Dos ferias del libro fueron celebradas el pasado abril: del 14 al 22 en la Casa San Pablo, la XXIX Feria del Libro Católico; y del 19 al 30 en la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte, la XXI Feria Internacional del Libro Santo Domingo.

En las ediciones de ambas ferias correspondientes a hace diez años, fue puesto en circulación el libro de Hortensia Sousa Brugal de Baquero, Recetas con sabor espiritual (Aguilar, 2008), una recopilación de menús según los tiempos litúrgicos católicos: Adviento, Navidad, Cuaresma, Semana Santa, etc., así como para celebrar los sacramentos: bautismo, primera comunión, confirmación, matrimonio, etc. Lo traigo a colación porque estamos en víspera de Corpus Christi, que casi siempre es un jueves de junio, pero este año es el 31 de mayo. 

Corpus Christi es una festividad católica para celebrar la Eucaristía a los 60 días del Domingo de Pascua de Resurrección, de manera que si la fecha de dicho domingo es entre el 22 de marzo y el 1 de abril, Corpus Christi será entre el 21y el 31 de mayo. Pero si la fecha del Domingo de Pascua de Resurrección es entre el 2 y el 25 de abril, Corpus Christi será entre el 1 y el 24 de junio.

Es decir, el Domingo de Pascua de Resurrección siempre es entre el 22 de marzo y el 25 de abril, y Corpus Christi siempre es entre el 21 de mayo y el 24 de junio.

La mayoría de los años, el Domingo de Pascua de Resurrección es en abril y Corpus Christi en junio (y siempre es jueves porque es 60 días después del Domingo de Pascua de Resurrección). 

La fecha del Domingo de Pascua de Resurrección es la del primer domingo después de la primera luna llena después del 21 de marzo, es decir, del equinoccio de primavera (en el hemisferio norte) o de otoño (en el hemisferio sur).

Por eso, dependiendo de cuando sea la primera luna llena después del 21 de marzo, el Domingo de Pascua de Resurrección siempre es entre el 22 de marzo y el 25 de abril, y el Domingo de Ramos siempre es entre el 15 de marzo y el 18 de abril.

La cuaresma comienza 40 días antes del Domingo de Ramos, de manera que el Miércoles de Ceniza (primer día de la cuaresma) siempre es entre el 4 de febrero y el 10 de marzo.

Este año fue 14 de febrero y hubo alguien que dijo por radio que nunca el Miércoles de Ceniza había coincidido con el Día de San Valentín, que era la primera vez que eso pasaba.

Si antes de emitir esa barrabasada por las ondas hertzianas, esa persona se hubiera detenido a investigar un poquito, aunque fuera limitándose solo a los siglos XX y XXI, se habría dado cuenta que en el siglo pasado en tres ocasiones el Miércoles de Ceniza coincidió con el Día de San Valentín (el 14 de febrero de 1923, de 1934 y de 1945) y en este siglo hay también tres ocasiones en que coinciden (el 14 de febrero de 2018, de 2024 y de 2029).

Con razón decía Mao que quien no investiga, no tiene derecho a la palabra. Y enfatizaba: "¡Hay que investigar! ¡No decir disparates!"

Y ahora, un chin de música, pues precisamente en la noche de mañana jueves Corpus Christi (31 de mayo), en La Espiral 313 (Calle Mercedes 313, Ciudad Colonial) hay concierto de Marx Haübey & El Milagro Afro-Antillano, al que Rossy Díaz describe como "proyecto musical isleño enfocado en la fusión de ritmos del Caribe y sonidos actuales de la música popular… Los ritmos de merengue con toques de jazz, bachata y fusiones de rock, funk y bolero de este proyecto prometen frescura a la escena y buena onda al ambiente capitaleño… Marx es Marcos Sánchez, un joven músico, compositor y arreglista dominicano con experiencia en varios proyectos locales; es graduado del Conservatorio Nacional de Música como maestro en música popular y folclórica y actualmente ejerce su carrera en la escuela de la fundación sin fines de lucro, The DREAM Project, en Cabarete". Más información en este enlace:   

https://rossydiaz.com/2018/05/23/en-concierto-marx-haubey-el-milagro-afro-antillano/

Seguimos con la música. En la entrevista que le hizo Leonardo Padura Fuentes para el libro Los rostros de la salsa (Ediciones Unión, La Habana, 1997), Juan Luis Guerra declaró que el momento que marcó el inicio de su carrera como músico “fue en Casa de Teatro, en 1976. Creo que desde hace más de 20 años toda la gente de este país que ha tenido que ver con la música ha pasado por esa institución. Freddy Ginebra es un hombre excepcional, que creó él solo una casa para todos nosotros, los que empezábamos y no teníamos dónde ir, los que queríamos hacer algo y no teníamos cómo mostrarlo. Allí yo di mi primer recital como cantautor, con mi guitarrita, cuando apenas comenzaba el proyecto Casa de Teatro… Y Freddy Ginebra, gracias a Casa de Teatro, fue también el primero que me llevó a la televisión. Por lo tanto, tengo un vínculo de gratitud incondicional con esa institución y con el hombre que la fundó, la ha sostenido y la ha convertido en algo tan importante para el arte dominicano contemporáneo: mi gran amigo Freddy Ginebra” (páginas 186 y 187).

