I.- El PLD y la diversidad de sus oponentes

1.- Está fuera de toda discusión la permanencia del PLD en el gobierno hasta el 2020,  a no ser que ocurra un movimiento que, como  consecuencia de una crisis de contenido político y social, haga imposible su estadía en  el  control del Estado.  Los fenómenos sociales son impredecibles; lo que un pueblo no hace en 100  años, lo ejecuta en un día.

2.- Pero así como es una realidad la presencia del PLD en el poder,  y su dominio absoluto de las instituciones,  también es una verdad  la diversidad de sus adversarios,  lo que  entraña variedad de pensamiento político; mezcla complicada  de combinar para el accionar porque   en la mezcladura está su división por la naturaleza misma de la composición.

3.- Como rivales al gobierno de turno hoy están presentes en el ambiente nacional   distintas clases sociales,  criterios ideológicos y aspiraciones personales. También se encuentran ligados  los contrarios consecuentes, por conveniencia u oportunistas, arribistas, chaqueteros arrepentidos y los personalmente lesionados  en el orden  económico.

4.- Partiendo  de la multiplicidad de organizaciones opositoras al gobierno del PLD, la heterogeneidad ideológica y la diversidad de objetivos de las mismas, conviene a cada una de ellas definir sus posiciones, puntos de vista, la postura propia que han  de asumir y las tareas que están en condiciones de realizar por sí mismas  y  con  otros grupos de oposición.

5.- No escapa a nuestro conocimiento que en el medio político dominicano, dentro  de los  contrarios al gobierno del  PLD, están, entre otros,  aquellos que consideran que deben  dirigir el Estado para resolver sus problemas personales, que todo siga igual y  nada cambie, a no ser las personas que han de administrar los dineros del erario.

6.- En el lado opuesto a los  ya  indicados contrincantes,  están los opositores  convencidos de que el PLD, al igual que los partidos y administraciones anteriores, nada hará en provecho del pueblo y que, por tanto, hay que  quitarle  el poder para instaurar por primera vez  en el país  un  gobierno de contenido democrático, totalmente distinto a los anteriores, con un modelo económico nuevo y una democracia en la cual el pueblo participe, controle y decida.

7.- No hay duda de que el antagonismo existente entre  los  competidores a la administración del PLD, hace difícil su unidad para accionar con éxito. Los conflictos entre quienes  tienen igual objetivo político  generan desacuerdos que debilitan y hacen imposible coordinar acciones comunes.

8.- La ausencia de afinidad ideológica conduce al alejamiento; la separación crea debilidad  donde se necesita fortaleza; la discordia y la afinidad son incompatibles, lo mismo que la convergencia con el contraste.

9.-  Estar unidos existiendo  diversidad, requiere mutua comprensión y lealtad, algo complicado para quienes se consideran indispensables y se muestran recelosos, porque la sospecha la tienen por delante, la  suspicacia asoma en cada encuentro que se supone es entre confiados y bien pensados.

10.- La ilusión de creer que individualmente pueden derrotar al PLD,  y la dispersión ideológica  de sus adversarios   ha contribuido, entre otros factores,   a que éste conserve el  poder. En política hay que ser realista,  no soñador;  entusiasmarse es fácil, lo complicado es materializar el encanto logrando lo que motiva la ilusión.

 II.- Una oposición progresista al actual  gobierno

11.- La práctica  de la vida nos enseña y hace posible que vivamos   la realidad y no en las nubes, y  aprendamos  de nuestros aciertos y desaciertos, del buen tino y de los errores.

12.-  A  los hombres y mujeres del país con ideas progresistas,  los años en el accionar político deben servirles para  recapacitar, repensar  lo que  han  hecho bien,  y también reflexionar  sobre lo que  les ha llevado  a la desgracia

13.- La experiencia resultante de los avatares políticos debe   haber enseñado a los que aquí siempre han impugnado el sistema social dominante, que  no  les  han dado  buenos  resultados  andar mal acompañados, a la cola de los partidos tradicionales, y empujándolos para  que avancen y lleguen al poder.

14.- El escenario político nacional actual es ideal para que las fuerzas motrices dominicanas  identificadas en el movimiento democrático, comiencen a trillar su propio camino, diferenciándose de otros grupos de oposición al actual gobierno. La diferenciación debe expresarse con claridad para que no dé lugar a confusión e interpretación caprichosa  en el seno del pueblo.

