El que tiene los recursos marcha a la delantera, pero también carga con las consecuencias.

Y el gobierno está cargando con ella, porque todos los dominicanos ven en la acción gubernamental para enfrentar el coronavirus, una alta dosis de politiquería, donde su candidato tampoco pierde oportunidad para el proselitismo usando el dinero público.

Y para colmo de los colmos, comienzan las compras fraudulentas de materiales médicos sin importarle el momento dramático y catastrófico que vive el país. Son gente sin corazón que representan lo peor de esta sociedad.

La oposición, y en particular el PRM, con sus limitados recursos, se ha hecho sentir con fuerza en la lucha contra la pandemia, comprando kits para las pruebas rápidas del coronavirus, alimentos, otros materiales médicos, entregando ambulancias a las alcaldías y levantando un hospital de emergencia en la Vega.

En respuesta, el oficialismo no ha tenido la delicadeza ni de dar las gracias por esas ofertas. Hasta rechazó la propuesta del candidato presidencial del PRM de instalar un hospital provisional en SFM.

Como no piden ayuda y todo lo politizan, el gobierno ha metido mucho la pata.

Veamos algunos ejemplos:

  1. Las autoridades sanitarias creyeron que una vez cortada la entrada de extranjeros al país el virus se controlaría y perdieron un tiempo que valía oro para prepararse mejor a lo que se veía venir más adelante. Eso lo advirtió el Dr. Jesús Feris Iglesia, pero no le hicieron caso.
  2. Se cuestionó seriamente el hecho de que solo el Laboratorio Nacional hiciera las pruebas, cuando debió incluir a los laboratorios privados, lo que retraso que cientos de personas contaminadas fueran identificadas y aisladas de inmediato. 
  3. Después, pasaron por alto que las pruebas en laboratorios privados costaban mas de 6 mil pesos lo que se convirtió en un privilegio para los que tenían recursos para pagarla. Así, una inmensa cantidad de gente pobre, con síntomas del coronavirus, no pudieron hacerse las pruebas.
  4. La improvisación y pérdida de tiempo ocasionó una tremenda escasez de materiales de protección para el personal médico, enfermeras y paramédico y más que nada los Kits de pruebas, lo que aún sigue siendo uno de los mayores problemas del sistema de salud. Hay pueblos donde los hospitales no cuentan ni con gaza para atender a los heridos.
  5. Tampoco habilitaron con tiempo nuevos centros de salud con suficiente camas y aparatos respiratorios para atender a los pacientes, dejando a muchos en sus casas que contagiaban a otras personas.
  6. Para colmo, cuando ya el virus se hizo comunitario, el gobierno empezó a repartir alimentos en camiones del plan social de la presidencia aglutinando a miles de personas en busca de una fundita de comida que apenas daba para un precario almuerzo. Fue un espectáculo realmente deprimente y vergonzoso.
  7. Y sobre la cuarentena, hay cierto relajamiento en su cumplimiento y a menudo se ven en las redes sociales barrios haciendo celebraciones y reuniones sociales en las noches. 

En cuanto al paquete económico anunciado por el gobierno, que asigna fondos especiales por 32 mil millones de pesos para la asistencia alimenticia a los pobres y cubrir con un salario mínimo a personas con riesgo de perder su empleo, nos parece una cifra apenas suficiente si pensamos que un 25% de ese monto se tendrá que dedicar al sector salud. Porque contener el virus es la prioridad.

Lo que resta del dinero (RD$24 mil millones) servirá para un mes de asistencia salarial (salario mínimo) y alimenticia vía comer es primero, a unos 2 millones de personas dejando a otros 2.5 millones de trabajadores (formales e informales) a las buenas de Dios.

En referencia a FASE (Fondo de Asistencia Solidaria al Empleado) COMIPYME declaró que este programa no es ágil, no es amigable y es muy difícil de implementar por parte de las Mypimes. Además, es confuso y excluyente, poniendo a cientos de miles de pequeños y medianos negocios al borde de la desesperación y el riesgo de cerrar sus operaciones definidamente.

Aún hay tiempo para integrar a todos los sectores, sin importar preferencias políticas, en esta emergencia nacional. Podemos hacer las cosas mucho mejor, más transparente y evitar que se cometan tantos errores. Solo así evitamos caer en una recesión económica de largo plazo.

También salvaríamos muchas vidas que se pierden por la improvisación, el descuido y la maldita politiquería, encabezada por un gobierno corrompida hasta la medula.