Uno de los símbolos de la  dictadura de Rafael Trujillo más odiados fue Radio Caribe. Esteórgano propagandístico inició sus transmisiones el 23 de julio de 1960.  Allí  trabajaron destacados periodistas y locutores: Rafael Herrera, Mario Álvarez  Dugan, Francisco Pratt Ramírez, Gregorio García Castro, Euclides Gutiérrez Félix, Billy Berroa,Lilín Díaz, Max Reynoso, María Cristina Camilo.

José Martí Otero fue el testaferro que usó el dictador  como propietario de la emisora, ubicada en la Avenida Trujillo #1 (Malecón), en la parte trasera del Partido Dominicano, actualmente sede del Ministerio de Cultura.

“Allí tuvo desde finales de  junio de 1960 hasta los primeros días de junio de 1961 su oficina operativa el tenebroso coronel JhonnyAbbes García, quien controlaba su orientación. Radio Caribe era una solapa del SIM”, expresa Lipe Collado en su  libro “Radio Caribe en la Era de Trujillo”, publicado en junio de 2008.

En Radio Caribe se orquestaron los ataques a la iglesia católica, luego de que esta asumiera una tardía postura de oposición al régimen. Euclides Gutiérrez Félix fue nombrado director de la emisora luego  de que la misma criticara el asesinato de las Hermanas Mirabal, ocurrido el 25 de noviembre de 1960.

La versión más aceptada es que RamfisTrujillo indujo secretamente la destrucción de la emisora como parte de sus maniobras para agenciarse una imagen bondadosa ante la población y ante las instancias internacionales que presionaban por la rápida democratización del país. El 7 de julio de 1961 una “turba” integrada por  opositores pertenecientes al PRD y al MPD invadió  el local, ante la mirada complaciente de las autoridades, lo vandalizó e incendió.

Ese día era viernes y, por algún motivo, además de que corrían las vacaciones escolares, yo había ido con mi hermana Ofelia (Fella) a pasarme el día en una casa de la  calle Barahona, casi  frente al Dispensario  Antituberculoso que, todavía  hoy, se halla en esa concurrida calle de Villa Consuelo, entre la Manuel  Ubaldo Gómez y la  María de Toledo.

No recuerdo la relación de los moradores de la  vivienda con mi familia. Solamente me queda en la memoria que era una casa toda de concreto, muy limpia, con un callejón y que carecía de patio, por lo que los niños nos manteníamos jugando en la acera.

Portada del libro de Lipe ColladoDe repente, cerca del mediodía, percibí los rumores de un tumulto, rumbo al este, o sea, la vía que ahora se llama 27 de Febrero, en ese tiempo Héctor B. Trujillo Molina y que pronto se llamaría Braulio  Álvarez. Siguiendo el rumor y a la gente que se desplazaba rápidamente, corrí hasta la Bartolomé Colón, donde doblé a la  derecha. Seguí por esa calle, que en ese tiempo era importante ruta de carros públicos, hasta la avenida San Martín, donde nace la Doctor Delgado. Seguí bajando por esta calle, con rumbo sur;atravesé la Bolívar, la Santiago, la  Independencia, hasta pararme frente al local de Radio  Caribe, que se encontraba en llamas. Una multitud contemplaba el espectáculo.

Hoy no me explico cómo pudo un niño de edad escolar, que apenas acababa de terminar la  primaria, correr  cerca de cuatro kilómetros en corto tiempo. De mi regreso no recuerdo nada, ni a qué hora, ni cómo lo hice.

Tiempo después tendría conciencia de que había sido testigo sin pensarlo de uno  de los acontecimientos  que marcaron el  derrumbamiento del  régimen tiránico, ya descabezado el  30 de mayo anterior con la liquidación del déspota  mediante un operativo orquestado por sectores disidentes de la propia  elite trujillista.