Reafirmando tan valiosa trayectoria, Casa de Teatro dio otro paso trascendental (léase: otro palo descomunal) en el año 2000, cuando empezó su festival de jazz en el que podemos deleitarnos, cada verano, con los más representativos grupos dominicanos de jazz, así como internacionales procedentes de distintos países, contribuyendo a la difusión de la llamada “música de los músicos” y al crecimiento del público que gusta de la misma.

Durante las 18 ediciones del festival, los jazzómanos dominicanos hemos disfrutado con las visitas de jazzistas cubanos (como Roberto Carcassés), puertorriqueños (como Negroni), venezolanos (como Prisca), colombianos (como Bozá), argentinos (como Luis Nacht), chilenos (como Carmen Paz González), brasileños (como Manoel Cruz), norteamericanos (como Brian Lynch), ingleses (como Trevor Watts), franceses (como Laurent Paranthuen), españoles (como Natalia Calderón), israelíes (como Anat Cohen), panameños (como Patricia Vlieg), entre otros, lo cual nos ha permitido conocer en vivo una diversidad de manifestaciones del jazz de naciones hermanas.

Al mismo tiempo, han tenido una presencia destacada con sus sendas propuestas los dominicanos como Guillo Carías, Pengbian Sang, Fellé Vega, Sandy Gabriel, Rafelito Mirabal, Pachy Carrasco, Guy Frómeta, Patricia Pereyra, Xiomara Fortuna, El Prodigio, Bonyé y un largo etcétera.

Este verano de 2018 la representación dominicana está a cargo de Toné Vicioso & Aumbata (junio 14), Otoniel Nicolás “Jobs” (junio 28), Jordi Masalles & Tiempo Libre (julio 19) y Juan Francisco Ordóñez Trío (julio 26, junto al cubano Ernán López-Nussa).

 

Además, nos visitarán: de Alemania, Gregor Huebner & El Violín Latino (junio 7); de Argentina, Escalandrum  (junio 21); de Estados Unidos, Zack Varner (julio 5); de Brasil, Zazu Zarzur  (julio 12); y de Cuba, Ernán López-Nussa (julio 26, junto al dominicano Juan Francisco Ordóñez Trío).

Así como nos ponemos contentos al recordar lo que gozamos en las 18 anteriores ediciones, recibamos con entusiasmo esta 19na. entrega del Santo Domingo Jazz Festival Casa de Teatro 2018. Allá nos encontraremos en las maravillosas noches de jazz, todos los jueves de junio y julio, para celebrar y compartir la alegría y la buena música y brindar por los 44 años que cumple la Casa. Además, hay jazz todos los viernes en el Fiesta Sunset Jazz del Hotel Dominican Fiesta, cuya programación de junio se anuncia en este enlace:

http://jazzendominicana.blogspot.com/2018/05/fiesta-sunset-jazz-en-el-mes-de-junio.html

Otros festivales de jazz que se aproximan son el 4to. Festival Internacional de Jazz Restauración el sábado 18 de agosto en la Fortaleza Ozama y el 22do. Dominican Republic Jazz Festival, que este año tendrá un avance de dos conciertos, los días viernes 24 y sábado 25 de agosto en Punta Cana, y luego otros cinco conciertos: el domingo 28 de octubre en Santo Domingo, y del 1 al 4 de noviembre en Santiago (jueves 1),  Puerto Plata (viernes 2) y Cabarete (sábado 3 y domingo 4). Además, en diciembre hay tres festivales de jazz en San José de las Matas, en La Vega y en Haina, respectivamente.

Y como estoy en desacuerdo con la monogamia musical, ¿qué les parece si saltamos del jazz a la ópera?

The Metropolitan Opera House (The Met: Live in HD) presentará en Fine Arts Novo Centro (a las 7:00 p.m. algunos miércoles de junio, julio y agosto), una serie de cuatro “encores” o retransmisiones (grabadas) de óperas de anteriores temporadas: una de Verdi, “Il Trovatore” (julio 4); una de Chaicovski, “Eugene Onegin” (julio 18); y dos de Puccini, “Madama Butterfly” (junio 20) y “Turandot” (agosto 1). Este enlace contiene más información:

https://www.metopera.org/user-information/summer-encores/

Sobre el autor de “Madama Butterfly” y “Turandot”, considerado como creador en sus óperas de los conceptos de música utilizados en las películas, permítanme citar a Sergio Crespo: “Si la ópera es la antesala del cine, Puccini es el precursor de Hollywood. Nadie como el maestro italiano supo comprender que una superproducción necesitaba de historias épicas y momentos majestuosos en países exóticos, casi imaginarios, para que el gran público viviera un gran espectáculo”.

