La corrupción, la impunidad y la delincuencia, son los principales males que afectan el desarrollo de los países y permite el incremento de las desigualdades sociales, lo que trae como consecuencia el incremento desmedido de las acciones delincuenciales, poniendo en peligro la seguridad ciudadana, como ocurre actualmente en la República Dominicana y otros países hermanos.

Recientemente el Presidente de la República Dominicana, Licenciado Danilo Medina, externo su preocupación e hizo un llamado a la población, para que le reclamen a la Justicia Dominicana, el ser más drásticos y aplicar penas ejemplarizadoras a los delincuentes, para evitar que salgan tan fácil de las cárceles como ocurre hoy día.  Más dura una patrulla en llevar a los tribunales a los delincuentes, que lo que estos duran en los despachos de los fiscales o en las cárceles del país y eso no puede continuar así, porque desmoraliza el trabajo de los hombres y mujeres de uniforme, que trabajan para garantizar vidas, propiedades y la seguridad ciudadana.

Pero debemos de estar claro que la corrupción también arropa al poder judicial de manera asqueante y vergonzosa en la República Dominicana, para nadie es un secreto, que hay jueces que venden las sentencias, que reciben dadivas para poner en libertad a narcotraficantes, criminales, violadores, atracadores, sicarios, ladrones, en fin a todo el que comete un hecho delictivo, sin importar que hayan reincidido o que hayan sido sometidos a la justicia por diferentes delitos.

Ahora bien me gustaría preguntarles a esos jueces perversos y corruptos. ¿Cómo se sentirían ellos si uno de esos delincuentes que ponen tan fácil el libertad, le matase un hijo, le violara la esposa, le atracase o cometiese cualquier otra atrocidad de la que vemos a diario en el país?  Esos jueces a quienes los del circulo de la mafia le llaman honorables magistrados, debieran ser destituidos de inmediato por el Consejo Superior Judicial y en cada provincia del país, sus ciudadanos saben quiénes se prestan a este tipo de acciones corruptas que tanto daño le hace a nuestra sociedad.

Pero desgraciadamente la impunidad que existe en el país, no lo permite, porque es el sistema que esta corrompido y de ahí el incremento de la delincuencia en el país, pues muchos piensan que si los de arriba están robando, porque los de abajo no pueden hacerlo, no sabiendo que la única diferencia es que los de arriba se roban el dinero de todos y cada uno de los dominicanos y dominicanas y los de abajo perjudican a una o varias víctimas solamente, cuando cometen sus fechorías.

Voy a seguir reiterando que la sociedad debe empoderarse, debe iniciar una campaña cívica y democrática, para llamar la atención y que los gobernantes, el poder judicial y el poder legislativo, que son los tres poderes del Estado de Derecho que según nuestra Constitución nos rigen, pero que afortunadamente son las minorías en el país, que estamos harto de tanta corrupción, de tanta impunidad y que es hora de comenzar a cambiar el sistema, a dar ejemplo con los corruptos, enjuiciándolos y sentenciándolos, para que se pudran en las cárceles, como ocurre en otros países, nosotros tenemos nuestro Código Procesal Penal, nuestro Código Civil, con leyes claras y específicas, plasmando claramente las penas y las indemnizaciones que deben pulgar todo ciudadano que las viole. ¿Por qué se hace tan difícil en el país poder hacer cumplir la ley? ¿Para qué se crean entonces las leyes si no se van hacer respetar?

Hemos llegado al extremo de que en la República Dominicana se le ha perdido el respeto a las leyes, precisamente por la corrupción y la impunidad que existe en el poder judicial, como en los demás poderes del Estado y eso es peligroso, porque permite el incremento de la delincuencia e incrementa el desasosiego de todo un pueblo, que quiere vivir en paz y salir del subdesarrollo en que nos tienen sumido los malditos corruptos.

En nuestro país hay millares de hombres y mujeres honestos, trabajadores, pero desgraciadamente nunca le han brindado la oportunidad de poder servirle a la nación, o porque no son militantes políticos o porque no le conviene a los perversos y corruptos, pero llegara el momento donde la población se empodere y juntos combatamos estos flagelos, por el bien de las futuras generaciones.  “A todo puerco le llega su nochebuena”  y a la corrupción, la impunidad, la delincuencia y al poder judicial hay que darle leña.