El desayuno escolar es uno de los principales pilares del sistema educativo dominicano porque se supone que debe suplir las deficiencias alimentarias de niños y niñas que viven en condiciones de pobreza y que asisten a los centros educativos de educación básica.

La crisis que ha mostrado el desayuno escolar en los últimos años ha ido en ascenso. Los escándalos con respecto a las intoxicaciones de niños y niñas han generado mucha preocupación aún cuando muchas intoxicaciones no son reportadas por padres y madres en muchos centros educativos como hemos podido constatar en trabajos de campo que hemos realizado en los últimos meses.

El desayuno escolar ha dejado de ser un atractivo para la población infantil y se ha convertido en un elemento que genera incertidumbre e inseguridad en niños y niñas. Muchos niños y niñas nos cuentan que se sienten muy inseguros cuando reciben los pequeños envases de leche porque no saben que les puede pasar si ingieren el líquido.

La continua ocurrencia de leches dañadas ( que insisto no todas son reportadas) ha generado que niños y niñas creen estrategias para verificar ellos mismos si la leche está dañada antes de ingerirla. En una escuela de Bánica un niño me contó:

"Cuando yo recibo la leche me da apuro porque creo que va a salir dañada, porque sale mucha dañada, así que lo que yo hago es que echo un chín de leche en el suelo antes de bebermela y si la leche hace bolitas es porque está dañada, si corre en la tierra es porque sirve"

Los problemas que se muestran en el desayuno escolar son el reflejo de la crisis existente en el sistema educativo. El sistema educativo dominicano se ha ido deteriorando porque ha dejado de ser un sistema con cierto nivel de descentralización para convertirse en una estructura totalmente centralizada.

El desayuno escolar se creó con una estructura de supervisión y gestión pensada en forma descentralizada donde los distritos educativos tenían que darle seguimiento y supervisión al desayuno en los centros educativos en coordinación con los comités de supervisión del desayuno formado por las asociaciones de padres y madres de las escuelas. Este proceso de supervisión y seguimiento tenía su seguimiento desde la Dirección General de Bienestar Estudiantil que ha perdido también su vínculo con el desayuno escolar.

El buen funcionamiento del programa  de Desayuno escolar depende de una gestión efectiva del mismo y sobre todo de una gestión descentralizada donde participen las estructuras existentes en el sistema educativo como son: distritos, regionales y la dirección de Bienestar Estudiantil con un monitoreo y control continuo del desayuno.

Otro elemento que hay que destacar en el desayuno escolar es el tipo de alimentos que predomina en el programa que es la leche y el pan. Estos alimentos fueron cuestionados por la evaluación citada porque no proveían los micronutrientes requeridos para la población beneficiaria y se sugiere que los alimentos cocidos ( que no presentaban problemas de intoxicación) se extiendan con el programa PAE Real.

En el momento en que el desayuno escolar pueda ser un programa pensado con la participación de las comunidades donde los alimentos se obtengan en las mismas comunidades y se preparen en ellas, el desayuno escolar puede ser un programa efectivo.

Un desayuno que fortalezca la producción agropecuaria local con una supervisión y monitoreo continuo de los técnicos distritales y la comunidad puede ser más efectivo.

Los padres y las madres solos no pueden supervisar el desayuno porque no tienen poder para enfrentar las deficiencias que puedan aparecer y no forman parte de la estructura del sistema para denunciar los males que se presentan, más aún cuando la mayoría de las asociaciones de padres y madres no funcionan o están penetradas por la dirigencia política del partido oficial.