Hasta el día de su muerte, nadie

Puede estar seguro de su coraje.

Anouilh.-

Estamos aislados como Isla que somos. Existe censura que impide la publicación de lo que pasa fuera de esta  media isla, o  a nadie le importa un carajo. Es una verdad incuestionable que nuestros “honorables” copian o imitan de fuera todo lo que a ellos les conviene, importan leyes e impuestos sin pudor alguno y dividen el territorio para su conveniencia porque así lo han hecho en otros países. O talvez no les interese hablar de eso y quizás hasta algunos les de vergüenza ver cómo actúan otros funcionarios fuera de aquí, no sé,  pero algo hay.

Nadie mira o se hace el ciego para no ver hacia la República de Guatemala y lo que allí está aconteciendo. Sera el fuerte blindaje, será la  prepotencia o la indolencia que no le permite reflexionar sobre lo que debe y tiene que ser su función dentro del Estado de Derecho que supuestamente vivimos. No sé, pero algo hay.

Mi cuestionamiento podría continuar con la interrogante de hasta donde tiene que llegar el agradecimiento o lealtad hacia una persona, partido político o lo que sea, por haber sido favorecido con un puesto público, incluyendo la justicia. Hasta dónde puede llegar la sumisión de un juez, procurador o fiscal sin que un día despierte y honre su juramento de cumplir y hacer cumplir las leyes, hasta donde. La única excusa seria no tener referencia sobre lo que le corresponde hacer, pero si así es… ¡miren hacia Guatemala!

Ya no es una oficina supervisora; ya no es una agricultura en el suelo aun parezca paradójico y dirigida por negociantes que solo les interesa su importación de agroquímicos; ya no es la funcionabilidad de un gerente de un banco agrícola, no señor, es peor, es que ya la Primera figura del Estado ha tenido que emplear su valioso tiempo para llevar a cabo el trabajo que le corresponde a la gran mayoría de funcionarios. Claro, sin perder de vista la esencia política que esto encierra y que solo lo ven aquellos que son medio avispaos.

O acaso será que al final pretenden ganarnos por cansancio, esto también es posible. O pretender que nos conocen tanto como pueblo, que esa falsa creencia los conduzca al error de creer que este pueblo pendejo nunca va a reaccionar… ¡No sé, pero algo hay!

También es posible que este pueblo desconozca su capacidad para resolver los problemas morales y éticos producidos por una horda de políticos, no lo sé, pero lo que si se, es que el claudicar, el rendirse no es una opción, muy a pesar de que nos mantienen conectados a un manóstato y un comportamiento de paralaje que nos mantiene confundidos sobre su real y verdadera posición de intereses, utilizando los ventorrillos políticos como parte de ese mecanismo, también es posible.

Y es  que la parafernalia es de tal magnitud, que nos han llevado a un estado paranoico en base a su engañosa interpretación de premisas falsas,  pero que ellos simplemente la catalogan como percepción errónea por parte del pueblo. Sí señor, aquí todo está de película, la inseguridad, el robo y la extorsión por doquier es producto de la percepción de todos nosotros, como ignorantes que al fin y al cabo nos consideran.

Ya, como el que no quiere la cosa, nos hemos acostumbrado a ver como todo se banaliza aun existan en el fondo las buenas intenciones, pero que son los políticos quienes nos hacen padecer o hacernos creer que tenemos que ser paranoicos por obligación, ya que tenemos temor de ver, opinar, de salir a las calles, de vivir encerrados como si fuéramos bestias, todo lo vemos con ojerizas y las definiciones de estas situaciones que nos afectan como clase, como ciudadanos, son completamente diferentes a nuestras realidades y las percepciones que tenemos. ¡Si señor!