Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, solicitó al rey de España, de manera diplomática y respetuosa, que haga unas disculpas públicas por los crímenes y atropellos que los conquistadores españoles cometieron contra los pueblos originarios del actual México durante la conquista hace 500 años. El mandatario mexicano manifestó que no hubo tal conquista sino más bien una invasión en la cual "se llevaron a cabo arbitrariedades" a nombre de la corona española de entonces. Lo que pide López Obrador, en nombre de su patria e historia de sus gentes, es totalmente razonable a la luz de varios entendidos.

1. No hubo conquista ni descubrimiento sino una invasión por parte de un grupo de personajes -que en cualquier época de la historia serían señalados como delincuentes- como Hernán Cortés que exterminaron, directa e indirectamente por vía de enfermedades transmitidas, poblaciones originarias enteras en pos de riquezas y glorias personales. Empresa, a su vez, apoyada por una iglesia católica que vio aquello como un acto de “evangelización” y “civilización”. Sin embargo, fue un genocidio que mató aproximadamente (según cálculos de historiadores) cerca del 80% de la población originaria del actual México. Un acto criminal e inhumano que, no empece a que haya ocurrido en un contexto histórico pretérito, debe reconocerse como tal y, quienes se beneficiaron ayer de aquello, esto es, la actual España y su monarquía, deben pedir disculpas públicas.

2. La situación de pobreza y discriminación estructural en la que viven los indígenas de México se inscribe en lógicas, narrativas y estructuras heredadas de la conquista/invasión y su subsiguiente proceso de colonización. Porque si bien se acabó la colonia formal con la independencia de 1821, las relaciones de poder internas y los marcos culturales y sociales de la colonia se mantuvieron en México en formas de colonialidad. Lo cual persiste claramente en nuestros días. De modo que siguen vigentes las estructuras coloniales creadas por los españoles (profundamente racistas; véase el caso de la actriz indígena mexicana Yalitza Aparicio) que excluyen y atropellan la actual población originaria.

3. La colonialidad sobrevivió en América a las colonias por lo que seguimos siendo sociedades profundamente inscritas en lógicas coloniales que vivimos día a día. Por ejemplo, en imaginarios racistas sobre el fenotipo donde tener piel blanca y rasgos europeos constituye una ventaja que asegura privilegios (simplemente veamos la televisión de nuestros países donde casi toda la gente es blanca muy distinto a como son las mayorías físicamente); en nuestras estructuras económicas con minoritarias élites blancas que son dueñas de casi todo, mientras los de piel no blanca engrosan las masas pobres y, asimismo, los indicadores de criminalidad, malnutrición, rezago educativo y cultural, etc.; en la cultura donde lo heredado de España se resalta como constitutivo de civilización superior, en tanto lo que deriva de las culturas indígenas y negras en el mejor de los casos se considera folclor. 

3. La conquista/invasión constituyó un genocidio mucho peor en términos de pérdida de vidas humanas y secuelas que, por ejemplo, el atroz genocidio nazi contra los judíos en la Europa de 1939 a 1945. Entonces, si por aquel genocidio de ayer los alemanes y europeos de hoy han pedido disculpas a los judíos de hoy, ¿por qué la corona española de hoy no puede pedir disculpas a los mexicanos de hoy por algo del pasado también?

4. El pedido de disculpas es simbólico. No exige ninguna compensación ni ningún acto material que implique recursos o perder nada a España. Es un acto que se inscribiría en el mismo orden que las disculpas del gobierno polaco a los judíos por las deportaciones a campos de concentración nazis de 1939-1945; las disculpas de la iglesia católica del papa Francisco a los indígenas por los abusos de la "evangelización" durante la colonia; las disculpas del gobierno australiano a sus originarios por el genocidio del siglo XIX durante la creación del actual estado de ese país; las disculpas del gobierno canadiense a sus indígenas por abusos pasados. Todos estos países e instituciones pidieron disculpas por cosas del pasado. La monarquía española, ¿por qué no puede hacerlo? Acaso sus altezas reales todavía se creen por encima de la ley y la moral del resto de los mortales. ¿O es que un país europeo y blanco no puede "rebajarse" a pedir disculpas a uno del tercer mundo?

5. Lo que persigue el pedido de disculpas del presidente mexicano, es abrir un proceso simbólico de reconciliación y saneamiento de heridas con los pueblos originarios mexicanos. El sector más humillado y sufrido de su país. Y López Obrador es un presidente con perspectiva histórica y gran compromiso con los pobres. En su visión, considera necesario que, al menos simbólicamente, por primera vez se ponga los de abajo primero.

En fin, veo las reacciones de la derecha y cierta izquierda española a este pedido simbólico, y las reacciones de personajes lamentables como Pérez Reverte, y me queda claro que la razón está del lado del presidente mexicano. Igualmente, las respuestas de minorías malinchistas y de colonizados mentales mexicanos que incluso han pedido disculpas a los españoles por lo que dijo su presidente. ¿Se puede ser más indigno?

El pedido de Andrés López Obrador, reitero, me parece correcto y razonable. No es ni revanchismo trasnochado ni desvarío. Es justo si uno lo mira desde los oprimidos. Si eres de los que ve el mundo desde los opresores pues será distinto tu criterio.