Las criptomonedas son monedas acuñadas de forma electrónica a partir de procedimientos de cifrado (criptografía) que garantizan la seguridad e integridad de sus transacciones y derechos de propiedad.

Al 18 de febrero 2018 se tienen contabilizadas unas 1,545 monedas virtuales, de las cuales El Bitcoin es la más emblemática y conocida. Entre todas tienen un Valor de Mercado (Market Value) de unos US$$488,389,956,765, un monto cercano al PIB de Suecia, unas seis economías de la República Dominicana.

La primera criptomoneda fue el bitcoin, la cual fue puesta en operación en enero del 2009 conjuntamente con la red Bitcoin (con mayúscula) desarrollada bajo la tecnología blockchain, teniendo como plataforma a Internet. Previamente hubo algunas iniciativas de dinero virtual que no progresaron suficientemente. 

El bitcoin surgió como una moneda independiente y descentralizada, no perteneciente a ninguna institución o persona y sin ser definida como soberana o de curso legal en ningún territorio.

Permite realizar operaciones entre dos direcciones o usuarios (peer to peer). Las direcciones son públicas pero anónimas al mismo tiempo, ya que las referencias del propietario(a) se encuentran encriptadas. Cada usuario tiene una dirección pública para recibir monedas y otra privada para pagar, transferir, convertir o retirar.

El diseño Bitcoin ha sido reconocido como brillante e ingenioso, una obra de arte de ingeniería de sistema que Bill Gates calificó como “una hazaña tecnológica”.

Ese diseño se atribuye a la figura mítica de Satoshi Nakamoto, nombre que parece ser el seudónimo de uno o más responsables del proyecto, bajo cuya titularidad se registró también el dominio Bitcoin.org en agosto 2008 y publicó el famoso (white paper) artículo “Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System”, donde en octubre de ese mismo año se describió la moneda virtual y  su protocolo.

En enero 2009 Nakamoto minó los primeros bitcoins y se realizó la primera transacción. En octubre de ese año se efectuó la primera compra de bitcoin con dólares estadounidenses.

En el 2010 Satoshi Nakamoto transfirió responsabilidades al desarrollador Bitcoiner, Garvin Andresen, para luego desaparecer sin dejar rastros.

Es importante tener en cuenta que el bitcoin surgió en un terreno fértil para iniciativas financieras novedosas, en momento en que se hacían evidentes los estragos de la crisis del 2008, con problemas y quiebras en la banca y mercados de valores, así como con dificultades de liquidez y confianza del sistema en su conjunto.

Pero aún más misterioso que la identidad del “padre del bitcoin”, es el verdadero propósito de su creación. Diversas y variadas conjeturas se han lanzado al respecto, pero ninguna ha sido efectivamente demostrada.

Una de ellas plantea que es un globo de ensayo, un proyecto piloto o una experiencia de sensibilización y creación de cultura, promocionada por la plutocracia planetaria para el establecimiento de una o varias monedas mundiales que sustituirían el dinero físico por el electrónico.

Esa plutocracia la integra un pequeñísimo grupo transnacional sumamente rico y poderoso, que está por encima del FMI, del Banco Mundial, de la OCDE, del G-7 o el G-20, de países como Estados Unidos, China o Rusia, de bloques como la Unión Europea o el BRICS, de personas como Donald Trump, Putin, Xi Jinping, Christine Lagarde, Bill Gates, Warren Buffet, la familia Walton o Mark Zuckerberg y de negocios como Apple, Amazon, Alí Babá, las casas farmacéuticas o las empresas automovilísticas.

Nos referimos a los verdaderos dueños del mundo, a quienes realmente manejan y dirigen el planeta imponiendo su impronta de convicciones e intereses en muchos acontecimientos mundiales.

