Tenemos diferentes tipos de conocimientos, algunos nos sirven específicamente para ejecutar determinadas acciones o relacionarnos con algo o alguien. Otros se relacionan con nuestro tema anterior y son las creencias, vamos a analizarlas y valorarlas.
Nuestros esquemas conceptuales o creencias, predeterminan: la forma en que percibimos la realidad, las emociones que nos causarán los diferentes estímulos, la importancia que les daremos, la decisión de si actuamos o no, e incluso qué haremos. Como ves lo que tú creas es de mucha importancia, porque definirá como vivas.
La forma en que evalúes tu vida pasada, te relaciones con los eventos que hoy tienes ante ti o los que pudieran venir mañana, dependerá en gran medida de tus creencias. Si concibes la vida de forma negativa, es muy difícil tener una existencia positiva.
No es necesario citar algún autor famoso para convencerte de que la humanidad actualmente está agobiada por altos niveles de depresión, estrés y ansiedad. Si consideras que tu existencia no vale la pena, es urgente que analices los conceptos referenciales que has aceptado, porque no te están sirviendo para nada.
No quiere decir que la verdad que has conocido sea falsa, pero seguramente no te enseñaron a interpretarla adecuadamente. Las religiones contribuyen significativamente a conformar nuestros valores referenciales.
A continuación, vamos a revisar algunas ideas centrales del cristianismo, que en gran medida son compartidas por las mayorías de las religiones conocidas, porque por las creencias secundarias es que podríamos matarnos unos con otros, pero en lo esencial habitualmente coincidimos.
En realidad, de una u otra forma todos somos creyentes, es necesario que identifiques el tipo de creencia que rige tu vida. Algo muy importante es que la fe no aparece en nosotros de manera espontánea, es realmente una decisión nuestra mediante la cual aceptamos una creencia.
Casi todos los líderes espirituales y todas las religiones nos han dicho que somos eternos, que si bien asumimos temporalmente las formas que ahora tenemos, podríamos mantener nuestra conciencia cuando caduque nuestro cuerpo animal. Si de verdad creyéramos eso, los anuncios de guerra, terremotos, enfermedades y muertes nos afectarían solamente de forma relativa.
Se te habló de un ser superior, con un conocimiento y un poder que no podemos imaginar. Se te dijo que no es humano, por lo que no necesita un cuerpo como el tuyo, es imposible que puedas dañarlo y aunque te resulta cómodo imaginarlo como si fuera un anciano muy sabio, se parece más a una energía consciente y omnipresente. Te enseñaron que es tu padre, que te creó y siempre supo cómo ibas a ser porque conoce tu futuro, por lo que no puedes sorprenderlo o defraudarlo. Aunque como eres humano, al educarte se te dijo que debes portarte bien para que no se enoje y te condene, pero en realidad él sabe que tus errores son temporales, ya que nunca dejas de evolucionar. No tiene sentido que te haya creado sabiendo que tendrías una condena al sufrimiento eterno, pero te dio el derecho a permanecer en el infierno mientras creas que lo necesites.
También se te ha enseñado que en la medida que das recibes. Que si quieres saber que cosecharás sólo tienes que observar qué estás sembrando.
Los que sólo conocen las escrituras sagradas, entran en pánico cuando escuchan creencias diferentes a las que leyeron, los que convirtieron las escrituras en vida, ya no pierden la serenidad por escuchar teorías o conceptos diferentes.
Algunos se dedican a utilizar las creencias espirituales con intenciones negativas, sin lugar a dudas tendrán la ocasión de lamentarlo amargamente.
Se te ha explicado que quien esté a tu lado, aunque tenga diferente: nacionalidad, color de piel, nivel socioeconómico, creencias, idioma, valores morales, etc., es tu hermano, pero todavía no lo crees.
Mediante la psicología cognitiva se puede lograr que una persona reestructure los pensamientos que le afecten. Según Aaron Beck, lo más importante no son los acontecimientos de nuestras vidas, sino la forma en que nosotros los interpretemos (el impacto que hagan en nosotros), lo que dependerá de nuestras creencias nucleares o esquemas cognitivos. Extrapolándolo a la colectividad: la humanidad tiene una serie de creencias nucleares que urgentemente necesitan reestructurarse para que enfoquemos la realidad de una forma más resiliente, coherente y conveniente. Por lo antes dicho, es comprensible la importancia de que las personas a las cuales se les confíe algún determinado poder en la sociedad, tengan realmente un excelente equilibrio mental, evitando distorsiones cognitivas y conductuales, que pudieran repercutir en el bienestar de muchos, esto es especialmente importante en países institucionalmente débiles.
Tus creencias pueden transformar el mundo, pero incluso si no lo crees, deberías reconocer que tus creencias por lo menos cambiarán lo que es el mundo para ti.
Es imposible autoengañarnos por más que creamos que podemos. Puedes utilizar parte de tu mente para actuar en contra de tus creencias, pero una parte de ti se rige por ellas, cuando actúas acorde a lo que crees, todas tus potencias se alinean y es tu oportunidad de alcanzar una vida realmente plena.