Cuando apreciamos el mapa mundial y en el mismo ubicamos la lucha de intereses reales que sostienen algunas de las potencias emergentes actuales, percibimos una idea más clara de lo que acontece, y caemos en cuenta de que existen pugnas muy relevantes en nuestra América Central, el Mar de Japón en Oriente y Medio Oriente, que indican el auge de países emergentes -Potencias como la República Popular China y la Federación de Rusia-, retomando intereses estratégicos durmientes durante la guerra fría hasta hace cuatro años atrás.

Aunque si bien conflictos como el que se desarrolla en la República Árabe Siria, es un evento resultante de violencia Estructural y cultural del Estado administrado por una minoría Alauí (tal como lo dispuso la administración Francesa en la década de los 30 y 40 del siglo pasado) sobre una mayoría Suni,  no podemos descartar factores detonantes del actual conflicto para entender este complejo suceso de alcance mundial:

El primer factor se relaciona con el medio ambiente la peor sequía en novecientos años ocurrida a partir del 2006 que trajo en sí, la disminución de un 40% de la irrigación de las tierras de cultivo.

El segundo factor la crisis de producción alimentaria con la pérdida de un 30% de la producción agrícola, en parte causa de técnicas agrícolas incorrectas y la escasez de agua, que de acuerdo a estudios de la NASA trajeron como consecuencia 1.5 millones de desplazados campesinos a las periferias de las principales ciudades de Siria y el aumento de más del 100% en el precio de los cereales.

Tercer factor, la perdida de producción agrícola y la disminución del agua trajo una crisis de agua potable y alimentaria que se agravo con la sobre población de la ciudad con la clase campesino. Originando racionalización del agua y alimentos donde mientras se alegaba que el Estado favorecía a las facciones Alauí sobre la mayoría.

Sin embargo aparte de las ideologías políticas y las circunstancias   aspectos en el contexto internacional que se deben tomar en cuenta el factor del equilibrio de poder y los intereses estratégicos de las potencias hegemon y las potencias emergentes, sobre el espacio geográfico en que acontecen estos hechos:

En el caso de la guerra Siria,  el mayor de los conflictos armados y el más representativa de los casos de estudio por la complejidad de los actores internacionales Estatales y no Estatales que participan en ella: por un lado tenemos una potencia emergente en Rusia y su necesidad de salir al mar mediterráneo como posición estratégica militar y como espacio comercial para asegurar el comercio y distribución del gas natural y petróleo, por otro lado a Estados Unidos como hegemon, que busca detener (sin aliados formales) la potencial permanencia de Bashar al Assad en el poder, así como del fortalecimiento del eje Damasco -Teheran que perfilan c aliados estratégicos de Rusia.

Dentro del complejo tablero, vemos el auge de ISIS como actor no estatal que busca salida a mediterráneo y aprovechar las reservas de gas y petróleo del pueblo Kurdo, con efectos devastadores en Iraq y Siria kurda.

Siria como confluencia geográfica llana es antesala y punto convergente del Anatolia, Cáucaso y Medio Oriente se dirige hacia el mediterráneo, hace Frontera con Turquía, país contención de la salida al mediterráneo de Rusia y Estado escudo de los Estados Unidos de las aspiraciones Rusas desde los primeros años post segunda guerra mundial, Iraq, que con sus probadas reservas de petróleo y gas natural es punto central de los interese energéticos de occidente y Jordania Estado aliado de los Estados de la península Arábiga, es parte del espacio pivote de la geopolítica de la energía.

América Central y el Caribe como última frontera imperial

Para nuestra próxima convergencia de lucha de interés real entre los Estados emergentes de China, Rusia y los Estados Unidos de América tomaré un punto de partida uno poco probable: La República de Nicaragua como espacio de confluencia geográfica de importancia estratégica militar y comercial por ser mediterránea del Océano Pacífico y la masa Caribe -Atlántico.

Con el acercamiento Sino-Nicaragüense y Sino-Costarricense, cultivado desde finales de la década de los 90 y en especial en este decenio, se ha desarrollado las economías de ambos Estados por medio de Inversiones directas. Este acercamiento permite a la República Popular China tener incidencia geo estratégica en estos dos Estados con divergencias limítrofes: como sucede específicamente con el diferendo respecto al Rio San juan, históricamente la ruta del primer canal interoceánico disputado en su momento entre Inglaterra y los Estados Unidos hasta el Tratado Clayton-Bullwer de 1850, y en los últimos años atizado por la demanda de Costa Rica ante la Corte Internacional de Justicia en la Haya, motivado por el uso y navegación de sus aguas.

Esta pugna revive en el proyecto de un nuevo canal inter oceánico, que permitiría a China Continental tener una presencia Geoestratégica superior a la de los Estados Unidos con un supuesto relevo al Canal de Panamá.

Como habíamos expuesto en otra ocasión, el Caribe es la última frontera imperial, y es de esperar que sean las potencias que busquen invertir y pactar acuerdos en las zonas de interés geoestratégico, como indicaba el acercamiento Washington-La Habana.

Escenario de Corea del Norte y la imagen del enemigo

Como Estado aislado en la comunidad internacional, Corea del Norte puede ver su dependencia económica con la República Popular China, una vía de mantener su vigencia como Estado, aunque como un peligro, iniciando tensión en el Pacífico  para iniciar su permanencia geoestratégica asumiendo un papel peligroso de la contraparte de los Estado Unidos de América. Siendo estos artificios posible carta de negociación sobre intereses estratégicos de la Corea del Norte.

En perspectiva tras la caída de la URSS, y el auge de Rusia y China se han retomado los intereses geoestratégicos pendientes desde la guerra fría y vemos como antiguos aliados de izquierda se reinventan en Nicaragua y proponen un nuevo Estado pivote, como se lucha por el poder en medio de la fragmentación étnica y territorial en zonas de interés real en Medio Oriente y por coherencia de Estado en medio del ostracismo político internacional como sucede con Corea del Norte.