15.-  Sería  fácil de establecer  la desemejanza de los que se oponen al  gobierno desde una posición progresista y de principios, la que debe comenzar  por  los mensajes  dirigidos a las masas y los métodos  de lucha,  lo que haría evidente la disparidad con otros actores oposicionistas.

16.- Las  fórmulas  a  aplicar por  aquellos que persiguen  hacer oposición con visión democrática y progresista,  deben ser de una forma tal que sirvan   para marcar clara  distancia con los que  hacen de rivales  al oficialismo  desde una óptica conservadora, persiguiendo  que se mantenga el mismo modelo económico, cambiando sólo  de  administrador.

17.-  Una oposición de avanzada, coherente y con un programa que recoja las más sentidas aspiraciones de los que en  el país son los más, llamaría  la atención por la disparidad de metas a cumplir,   los objetivos a alcanzar y el contraste con los que sostienen posiciones llamadas a preservar el  statu quo.

18.- Una vez se haga un trabajo político permanente  ante el pueblo dominicano, y con un discurso distinto al de otros adversarios al gobierno, se va a comprobar que hay una oposición nueva que persigue construir una democracia renovada, que no tiene semejanza con la actual ni con la que propugnan otros grupos políticos que dicen ser opositores al régimen de turno, pero sólo les  interesa el  quítate tú para ponerme yo, y que  todo siga igual.

19.- Una oposición  progresista,  con un programa bien definido  con relación a lo que se propone realizar  en  un futuro gobierno apoyado por las grandes mayorías nacionales, concitaría el respaldo popular, a la vez que establece distancia inequívoca con otros grupos  que dicen ser contrarios  al oficialismo.

20.- En la medida que se delimitan los campos entre los adversarios al régimen   que procuran transformaciones verdaderas y posibles,  y aquellos que hacen oposición sin cuestionar el modelo vigente,  el comportamiento de los que  accionan por cambios estructurales    se hace inconfundible,  frente a la actitud  imprecisa, ambigua  y difusa de los demás oposicionistas.

21.- Las personas del país con  ideas avanzadas, desde los demócratas sinceros y consecuentes, pasando por los religiosos comprometidos con las causas justas, hasta los socialistas reales,  deben levantar un programa en el cual expongan en forma nítida  los principios, orientaciones, planes de trabajo a realizar y objetivos fundamentales a alcanzar, lo que permitiría  establecer diferenciación, particularidad en el quehacer político nacional.

22.- Los hombres y mujeres que aquí están identificados con el progreso social, el desarrollo nacional y adelanto en todos los órdenes,  están en condiciones de hacerles  una oposición al gobierno que sea convincente, y claramente diferente a la que han hecho y hacen los que están comprometidos con el presente orden establecido que se fundamenta en la desigualdad  de oportunidades para la mayoría de la población.

23.- Solamente aquellos que no están comprometidos con el sistema  actual están en condiciones de plantearles a las masas populares una política clara contraria a la actual  administración;  quienes están atados a las reglas  del orden vigente no pueden cuestionar su existencia porque  se convertirían en  sepultureros de  sus propios intereses.

24.- Al gobierno del PLD no se le puede hacer oposición política pura y simple; hay que  combinarla  con demandas de contenido social,  que solamente pueden ser levantadas por  las organizaciones progresistas, no así por aquellas vinculadas  con el sistema  y  giran alrededor   de las reglas del orden establecido.

25.- Solamente desde una oposición progresista puede plantearse  la brega contra la administración actual,  recurriendo  a desenmascarar  el sistema  demostrando que es incapaz  de solucionar los problemas más acuciantes  de nuestro pueblo. Los pronunciamientos politiqueros  no  se afianzan  en la conciencia de las masas, ni el gobierno  se siente preocupado  porque todo cae en la cháchara politiquera.

26.- Las reivindicaciones  de fondo, aquellas que están relacionadas con transformaciones  de la base económica de la sociedad y alcanzan  asuntos  de orden económico, político y social, no pueden ser demandadas  por los partidos  tradicionales, sino por los que  cuestionan el sistema y están en disposición de llevar a la práctica  las conquistas reclamadas y sentidas por el pueblo.

