En el día de ayer bien temprano en la noche, recibí con mucha pena y horror un comercial de televisión que promueve un concurso en la forma siguiente: "si te pareces a una de las integrantes de las Muñecas de la Mafia, envía tus datos y fotografía al siguiente correo o dirección y serás la ganadora de…..". Que maldito mensaje está enviando ese medio de comunicación a la familia? Cuáles son los modelos que están promoviendo una parte de la prensa dominicana? Cuando fue la última vez que el mérito obtenido por algún estudiante fue visto en todos los noticiarios de todas las tandas a unanimidad? Iba a responder, pero, ya "se me metió" el alemán en la cabeza otra vez.

Cuando vi y escuché tal aberración, recordé lo establecido en el Artículo 36 de la Ley 50-88 sobre Drogas y Sustancias Controladas en la República Dominicana, que establece lo siguiente: "Se prohíbe cualquier tipo de publicación o programa a través de los medios de comunicación, que contengan estímulos y mensajes subliminales, auditivos, impresos o audiovisuales que tiendan a favorecer el consumo y el tráfico ilícito de drogas y sustancias controladas", sin embargo, lo peor de esto es que en la propia ley no se establece ningún tipo de sanción para quienes incurran en la violación del citado texto legal, y es por ello que también muchos representantes de la denominada música urbana "viven" promoviendo el uso de drogas en sus canciones, apadrinados por varias emisoras de radio sin que "nadie diga nada", y mientras tanto el crimen organizado se "frota la manos con los verdes", ya que la "merca" le está llegando a los jóvenes por "ojo, boca y nariz". Qué pena!

El crimen organizado constituye una gran amenaza a la que se encuentra sometida la sociedad en sentido general, el ignora fronteras y extiende sus mercados en la misma forma que lo hacen las multinacionales, aproximando bienes y servicios "ilegales" a todos sus consumidores, incluso, se igualan a los expertos del mercado, ya que son capaces de identificar con extrema pericia las insuficiencias del lícito comercio, creando necesidades allí donde es preciso incidir sobre el libre juego de oferta y demanda. En ausencia de programas o series que puedan llegar a un público desvalorizado, entran a competir las grandes series del narcotráfico y con estas se elevan las "autoestimas" de los capos en las calles y cárceles que se ven personificados en dichas series, siendo esta una manera de hacerlos sentir "superhéroes", pero, con los "pantaloncillos por dentro".

La proliferación tanto de las series de los capos, reinas y muñecas como de los narcocorridos es tan preocupante, que hace unos días compartía con unos amigos en un lugar decente de la capital, y había un sargento de un organismo que insistió en repetir en más de tres ocasiones el tema "pacas de a kilo". Qué pasaba por la "mente" de ese digno representante de la autoridad cuando escuchaba esa canción una y otra vez sin cesar? Pensaba en su amada o soñaba con estar en la proa de un yate pescando horizontes? Dime niño?

A toda esta promoción del crimen se adhiere el discurso populista de la autoridad que va en el sentido de sólo endurecer las penas, pero, no la prevención del delito. Quiere un derecho penal más vigoroso, aunque resguardado con un velo extenso de tul e impunidad. Desea crear la institución del sicariato con penas más veloces, sin embargo, permite que en un motor de 115 cc, normalmente utilizado para el asesinato por encargo, continúen desplazándose "dos personas armadas y sospechosas", cuando la población en sentido general y la sociedad civil viene exigiendo con sobrada razón que se prohíba la modalidad del pasajero en esos motores, como una forma de bajar los índices y  probabilidades de esta modalidad del crimen.

La pena de todo esto es que no sé si alguien de la prensa, del empresariado o del gobierno hará caso a lo planteado y reclamado por la sociedad, o si algún espadachín intoxicado de populismo querrá nueva vez hacerse el gracioso. No sé si una bala me aguardara en la esquina de mi casa o segara la vida de algún lector. Lo que sí sé es que Dios existe, y que su Voluntad no nos llevará a ningún lugar que su Gracia no nos pueda sostener.