Quienes apoyan esa conjetura muestran como una evidencia de la misma, la publicación de la revista The Economist dedicada al 1988, la cual predecía para el 2018 la existencia de una moneda mundial, el fénix. Esta prestigiosa revista tiene fama de incluir mensajes ocultos en las ediciones que dedica a cada año que inicia.

The Economist es propiedad de un conjunto de empresas y empresarios donde se encuentran los Rothschild, Agnelli, Schroder y Layton. La familia Rothschild es parte del poderoso grupo Bilderberg y junto a los Astor, DuPont, Morgan y Rockefeller es parte fundamental de la élite mencionada.

Pero independientemente de la veracidad de estas teorías conspiranoícas, lo cierto es que es muy difícil que el bitcoin, y otras criptomonedas, hayan surgido y expandido sin contar con el impulso, la anuencia o tolerancia de esos grupos con poder y recursos para abortarlas, restringirlas o erradicarlas.

Al margen de las especulaciones anteriores, las primeras sugerencias de dinero electrónico se registran en grupos de ideas libertarias y anarquistas vinculados a la programación y el desarrollo tecnológico.

En 1998, alguien llamado Wei Dai, hizo una publicación muy comentada en el grupo de correo Ciberpunk, donde afirmaba que en una cripto-anarquía, el gobierno “no es eliminado, pero es incapaz de imponerse” y donde “la amenaza de la violencia resulta impotente, dado que no es posible ejercerla sobre miembros de una comunidad que no pueden ser identificados en contra de su voluntad”.

Haciendo referencia a una comunidad interconectada y vinculada a través del dinero como hilo articulador de la misma, añadió: “Hasta ahora no está claro, ni siquiera en teoría, cómo podría funcionar semejante comunidad. Una comunidad se define por el nivel de cooperación entre sus miembros, y para que esa cooperación sea eficiente, es necesario contar con un medio de intercambio (dinero) y determinar la manera en que se harán cumplir los contratos”.

Desde los años 70 se había estado utilizando el término criptoeconomía, para referirse a una situación “donde los individuos son responsables del manejo de sus cuentas y de verificar sus transacciones, donde además no existe regulación de ninguna entidad centralizada como bancos o gobiernos”.

El dinero digital fue contemplado inicialmente por esos grupos para uso en comunidades de iguales, lo cual ha sido trascendido y desbordado por la realidad de las criptomonedas. Aunque particularmente el bitcoin continúa siendo un símbolo del combate contra el establishment por parte de comunidades criptopunks y criptoanarquistas.

Miembros de esas comunidades trabajan para migrar las luchas desde el terreno analógico al digital. Promueven mayores libertades a partir de la elusión de controles y mediante el desarrollo de herramientas criptográficas en sistemas informáticos abiertos.

Muchos integrantes de esos grupos consideraban Internet como un espacio alternativo de información e interacción dialógica que no sería capturado por el propio sistema, tal y como ha sucedido finalmente, aunque mantenga fisuras que posibiliten lo diferente y contenga una Deep Web con muy bajo control y donde habita cualquier cosa.

Realmente Internet no ha resultado ser el campo utópico que soñaron los criptopunks y ha terminado siendo muy similar a los medios tradicionales de comunicación.

Sin dejar de reconocerle mérito en términos de comunicación y fuente de información, es uno más de los instrumentos de control y domesticación social que favorece la conformación de seres humanos estandarizados, siendo también una importante fuente de dependencia, adicción y adormecimiento que contribuye a fragmentar y debilitar la atención.

Similar a lo que sucedió en nuestro país durante “los doce años”, cuando se permitió que la resistencia y las protestas contra el régimen se manifestaran principalmente en el entorno de la UASD, y no en las calles, los poderes actuales permiten que las iniciativas contestatarias se concentren en el territorio virtual de la Red, donde se monitorean y vigilan fácilmente en una especie de panóptico ideal. Todo sucediendo bajo un ejercicio ilusorio de libertad y esfuerzos “alternativos” de baja eficacia y poco impacto transformador.

