia estructura organizacional de nuestra justicia, en especial en la forma en que se escogen los jueces de las altas cortes, de tal forma, que esto no pueda representar una salvaguarda de la impunidad de nuestros gobernantes.
Ya fuimos testigo de hasta dónde llega la ambición de poder de las actuales autoridades, que fueron capaces de lograr un cambio de la constitución, cuando a todas luces no contaban, en las cámaras legislativas, con los votos necesarios para hacerlo y en unos pocos días, no sabemos con cuales argumentos, lograron muchos más votos de los necesarios. Al mismo tiempo lograron, a lo interno de su partido, que eligieran a Danilo Medina como candidato oficial sin la convención correspondiente y bajo el más asombroso atropello de sus compañeros de partido, en especial el atropello al propio presidente del PLD.
Actualmente vemos que el procurador Dominguez Brito expresó que el descargo del senador Félix Bautista y otros casos, obligan a una nueva y profunda reforma en el sistema judicial. Pero también vemos como estallan denuncias de corrupción administrativa en diferentes Direcciones y Ministerios de este gobierno y, su Procuraduría, que es la facultada legal para ejecutar gestiones y diligencias legales en nombre del pueblo, no hace ningún sometimiento.
¿Será porque temen de esta justicia que no fue elegida por este gobierno?…
¿Será que esta justicia sí es capaz de sancionar a los, aun presuntos, corruptos de este gobierno?…
No puedo dejar de referirme al discurso del diplomático norteamericano ante la Cámara Americana de Comercio, en el que calificó a la corrupción como el cáncer que retrasa el crecimiento, afecta el comercio e impide la aplicación justa de la ley en la República Dominicana, con el que coincidimos, aunque no estamos de acuerdo con que él, en su calidad de diplomático, se inmiscuya en asuntos internos; aunque tampoco consideramos este discurso como un acto de injerencia, mientras no pase de ser un discurso.
Malo no es quien señala las inconductas de un pueblo, sino quien la comete y, en el caso de la corrupción que señala el embajador: Los malos son quienes nos han gobernado en los últimos años, que presuntamente han cometido actos de corrupción y se mantienen en la más absoluta impunidad.
Por esto es que nos llama mucho a preocupación, que próximo al término de un periodo gubernamental y en medio de una campaña, en la que la popularidad del presidente Medina ha venido disminuyendo significativamente, se quiera pretender hacer una nueva y profunda reforma en el sistema judicial y que todo este ruido de la mal llamada “crisis judicial”, no sea más que una cortina de humo, que permita un: “quítate tú, pa ponerme yo”.
Una cortina de humo que permita quitar a los jueces escogidos por los PLDeistas de Leonel Fernández y poner a los jueces de los PLDedeistas de este gobierno, a los fines de lograr su propia salvaguarda.