Vuelve el Banco Central a ofrecer informaciones halagüeñas sobre el crecimiento de la economía dominicana en el primer trimestre del presente año, afirmando que su comportamiento alcanzó un nivel de 5.2% durante el periodo.
Estos datos colocan de nuevo al país ante el dilema de la realidad versus la percepción. Nadie puede negar que estas cifras son autenticas en términos de crecimiento, pero al propio tiempo un gran numero de la población entiende lo contrario con respecto a su nivel de desarrollo humano.
La disparidad encuentra sustento en un informe de la CEPAL que asegura "Republica Dominicana fue el país que más creció en América Latina y el Caribe durante el 2014. No obstante, este desempeño económico no se ha traducido con la misma celeridad en mejoras en la distribución de las riquezas. La inequidades aun persisten, ya que los niveles de pobreza general registrados todavía no superan los del año 2000, indicando que las desigualdades se reducen a un ritmo muy lento."
Ante este estado de cosas y con referencia a la situación económica en los últimos tiempos, se presenta un preocupante panorama de disparidad entre los datos macroeconómicos del Banco Central y el comportamiento real del mercado de consumo.
Desde el punto de vista de la dinámica del mercado se siente una queja de amplios sectores de la población que desde meses atrás vienen manifestando no contar con los recursos necesarios para gastar y suplir sus necesidades más elementales, que puedan justificar el citado nivel de crecimiento del PIB.
Los expertos, economistas y comunicadores del Gobierno, tienen ahora la tarea de conciliar estos datos, con el propósito de modificar la percepción negativa existente en la opinión publica con respecto a la validez de las cifras aportadas por el Banco Central.