El activista criptopunk Julián Assange ha referido, en comentario que consideramos extremo y exagerado, que "Internet, nuestro mayor instrumento de emancipación, ha sido transformado en la mayor herramienta de totalitarismo que hayamos visto. Internet es una amenaza para la civilización humana".

Todo lo que normalmente sucede en internet es rastreable y de alta trazabilidad, pudiéndose identificar fuentes y destinos, salvo en los casos donde se usa criptografía y algoritmos cifrados, de ahí la esperanza puesta por esos grupos en estos temas y su creencia en la democratización del lenguaje de programación y la expansión del software y hardware libre.

Revelaciones como la del ex-empleado de la CIA Edward Snowden, sobre el Programa de Espionaje Internacional (PRISM) de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA), exacerbaron y dieron combustible a esos grupos al mostrar con pruebas fehacientes el nivel de intervención y control en las comunicaciones en todo el mundo.

Con las criptomonedas se ha dado una situación que avala aquella expresión de que “los extremos se juntan”, ya que en su defensa coinciden los grupos previamente mencionados, con grupos de liberales y ultraconservadores al estilo “Tea Party”, que abogan por un estado lo más pequeño y menos interventor posible, y un sector privado con mayor libertad e iniciativa.

En la parte final de este artículo presentamos ventajas y atractivos, así como desventajas e inconvenientes de las criptomonedas, tanto cuando funcionan como activo de inversión y trading (negociar/comercializar), como cuando lo hacen como mecanismo de pago en compras y transferencias. Es relevante referirnos a esos aspectos por la importancia que tienen en la adopción y utilización de las criptomonedas por individuos y sociedad.

Un atractivo como activo de inversión, reside en la posibilidad de obtener grandes rendimientos a corto y mediano plazo en función del crecimiento de sus valores en los mercados. Independientemente de las caídas que experimentan ocasionalmente las criptomonedas, se cotizan con incrementos importantes en relación a sus precios de lanzamiento.

En el caso del trading, el atractivo radica en la perspectiva de conseguir altas rentabilidades aprovechando que el mercado no ha alcanzado una masa crítica significativa que garantice gran estabilidad, y que las fluctuaciones que se manifiestan continuamente permiten operaciones de compra y venta que pueden resultar muy rentables cuando se toman decisiones acertadas.

Como medio de pago las criptomonedas tienen muchas ventajas, algunas de las cuales mencionamos a continuación:

  1. Disminución de los tiempos de las transacciones al ser prácticamente instantáneas. Se reciben en forma inmediata y duran unos 15 minutos en confirmarse. Las transferencias actuales demoran bastante más entre bancos distintos y mucho más cuando son internacionales.
  2. Eliminación de la intermediación y los costos financieros de las transacciones de pagos y reducción significativa de los de inversión, empoderando también al usuario sobre el manejo directo de sus fondos.
  3. Permiten enviar remesas y realizar transferencias internacionales sin intermediario, en forma casi instantánea y a muy bajo costo.
  4. Los comercios se benefician con la eliminación de porcentaje que cobran las instituciones financieras por pagos con tarjetas de crédito/débito, como también de la eliminación del tiempo que tienen que esperar para que esas instituciones les transfieran a sus cuentas luego de las liquidaciones correspondientes, lo que representa oportunidad y economía para los mismos.
  5. Permiten la entrada a los circuitos financieros de personas no bancarizadas y hasta sin documentos de identidad personal, pudiendo comprar, vender, invertir, transferir y enviar y recibir remesas.
  6. Facilitan operaciones de compra y venta de mercancías a sectores marginados no pertenecientes al entramado financiero tradicional.
  7. Hasta ahora las operaciones en criptomonedas están exentas del pago de impuesto, lo que se entiende como una ventaja para los usuarios, pero no para el fisco.
  8. La cantidad de unidades de cada criptomoneda que se va a producir está previamente determinada y es de conocimiento público, así como los criterios y condiciones de creación de nuevas unidades, lo que impide que alguna autoridad o gobierno las emita sin control.
  9. Contribuye con la transparencia al contar con registros únicos para las transacciones que, en la mayoría de los casos, se asientan en un libro público de contabilidad electrónico descentralizado al que todos los usuarios tienen acceso.
  10. Se basan en sistemas criptográficos que garantizan una gran seguridad, no infalible, pero sí extrema. La seguridad ha sido tan efectiva, que desde el 2009 sólo se han presentado dos casos significativos de vulnerabilidad del protocolo Bitcoin, el de emisión 184 mil bitcoins en una sola transacción en agosto 2010 y el de la casa de cambio de bitcoins Mt.Gox en 2014, cuando fueron sustraídos 850,000 bitcoins. En ambas situaciones las irregularidades fueron detectadas y se establecieron los ajustes y medidas correctivas.

