Al igual que en la Teoría de Juegos, la propaganda y el marketing político en la estrategia del gobierno de Danilo Medina es evitar “ataque al ataque” ya que ello conduce al juego de suma cero entre las dos partes. Por eso, el presidente Medina ha optado por otro recurso de la manipulación: “la difamación” como “cortina de humo”.

Sin embargo, la lucha contra la corrupción y la impunidad arraigadas en nuestra sociedad ha encauzado a la actual gestión del PLD a una posición de juego de suma cero entre los dos actores: el gobierno y el Movimiento Verde.

Bajo la coacción de la sociedad el presidente Medina ha tomado decisiones irrisorias y totalmente opuestas al objetivo que perseguimos todos los dominicanos. La incultura del presidente lo ha persuadido de que, para reestructurar, “lo primero es dictar y luego los demás pactarán cuando vean quién manda”. Pero la desconfianza al gobierno de Medina ya está. Ninguna medida que tome convencerá a nadie porque en una nación dividida entre corruptos (la minoría que gobierna) y los que exigimos justicia (la mayoría que es gobernada por la minoría) ya no habrá más espacio para los simulacros. 

Desde que el PLD asumió el poder echó el guante con el dinero del Estado a la mayoría de los medios de comunicación del país, junto con los pregoneros a sueldo que el pueblo genialmente por metonimia les ha denominado “las bocinas”.

Por consecuencia, la invasión de perfiles falsos en la redes sociales que rebotan la misma información generada desde el gobierno, la masiva difusión de supuestas conspiraciones (por ejemplo, la ocupación haitiana del país) propagadas en cadena por los chats, la siembra de comentarios o rumores para que se “viralicen” de manera supuestamente espontánea, no son para nada casuales. Son todos mecanismos muy definidos cuyo propósito sigue siendo el mismo: desinformar y manipular. Todos los intentos de censura por parte de los gobernantes morados han fracasado, puesto que no han conseguido silenciar la existencia de los medios de comunicación independientes y sus dignos portavoces.

Los ejemplos de maniobras propagandísticas abundan en los contenidos de los noticieros de las estaciones de televisión, programas radiales y prensa escrita. Los métodos usados por los gobiernos del PLD en el contexto político nacional como arma de control no sorprenden a nadie ya. Pero en estos tiempos de predominio digital los métodos cambian, se adaptan y han tomado vida propia en República Dominicana.   

La desinformación y la distracción son técnicas muy magreadas por los gobiernos de Leonel y de Danilo, quienes descaradamente las han aplicado en diversos escenarios como “cortina de humo” para desorientar a la población. La creación de problemas colaterales, el manejo estratégico del rumor, la demonización, la simplificación conceptual, las realidades inventadas, la selección de planos audiovisuales, las interpretaciones falsas, los sondeos manipulados, la intoxicación informativa, la repetición y la omisión constituyen parte esencial del catálogo de métodos de los gobiernos peledeístas.                                                                                         

El Movimiento Verde ha desarrollado inteligentemente su propio mecanismo de comunicación a través de las redes sociales pese a los incalculables intentos de Danilo Medina para contrarrestarlo. Esa es la verdadera causa del por qué el gobierno ataca y descalifica las redes sociales, al ser estas la única fortaleza mediática que el gobierno no puede controlar y al convertirse en el principal proscenio para desenmascarar la manipulación de los morados.

El gobierno ha perdido la capacidad hegemónica debido a la migración de las audiencias hacia los medios digitales. Ahora sus especialistas en manipulación mediática están buscando vanamente alguna fórmula que les permitan legitimar el poder del fraude.

La sociedad dominicana no está dispuesta a seguir jugando el juego de suma cero y tampoco se dejará conducir a un hormiguero para convertirse en prisionera de una inducida manipulación. La estrategia del juego es establecer una relación de interacciones y de simulaciones organizadas para llevar al pueblo dominicano a una piscina llena de tiburones. El presidente Medina tendrá  que asumir posiciones responsables y dejar de observar desde la ventana del Palacio Nacional si “el perro no ladró esta noche”.