En dos de los “encores” actúa el inolvidable Dmitri Hvorostovsky (1962–2017), a quien The Met rinde tributo en este enlace:

https://www.metopera.org/News-Flash/Met-News-Flash/Dmitri-Hvorostovsky-1962-2017/

Por otra parte, “La Traviata”, de Verdi, será puesta en escena en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito en agosto, donde también se presentará la Gala de Ganadores del Concurso Internacional de Piano Van Cliburn en septiembre. Hay que estar pendientes de las informaciones que, al respecto, serán ofrecidas próximamente. Mientras tanto, los Opera Lovers y el Centro León organizan con Viajes Alkasa un tour de cinco días denominado “Otoño de ópera en Nueva York”, del miércoles 3 al domingo 7 de octubre, que incluye entradas para presenciar en vivo, en The Metropolitan Opera House, las óperas “Aida”, de Verdi, y “La Fanciulla del West”, de Puccini, protagonizadas por Anna Netrebko y Eva-Maria Westbroek, respectivamente, además de un recital de Jonas Kauffman en el Carnegie Hall. Pueden enterarse de más información escribiendo a la siguiente dirección electrónica: 

operaloversrd@gmail.com

A propósito del Centro León, me gustaría saber cuál será el tema del VIII Congreso Internacional de Música, Identidad y Cultura en el Caribe, que será celebrado en abril de 2019. En las ediciones anteriores, los temas fueron:

I (2005): El merengue en la cultura dominicana y caribeña.

II (2007): El son y la salsa en la identidad del Caribe.

III (2009): El bolero en la cultura caribeña y su proyección universal.

IV (2011): El jazz desde la perspectiva caribeña.

V (2013): El folclore musical y danzario del Caribe en tiempos de globalización.

VI (2015): Trovadores, sociedades e identidades en el Caribe.

VII (2017): Bachatas y cuerdas en las expresiones del Caribe. 

Y volviendo a Santo Domingo, recuerden el Festival Mozart Caribe (que será del viernes 8 al domingo 10 de junio en La Casona by Billini Hotel y las iglesias Regina Angelorum y Capilla de los Remedios). Pueden comprar los boletos en el Estudio Diná de Educación Musical (que está ubicado en Gascue, en la calle Ramón Santana 13 esquina Cayetano Rodríguez, con el teléfono 809-689-6385) y también online y enterarse de toda la programación, músicos, repertorios, etc., en su página web:

www.festivalmozartcaribe.org

Otro evento musical del verano es el auspiciado por la Alianza Francesa, con conciertos de diferentes géneros, en varios espacios de la Ciudad Colonial, el viernes 22 y el sábado 23 de junio: La Fiesta de la Música 2018. En el marco de dicho evento, el Centro Cultural de España será sede de un seminario para la gestión y distribución de las nuevas músicas dominicanas (del 19 al 23 de junio de 9 a.m. a 5 p.m.), dirigido a comunicadores y periodistas especializados en cultura, productores y gestores de eventos vinculados a la música en vivo, artistas y particularmente músicos de la escena emergente, estudiantes de disciplinas vinculadas, etcétera. Las inscripciones están abiertas hasta el 11 de junio. Más información en este enlace:

https://ccesd.org/formacion/caribe-emergente

NOTA: El debut de Juan Luis Guerra, en ese “primer recital como cantautor” al que él se refirió en su declaración a Leonardo Padura, citada al comienzo de este artículo, fue acompañando a otro cantautor, ya establecido, Luis Tomás Oviedo (proveniente de Los CC y Nueva Forma, al cual no debemos confundir con su hijo de igual nombre, quien también es cantautor, pero milenial, mejor conocido como Luitomá), el 28 de agosto de 1976, ante un numeroso y entusiasta público en el que se encontraba Pedro Mir (dato anecdótico que incluyo especialmente para Frank y Giselle, quienes todavía no habían nacido y no saben que, en aquella época, el arcoíris era en blanco y negro). Casi un año después del referido recital, Oviedo y Guerra ofrecieron otro en la misma Casa de Teatro, esta vez junto a Luis Días. A raíz del fallecimiento de este último, el 8 de diciembre de 2009, Oviedo escribió, a solicitud de Miguel D. Mena, tanto en su blog como en Cielo Naranja, lo siguiente:

La noche bien valió tres luises…

(Reseña de un concierto irrepetible)

Luis Tomás Oviedo (el padre)


Era la noche del 28 de julio de 1977, estábamos convocados por la magia de Casa de Teatro a través de su taumaturgo, el inefable Freddy Ginebra. El pretexto fue la inserción dentro del programa del tercer aniversario de La Casa, de un recital de nueva canción que ofreceríamos Luis Días, Juan Luis Guerra y el autor de estas líneas. El formato sería una primera ronda en la cual cada uno de los tres ofrecería -por separado- un manojo de canciones, para luego subir al escenario a cantar los tres juntos, a manera de “gran finale”.


