Agradezco al Sr. Borbón sus explicaciones en el artículo del martes. Estoy de viaje y no escribiré la próxima semana; pero tampoco me interesa un debate sobre la existencia o no existencia de Dios. Esto así, porque creo que lo importante y lo que nos define, depende de lo que hacemos con nuestras vidas, no en nuestras creencias o increencias sobre el más allá. Aunque a menudo, las creencias organizadas en religiones pueden malograr nuestras vidas y la de la sociedad. Podemos vernos en el espejo del Medio Oriente del presente, o el cristianismo romano de la Edad Media y la colonización de la América Ibérica.

De su artículo critiqué su reducción del ateísmo a la imbecilidad. Tuve que contestar porque las evidencias son contrarias y en el contexto de la religiosidad dominicana, usted fortalece lo que dice no querer fortalecer. La realidad sobre el ateísmo no puede ser más opuesta. Los científicos cuentan con las proporciones más altas de ateos, agnósticos y escépticos. Muestran también que una proporción menor del 10% son religiosos. No he afirmado que todos los científicos son ateos. Pero además, las estadísticas internacionales de los encuestas del Pew Research Center muestran que los países más religiosos son los que tienen poblaciones con menos niveles de escolarización con la excepción de los Estados Unidos, algo relacionado con su historia que no puedo profundizar aquí.  Aunque la tendencia está cambiando en el presente según la fuente citada. 

Puedo resumir casi todos los 230 artículos de mi blog que incluyen los escritos para Acento, bajo el tema de las consecuencias de la alianza de la Iglesia Católica Romana y el Estado Dominicano; alianza que caractericé como “abrazo perverso” en uno de mis artículos. Y efectos que he investigado en varias áreas: a través de nuestra historia; en nuestras constituciones y leyes que incluyen el Concordato; en la imposición de dogmas católicos y sus consecuencias en el sistema de educación pública; en la injerencia de la Iglesia Católica en el Congreso, el Sistema de Justicia, y las políticas públicas que trastruecan el funcionamiento del estado; en el ocultamiento del Concordato a la población que permite el uso del Tesoro nacional para financiar sueldos del cardenal, obispos, sacerdotes, y sus obras de evangelización; en la protección de la Jerarquía y las autoridades judiciales a curas pederastas y a violadores de menores que salen embarazadas; y en sus efectos de violación de los derechos sexuales y reproductivos de niñas y mujeres, y de personas LGBT; y en la violación a la libertad de conciencia de menores forzándoles a una educación religiosa que integra la religión a las ciencias, humanidades, y demás materias del currículo escolar. Pueden verificarlo en el enlace www.argeliatejada.blogspot.com

En respuesta al articulista que lamenta que el Sr. Borbón solamente se refiriera a mi critica a su artículo, lo lamento. Quiero expresarles que considero los comentarios importantes. Escribo para el público, y todos/as merecen respeto. Pueden verificarlo porque las columnas más recientes de mi blog incluyen los comentarios que la memoria del programa me permite incluir. Comencé a hacerlo cuando el nuevo formato de Acento los borró. Muchos son excelentes y sentí no incluirlos desde el principio. Especialmente agradezco los comentarios y cartas que recibo por correo; particularmente muchas denuncias de las que me hecho eco en los artículos que escribo. Sin la ayuda de los que viven la realidad que denuncio, no puedo ser solidaria. Por último, la vulnerabilidad de los medios electrónicos me han llevado a tomaren serio las sugerencias de muchas personas que me han solicitan publicar los artículos.

Pueden ustedes verificar que solamente en el artículo que le respondo al Sr. Borbón hablo de ateísmo. Para mí ser ateo no es insulto ni absolutismo como pretenden algunos.  Tampoco sifnifica moralidad automática como pretenden otros.  En el siglo XXI ser ateo es signo de tomar en serio a Dios, lo suficiente como para negarlo, o dudarlo. Todos somos ateos de los miles de dioses que la humanidad ha creado, particularmente los dioses del Olimpo romanizados, o los del antiguo Egipto.

En mi caso fue producto de razonar. El razonamiento comenzó con el Vaticano Segundo por lo que veo la Reforma que Francisco quiere reiniciar como algo positivo. El concilio del Vaticano II fue descarrilado por los conservadores antes de terminarse, debido a la muerte de Juan XXIII. También fue producto de los cambios de las congregaciones estadounidenses a que pertenecí, esto así porque sin libertad personal, no es posible hablar de liberación, como pretenden muchas personas que se adhieren a la teología de la liberación latinoamericana mientras niegan los derechos humanos de la mitad de la humanidad. También influyeron los teólogos belgas y holandeses con quienes estudié teología en Ottawa en 1972 y 1973. Allí me convencí que semi-dioses o dioses-hombres son producto de la imaginación. Y por último, pero significativo, agradezco lo que aprendí con los campesinos y mis estudiantes. Cuando un campesino del Cibao me contó entre llantos que su bebé murió por falta de dinero para comprarle leche, dejé de darle gracias a Dios por mis alimentos y privilegiada vida, que me permitía hacer opciones por los pobres.

Por último, he recibido comentarios de que generalizo porque no todos los católicos son iguales. Nunca lo he sugerido. Tampoco he afirmado  que todos los musulmanes, o protestantes sean iguales.  Particularmente los protestantes han avanzado desde la Reforma, permitiendo la interpretación bíblica de cada persona, y la libertad de las diferentes iglesias y congregaciones. Este no es el caso de la iglesia Católica Romana. En el siglo XVI reaccionó con la contra reforma y se convirtió aún más en Iglesia monolítica, monárquica y negadora de derechos que el Concilio Vaticano II de los sesenta intentó reformar.

La máxima autoridad del catolicismo romano tiene la singularidad de ser a la vez cabeza de Estado y de una Iglesia cristiana. Está organizada como la monarquía más absolutista y antigua del planeta. Cuenta con su propias leyes, el derecho canónigo; con una guardia especializada; con su propio banco, correo, sellos, negocios, biblioteca, y el mejor cuerpo diplomático alrededor del planeta.  En su calidad de Estado establece “acuerdos internacionales” para imponer su religión con toda suerte de privilegios. Pueden leerlo en el buscador google escribiendo “Concordato Dominicano”.

Además, la iglesia Católica Romana es la organización política del Occidente  más discriminatoria de la mujer.  Le niega voz y voto en su estructura de poder y no le permite acceso a su ministerio.  En la absoluta división entre lo “sagrado” y lo “profano” la mujer católica no puede ser “sagrada”, aunque dedique su vida a Dios, y al servicio de la iglesia. Se le niegan las acciones “sagradas” por su sexo. Un cura pederasta puede perdonar pecados, traer al mismo Dios a la tierra pronunciando unas palabras “sagradas” y monopolizar el púlpito para predicar al pueblo en nombre del Altísimo. La católica más santa, más virgen, y más dedicada será automáticamente excomulgada si lo intenta. De aquí que los religiosos que se ofenden con mis críticas, deben ofenderse más por lo que hacen sus Jerarquías.  Si no quieren ser identificados con ellas, deben denunciar sus privilegios y no participar de los mismos. ¿Acaso no es esto lo que se espera de musulmanes que no se identifican con acciones terroristas?