El acto inaugural presagiaba un partido espectacular. Argentina se enfrentaba a Bolivia que, en los tiempos en los que Maradona dirigió al equipo, los bolivianos le asestaron un 6 a 1 histórico. Ayer era la revancha.
Comenzó el partido con un dominio argentino obvio ante la inferioridad de los Chiripa, que con un gol chiripero, se pusieron adelante luego de haber sufrido varias embestidas.
Los albicelestes controlaban el partido y Lionel Messi hacía de las suyas, pero en una posición muy lejana a la que juega con el Barcelona, sus esfuerzos eran vanos. Sin el apoyo de jugadores como Xavi e Inniesta, el mejor jugador del mundo no funciona igual. Saliendo desde tan atrás Messi no puede, tendría que evadir al menos a siete jugadores, lo cual es casi imposible. Sólo hizo daño cuando tomó el balón en la mitad de la cancha boliviana.
La delantera de los argentinos es la mejor del torneo, pero su defensa y medio campo dejan mucha tela para cortar. A pesar de tener las oportunidades más claras pareció verse mucho más sólido el muro defensivo boliviano.
Bolivia fue a hacer su juego, aguantar en la zona media y encontrar un hueco para colarse a la contra. Tuvieron sus momentos y con trastabillones lograron acercarse al arco argentino, ante unos defensas que en muchas ocasiones se vieron perdidos. Milito y Burdisso parecían no conocerse y la conexión con Mascherano estuvo muy floja.
El ingreso del Sergio Agüero y Di María dieron cierta velocidad y mucha más variedad en el ataque. Lo que también contribuyó con la desaparición de Messi del partido, a quien se le vio muy poco después de eso. Y todavía faltaba ese medio creador. Banega, por buen jugador que sea no estuvo a la altura del partido, además, fue quien cometió el error y permitió la chiripa boliviana.
Destaco la actuación del delantero de Bolivia, Moreno, porque aunque no marcó, él solo fue un dolor de cabeza para los centrales argentinos. Mucho mérito al arquero albiceleste que supo responder en los momentos cruciales, sacando en un mano a mano -con el marcador en su contra- dos pelotas de gol consecutivas. Y también al Kun, que por más inconsistente que sea, ayer entró y cambió el destino del partido. Tuvo una cuando estaba muy frío y la terminó mal, tuvo el golazo después de recibir un excelente pase de pecho que clavó –de primera-, en el ángulo superior izquierdo, y tuvo una tercera que el arquero boliviano le negó.
Lo que si hay que decir es que Argentina es débil con y sin Messi. Su entrenador debería considerar utilizar a Pastore y no a Cambiasso, y también buscar una opción para su banda izquierda.
Si tengo que elegir un podio para los tres mejores de cada equipo. Por Argentina pongo al Kun, Romero y a Messi; por Bolivia a Edivaldo que marcó el gol, el arquero Arias y a Moreno.