27.- Es un compromiso  de los dominicanos y dominicanas  con vocación democrática,  ante el existente descalabro material  y espiritual  que padecemos,   crear las bases para erigir  un gobierno integrado  por fuerzas sociales y políticas que nunca hayan estado  en el poder, y aspiran a ejecutar  con la voluntad del pueblo  un programa mínimo  para instaurar  nuevas instituciones y adecentar la vida pública.

III.- La unidad de sectores progresistas y  grupos del sistema

28.- En política no puede andarse dando tumbos, bandazos a lo loco; en  un constante vaivén, de tambaleo en tambaleo. Hay  que actuar con coherencia, acorde con el momento, con la consistencia que imponen las circunstancias. La incongruencia, lo absurdo, no cuadra en la política certera y racional.

29.- En el actual ambiente político dominicano convergen varias generaciones de políticos con ideas progresistas los cuales,  saben lo que desean, el tipo de administración que aspiran  dirija  las instituciones  y órgano del Estado. De ahí que no hay lugar a confusión alguna en lo que respecta a los que tienen iguales objetivos a alcanzar.

30.- Los grupos políticos  del país  con formación progresista tienen la suficiente capacidad para comprender  que  la situación política que estamos viviendo no es para llevarla solamente al campo político, sino también al social, y hay que ser sumamente cauteloso para dar los pasos que más conveniente  para alcanzar las metas  propuestas.

31.- En los distintos   hechos de contenido político y social ocurridos en el país en los últimos años, en la generalidad de ellos han estado presentes,  como actores o testigos,  los hombres y las mujeres  con ideas progresistas,   y han hecho contribuciones significativas  para el avance democrático, lo que demuestra que no son improvisados políticos.

32.- Cuantas veces  se ha hecho necesaria  para la defensa  de las reivindicaciones  de los oprimidos  de la sociedad dominicana,  el sector progresista del país  ha estado ahí, haciéndole honor a su pensamiento, demostrando coherencia  con sus ideas  y principios.

33.- El hecho del movimiento democrático del país crear su propio espacio político para diferenciarse de otras fuerzas de oposición al gobierno,   no constituye  un obstáculo  para formalizar   acuerdos tácticos  con otras agrupaciones,  conservando siempre su independencia. La identidad de un órgano político no se pierde por el hecho de hacer trabajos unitarios  que coinciden con sus propósitos  programáticos.

34.- Saber escoger  los aliados  para trabajos específicos  permite  obtener triunfos  individualmente  imposible de lograr. De ahí que el buen sentido político manda  a actuar  con suficiente tacto a la hora de formalizar una alianza para avanzar.

35.- No es  cosa del otro mundo  tener pleno conocimiento de la ubicación ideológica de los principales artífices  de la política nacional, las organizaciones políticas a las que pertenecen y los objetivos que persiguen. En el conjunto de los grupos políticos el lugar determina lo que ambiciona el actor, a la  vez que su localización sirve para saber hasta dónde llega como aliado.

36.- Los sectores de avanzada, aquellos que impugnan el actual ordenamiento económico y social del país, han tenido tiempo más que suficiente para saber con quienes pueden y deben  unirse políticamente; en ellos no puede existir  duda  porque aunque el error es de los humanos, el despiste en el accionar político en muy pocas ocasiones ocurre,  a no ser que se tenga un embrollo, un desorden en el análisis del desarrollo de las actividades políticas.

37.- Aunque en  el cuadro político nacional  se considera como  formando parte de la oposición al gobierno a todo el que está   en desacuerdo con el  mismo,  sin distinguir la naturaleza de esa  posición adversa,  quien  domina la política no  desconoce   que dentro de los contrincantes los hay con los más diversos  motivos.

38.- Nada quita a los sectores progresistas unirse en forma coyuntural  con adversarios ideológicos.  La unidad de los contrarios es posible cuando los que se unen  previamente definen hasta qué punto estarán agrupados, y el  momento que se procederá  a la separación.  La unión táctica no puede prolongarse más allá de donde la incorporación  daña  la estrategia de una de las partes. En  política, a veces es más conveniente  estar alejado de un aliado coyuntural, que una cercanía perjudicial.

39.- En todo caso, la franqueza  debe prevalecer entre los interesados en estar unidos por un periodo determinado. Si no se definen los objetivos a perseguir, la  vinculación, la armonía no va a perdurar porque acecha la desunión, que conduce necesariamente a la degradable separación agraviada.