Algunos riesgos importantes de las inversiones en estos activos criptográficos son: 

  1. Grandes fluctuaciones a la baja pueden hacer desaparecer las ganancias acumuladas y reducir de forma significativa el valor de las inversiones.
  2. El no contar con autorizaciones oficiales para operar, genera dudas e incertidumbres que afectan los valores de mercado.
  3. Es un mercado muy sensible a comentarios de autoridades del sector financiero y a los anuncios de potenciales medidas que puedan restringirlo o constreñirlo, los cuales tienden a generar fluctuaciones hacia abajo.
  4. Existe riesgo y temor latente de que en cualquier momento se puedan establecer fuertes medidas regulatorias globales o locales que limiten el funcionamiento de estos mercados o la participación de nacionales en los mismos.
  5. El valor de las criptodivisas depende meramente de la oferta y la demanda, lo que proporciona una alta elasticidad frente a las acciones especulativas.
  6. No hay una autoridad monitoreando y gestionando el valor de las criptomonedas, ni se pueden aplicar medidas para incrementar o reducir la cantidad unidades circulando para modular los valores de mercado.
  7. Las criptodivisas son activos de inversión que no tienen garantizado un flujo de efectivo como ocurre con las acciones de empresas, sino que tienen la posibilidad de obtener una renta positiva cuando el valor a que se venda sea superior al de su adquisición. Su gran atractivo es hacer dinero en función de alzas progresivas y fluctuaciones bien manejadas.
  8. Se requiere de un dispositivo con conexión a internet y de una red disponible para los fines, lo que no siempre es posible.
  9. Si se extravía u olvida la clave de seguridad y no se puede acceder a la cuenta, se pierden todos los recursos que se poseen, ya que no hay una instancia dónde reclamar. Es posible que esto se esté solucionando en algunas criptomonedas que, distinto al bitcoin, tiene instancias responsables de las mismas.

Algunas desventajas de las criptomonedas como medios de pago, son:

  1. Sólo una proporción muy baja de los comercios acepta pagos en criptomonedas. Se incrementan con el tiempo, pero todavía son muy pocos.
  2. Las variaciones en el valor de mercado de las criptomonedas modifican continuamente su poder de compra, lo que puede conllevar confusión y malestar al momento de pago.
  3. La no existencia, al menos todavía, de préstamos personales ni empresariales en criptomonedas, restringe la capacidad de consumo y las operaciones de ventas.
  4. Las fluctuaciones continuas del valor de mercado de las criptomonedas dificultan el establecimiento de precios fijos en función de las mismas por parte de los comercios.
  5. La inmensa cantidad de criptomonedas demanda un sistema de convalidación que permita disponer de precios de bienes y servicios en distintas criptomonedas simultáneamente.
  6. Los errores de digitación en pagos o transferencias pueden resultar muy costosos, ya que no hay posibilidad de revertir las transacciones ni de acudir a oficinas físicas o virtuales donde reclamar.