“Todos éramos humanos hasta que la raza nos desconectó, la religión nos separó, la política nos dividió y el dinero nos clasificó”. Anónimo

Dos grandes temas ocupan la opinión internacional: la corrupción y las crisis migratorias. Sobre el primer tema no abundaré en este momento.

Quiero cifrar el interés en el tema migratorio a raíz de la foto del niño Sirio-Kurdo Aylan Kurdi quien perdió la vida intentando llegar a Turquía y que ha dado la vuelta al mundo. Nunca estuve de acuerdo con que la foto se divulgara, pero ya se hizo.

Recientemente Venezuela comenzó a deportar colombianos hacia su país de origen y el Presidente de Colombia ha tildado el hecho como una crisis humanitaria. El mismo concepto utilizó el presidente haitiano en el momento que se decidió que los haitianos que no hayan cumplido con las formalidades requeridas en el Plan de regularización serían deportados a su país.

También la canciller alemana Ángel Merkel tildó de crisis humanitaria el drama humano que están viviendo países en guerra que emigran hacia otros países, sobretodo europeos, buscando asilo. Afirmó que su país ha acogido a más de 800 mil y solicitaba a Estados Unidos asumir un papel más protagónico en acoger a personas desplazadas sobretodo de Siria.

Creo que eso llamado crisis humanitaria es consecuencia, no causa. Hay una primera crisis humanitaria que es la falta de amor al prójimo, la desconsideración del ser humano, una crisis producida por la ambición de los países más desarrollado de querer dominar el mundo y controlar las riquezas de los demás. Es crisis humanitaria porque en ellos lo humano se le ha ido de la piel.

En nombre de un humanismo distorsionado los países ricos declaran guerras y mantienen en la peor incertidumbre a pueblos enteros que deben vivir con el miedo anidado en sus corazones y la ansiedad de vida que debe generarse en una persona ante la inquietud de levantarse cada mañana sin saber si la próxima víctima que cobrará la guerra será su persona o algún familiar,

No sé si el filósofo Thomas Hobbes, cuando escribió el Leviatán, tenía plena conciencia de cuán acertada sería su sentencia de que “el hombre es un lobo para el otro hombre”. En esa expresión radica la primera crisis humanitaria, esa que nos conlleva a la ambición, la codicia, el egoísmo, el engaño, la maldad, la corrupción. Y me alegra que las personas que buscan desplazarse de esos países en guerra quieran hacerlo hacia los mismos países que les han hecho la vida la imposible al ocasionarles una crisis humanitaria.

La crisis humanitaria de los países desarrollados que declaran guerras y quieren controlarlo todo han sabido muy bien llevar la tristeza y el enojo, pues ahora que se chupen el cajuil de tener que recibir millones de migrantes que no soportan la situación en sus países y en los que incluyo a los haitianos quienes también deberían buscar la migración hacia esos países.

La crisis humanitaria que se vive es la consecuencia de esa otra crisis humanitaria. No soy pesimista, pero siento que estas crisis irán en aumento en la medida que se siga acrecentando el odio de Oriente contra Occidente por esa fea intención que tiene Occidente de querer imponer sus valores, sus preceptos y de procurar dominarlo todo, en esto radican las crisis humanitarias.

Una frase del escritor mozambiqueño  Mia Couto es el mejor colofón “Han llenado la tierra de fronteras, subieron el cielo de banderas, pero solo hay dos naciones: la de los vivos y la de los muertos”. Y las dos pasan por crisis humanitaria.