En nuestro país la corrupción se había vuelto tan común, que su ocurrencia se veía como un mal necesario, era parte del sistema y muchos creían que sin ella éste no funcionaba;  se criticaba,  pero existía una especie de aceptación de la práctica y conocidos beneficiarios de ésta eran acogidos sin problemas en exclusivos círculos sociales; pero llegó a niveles tales que provocó la indignacion y las protestas de importantes sectores de la población, que comenzaron a exigir un cambio en esta descarada forma de manejar recursos públicos y privados.

 

Este cambio de actitud de gran parte de la ciudadanía, fue la que propulsó que el PLD fuera desalojado del poder y que hoy el Lic. Luis Abinader sea el Presidente de la República. Esta nueva administración trajo consigo una mayor independencia del Poder Judicial y un compromiso de lucha y castigo contra la corrupcion.

 

Los altares comenzaron a remenearse y los santos a caerse;  concomitantemente  a destaparse el entramado de corrupcion existente, abriéndose una serie de procesos judiciales que tienen en la carcel a importantes figuras del pasado régimen.

 

La población luce  emponderada y a través de las redes sociales expresa sus sentimientos, convirtiéndose en Corte que condena sin miramientos a justos y pecadores,  jugando muchas veces con la honra y el buen nombre de ciudadanos que son condenados por este colectivo antes que los tribunales tomen sus decisiones y dicten sentencia. En algunos casos falsifican documentos que hacen públicos, con el único objetivo de dañar aún más a alguien, que por motivos políticos, envidia o maldad se quiere perjudicar.

 

En estos días, se está produciendo una especie de linchamiento mediático en contra de un alto funcionario del gobierno, siguiendo una estratégia muy propia de “mercenarios digitales”, quienes tienen el descaro suficiente, tanto para atacar como para defender a la misma persona, siempre y cuando sus mandantes le paguen lo que piden.  Todo esto luce como un intento para dirigir la atención del público hacia un tema diferente al de los casos de corrupción con nombres marinos que salpican al PLD.

 

No pretendemos que a este señor se le exima de las investigaciones que requiera el caso, pero aprovechar este asunto para decir todo lo que se ha dicho contra esta persona y que miembros del partido gobernante pidan su cabeza; no sé si interesados en que se haga justicia o en ocupar el cargo que desempeña el que hoy se presenta como el beneficiario de un hecho ilícito.  Me parece excesivo.

 

El sistema judicial debe servir no sólo para condenar a los culpables, también debe defender a los falsamente acusados;  ésto último se ha convertido casi en una costumbre, pues algunos fracasados y frustrados representantes de la sociedad alivian sus amarguras, implicando a quien peor les caiga, en hechos que no comentieron, lanzando lodo sobre reputaciones bien ganadas.

 

Entiendo que la ciudadanía esté harta del saqueo a que ha sido sometido el erario público, pero no se debe hacer tabla rasa y meter a todo el mundo en el mismo saco;  existen personas que actúan correctamente y pueden resistir cualquier tipo de escrutinio y salir airosos.