No cabe la menor duda, el gobierno de Danilo Medina sigue en lo suyo, y lo suyo no ha sido cuidar la población, contener la expansión del virus, construir cordones sanitarios, aislar con vallas sanitarias infectados de los no infectados y; no ha sido, tampoco así, el crear fases seguras de aperturas y desescaladas, sino, fases electoreras en favor del partido de gobierno y su candidato Gonzalo Castillo.
¿Por qué esta semana ha sido la semana más virulenta y caótica del contagio? ¿obedece el comportamiento del COVID -19 en República Dominicana a una virulencia epidemiológica natural o, tal vez, a un diseño estadístico preconcebido para crear pánico electoral disuasivo al 5 julio y las elecciones nacionales, presidenciales y congresuales?
¿Hoy en la Cámara de Diputados, a qué juegan el presidente Danilo Medina y el gobierno? Se partirá del hecho, a mi entender y como es de sentido común, de que en el plazo legal el ejecutivo solicitó la nueva o 5ta. prórroga del Estado de Emergencia vigente.
En sus maldades ocultas se complace el danilismo en una sujeción perversa de legalidad manipulada de la ley 21-18 que regula los estados excepción. Hasta tanto, hay que suponer en este contexto, de rechazo u aprobación en el Congreso no esté resuelta la solicitud encaminada por el Senado y aprobada, la anterior resolución del Congreso Nacional que dio origen al decreto 187-20 actual, que rige el Estado de Emergencia en que no encontramos, es y será el instrumento de producirse un tranque intencional entre el Ejecutivo y el Congreso que permitirá al ejecutivo seguir actuando fatídicamente en este sentido.
El pensamiento jurídico legal y caótico anterior no es el único que está estratégicamente concebido por el danilismo y los promotores candidato del gobierno. Se manifiesta una segunda intención ante un rechazo. El presidente Medina Sánchez no procederá a levantar el Estado Emergencia en los dos días que indica la ley, para compelir a que el mismo lo ejecute el Congreso como lo prescribe la ley 21- 18 en el art. 31. Parr. II, que cito:
Párrafo II.- “En caso de que el Poder Ejecutivo se negare a ejecutar dicha medida, el Congreso Nacional tendrá facultad para hacerlo”. Fin de la cita.
En este y los demás escenarios puede haber ausencia intencional de reunión en el congreso para mantener el limbo de la acción congresual de levantamiento del Estado de Excepción.
Dos escenarios más pintan a complicar la seguridad sanitaria y la vida del pueblo dominicano. Todo perfila que el plan electoral COVID-19 del Gobierno y su candidato, es que, ya que le fue imposible evitar las elecciones del 5 y 26 de julio, en su agenda está ahora, imponerse de cualquier forma y manera para quedarse en el poder.
Dos cartas por jugar le quedan al Gobierno:
(1) que se le rechace la solicitud con presencia militante y mayoritaria de los diputados, lo que puede dar lugar a un rebote tipo ping-pong entre los diputados y senadores hasta agotar el tiempo deseado por el gobierno y su plan electoral de perpetuidad que creen ellos, pueda afectar los resultados de las elecciones en su favor.
y (2) que se apruebe una nueva extensión de prórroga condicionada y limitada sin toque de queda, con lo que se desarticula el plan político caótico llamado a terminar de destruir la institucionalidad de política y electoral, lo mismo que la paz y la seguridad ciudadana de República Dominicana.
Luis Abinader y Leonel Fernández, y digo Leonel o Luis, porque uno de los dos será el próximo presidente de la República Dominicana, deben tener claro, ambos, que el COVID-19 es una realidad catastrófica no enfrentada de forma epidemiológicamente correcta por este gobierno y PLD.
Tanto para uno como el otro, Abinader o Fernández, al resultar electo, como ha de ser gracias a la voluntad del pueblo dominicano, deberá impulsar el plan mínimo sanitario desde el 16 de agosto, que será hacer lo que no hizo el gobierno de Danilo Medina y el PLD en febrero 2020: Ser transparente en la lucha contra la pandemia COVID-19, devolver la seguridad sanitaria y devolver una paz social que garantice la vida de cada dominicano.
Para unos el COVID-19 ha sido una oportunidad de negocios, para otros el momento político de sacar ventajas y, para los más, la peor tragedia humana y catástrofe sanitaria del Siglo XXI, que llama a la solidaridad y al compromiso de humanidad.
El COVID-19 atacó los cimientos de la Cultura Occidental: La Familia y el Espacio-hogar, cambiando nuestra forma de convivencia, ver, pensar y actuar.
Amigos diputados: sabiduría, inteligencia y prudencia en sus decisiones de hoy. Concluyo mis reflexiones como lo he hecho con todas mis publicaciones en el devenir de esta pandemia COVID-19.
“La vida, don sagrado, no puede ser en una Sociedad Humana y Cristiana un medio para alcanzar un fin político o perpetuarse en el poder. Primero la Vida, después cualquier otro hecho político, social o económico. Quédate en Casa. ¡¡¡Cuida Tu vida, la de los Tuyos y Cuida la Mía!!!
Dios proteja este país”.