En esos días, y también como parte de la gran celebración aniversario, Casa de Teatro había producido un disco (LP entonces) conmemorativo, en el cual algunas de las figuras más relevantes que durante esos tres años se presentaron en su escenario, aportaríamos una canción. La dirección artística de ese disco estuvo a cargo de Claudio Cohén. Recuerdo que el disco lo grabamos en un estudio de grabación ubicado en el sótano de la publicitaria Young and Rubicam Damaris. A la sazón yo estaba rotando por el Hospital Robert Reid Cabral y pude aportar mi colaboración al disco gracias a que logré el permiso del jefe de servicio de ese día. De una o dos pasadas quedó lista el “Canto a tres doncellas y una sola primavera”, que fue mi aporte en ese disco. Esta información es necesaria para entender por qué la noche del concierto las cosas no terminaron como se habían planeado.


La noche ofrecía toda la complicidad de que era capaz, y la gente, percibiéndolo, fue llegando y ocupando las sillas que existían en el pequeño auditorio de La Casa. Entonces ocurrió. Se oscureció la sala y yo subí al escenario. Antes de comenzar a cantar me tocó la responsabilidad de explicar cuál sería el programa. La gente allí presente, literalmente se frotó las manos, sospechando lo que ocurriría, pues conocían muy bien a Luis Días por su trabajo en Convite y en aquel momento por su incursión en la música fusión-jazz-folklore, con el grupo Madora; de Juan Luis y de mí tenían la experiencia reciente de nuestro recital “Dos”, que llenó la sala de La Casa unos meses antes y que fue comentado muy generosamente por los comentadores de la época.

Yo canté mis canciones y luego subió Juan Luis, acompañado por Felipe Sánchez al teclado, para terminar Luis Días, con el apoyo de Cuquito Moré reforzando las cuerdas. A pesar de que Luis estaba afónico, afectado por una fuerte gripe, expresó sus ganas tremendas de cantar. Con su participación culminaba la primera parte del recital y se abría un intermedio que la gente aprovechó para echarse un trago y ver las exposiciones que adornaban las paredes de aquel reducto de sueños y rebeldías, dentro de la pesadilla al parecer sin fin de los Doce Años.

En el intermedio fue que oímos por primera vez el disco del tercer aniversario de Casa de Teatro. Aunque confieso que me sorprendió escuchar en mi canción una clave que no estaba cuando abandoné el estudio de grabación, en realidad no le di importancia, primero porque no desvirtuaba mi creación y segundo, porque siempre he sido ingrato con mi propia producción musical. Pero a Juan Luis al parecer no le agradaron las innovaciones que de seguro encontró en la suya, pues se incomodó y sin más ni más, se fue.


Luis y yo nos pusimos de acuerdo en que ponía más en evidencia la situación si subíamos solo él y yo al escenario, es decir, sin Juan Luis, por lo que en la segunda parte del recital reeditamos el formato de la primera: primero canté yo y luego el cerró el recital con canciones emblemáticas como “André’ Valé”, “Cibaeña” o “Enriqueta”, que el público coreó hasta enronquecer igual que él.


Ese recital fue irrepetible. En lo que a mí respecta, estrené en público el canto a las tres doncellas y confieso que nunca he podido reproducir el “tumbao” que le di aquella noche. Juan Luis por su parte interpretó unas hermosas musicalizaciones de poemas como el de Manuel del Cabral (“Qué se me estará muriendo en este día”) o el de Antonio Machado (“Si ha de morir contigo el mundo vano”), en fin, pedazos de un Juan Luis que desapareció debajo del peso y la presión del marketing bachatero, género en el cual ha sido tan bueno como en el que mueve hoy mi nostalgia. Todo terminó como terminan todas las cosas en Casa de Teatro, rápida y cruelmente, y en el aire quedó el eco de una noche que bien valió tres luises… 

UNA ÑAPA: Estos enlaces contienen interpretaciones de Luitomá, el hijo y tocayo de Luis Tomás Oviedo:

https://www.youtube.com/watch?v=ILPLYfJokPA

https://www.youtube.com/watch?v=ZzIGYFBk1kI

https://www.youtube.com/watch?v=NGR4PB3O1hA

https://www.youtube.com/watch?v=FZhkDGQiNsM

https://www.youtube.com/watch?v=Wqiabgwc7Ow