Es muy común escuchar la palabra Crecimiento Sostenido cuando hablamos de República Dominicana. Por un lado el crecimiento promedio del PIB en los últimos 10 años ha sido de un 5.6% en términos reales, y luego de la crisis del 2003 – 2004 este indicador se incrementa a 7.5%. Sin embargo, los indicadores que más se relacionan al crecimiento sostenido parecen no ser tan halagadores en nuestro país. Veamos.
Primero lo primero. Qué es crecimiento sostenido? Crecimiento sostenido no se relaciona simplemente a crecer a tasas superiores al 6% durante más de 5 años. La sostenibilidad se relaciona a la capacidad de producción que tiene la economía y los niveles de productividad que le permitan permanecer competitivos frente a los demás países. Siendo así, existen indicadores claves que nos reflejan que quizás debemos comenzar a construir bases más fuertes para poder tener un crecimiento realmente sostenible en el tiempo.
Nuestra tasa de inversión es inferior a la de aquellos países que si muestran un crecimiento sostenible. Durante el período 1998 – 2002 la tasa de inversión se situó entre 25% – 30% del PIB, lo que ha servido de base para el crecimiento de los últimos años, sin embargo dicha tasa ha descendido posterior a la crisis del 2003. En el año 2010 la inversión como porcentaje del PIB fue un 19%, similar a la que teníamos a principios de la década de los 90’s. Países del Este de Asia, que han mostrado una tasa de crecimiento promedio cercana al 9%, tienen tasas de inversión promedio del 34% y con una tendencia a incrementarse en los últimos año. El fuerte crecimiento de India en los últimos años (7.0%), tiene como contraparte incrementos en la tasa de inversión, la cual representa en la actualidad un 35% del PIB. Si queremos realmente crecer de forma sostenida, es imprescindible incrementar los niveles de inversión, sobre todo de inversión privada. De hecho, mientras para el período 1998 – 2002 la inversión privada representó un 19% del PIB, este porcentaje disminuyó a 12.6% en el año 2010.
Siendo un país pequeño, el incremento de las exportaciones es un factor crítico para la capacidad de crecer y aprovechar las ganancias de las economías de escala. En nuestro país las exportaciones de bienes y servicios representaron un 22% del PIB en el 2010. Este porcentaje ha venido disminuyendo el tiempo, desde aproximadamente un 40% del PIB a principio de la década de los 90’s. Cuando excluimos las exportaciones de zonas francas, la tasa de inversión disminuye a 14.4% en el año 2010. En economías de fuerte crecimiento económico las exportaciones representan más del 40% del PIB. La política cambiaria ha incidido fuertemente en este comportamiento. Por ejemplo, el crecimiento del indicador de precio de las exportaciones para el período 2004 – 2010 fue de un 8%, mientras que el incremento del precio de la producción local fue de 36%. Es decir que los costos de los exportadores se han incrementado mucho más rápido que sus precios, lo que disminuye el incentivo a exportar.
Otro factor que llama la atención en las cifras de crecimiento es el protagonismo del sector de las telecomunicaciones. Este sector ha explicado el 30% del crecimiento total de la economía en los últimos 6 años.
Por otro lado observamos fuertes incrementos en el gasto de consumo de los hogares y el Gobierno, al igual que en la inversión pública en los últimos años. De hecho, la tasa de crecimiento real del consumo privado ha promediado un 9.6% anual en el período 2005 – 2010, mientras que el consumo del gobierno real creció un 9.7% en los 4 años anteriores al acuerdo con el FMI (esto excluye las transferencias al sector privado, que se encuentran contabilizadas dentro del consumo privado). Por su parte la inversión pública ha tomado un rol más protagónico durante el período posterior a la crisis financiera, pasando de representar un promedio de un 17% de la inversión total antes de la crisis, a un 23% en el período 2005 – 2010.
Lo anterior indica que al parecer hemos seguido el camino de sostener el crecimiento. Claramente el crecimiento que hemos venido observando tiene un fuerte componente de factores de demanda, más que de fundamentos reales de crecimiento económico sostenible. El gobierno debe comenzar a implementar políticas y reformas que nos lleven hacia un crecimiento sostenido por sí solo.