La madrugada del martes una tragedia sorprendió a los residentes del populoso sector La Esperanza,  de Los Ríos, del Distrito Nacional, cuando se produjo una explosión en una envasadora de gas (GLP) que operaba en medio de un área densamente poblada.

Los daños provocados por la explosión y el posterior incendio a las personas y propiedades aun no han sido cuantificados, pero por la magnitud del evento se suponen graves y cuantiosos.

A las lesiones físicas y a los daños a edificaciones de negocios y residencias se debe agregar el impacto emocional y mental que genera en aquellos que no han sido tocados directamente, pero que sí por la conmoción generalizada.

A nosotros también nos sentimos  muy identificados con las víctimas de estos graves acontecimientos que con las características típicas de un accidente son evidentemente prevenibles con tan solo cumplir con las normas establecidas para estos casos y tomando las medidas de contorno de riesgos sobre las cuales hemos hecho referencia en diferentes artículos que hemos publicado para esta columna.

Es generalizada la "percepción" de que para obtener los permisos y los certificados de no objeción hay que disponer de fuertes sumas de dinero

Este tipo de tragedia casi siempre afecta al personal que labora en las envasadora de GLP y como hemos tratado aspectos de los Accidentes de Trabajo resulta oportuno recordar que estos son hechos repentinos y que tienen como causales actos inseguros (factor humano) y condiciones inseguras (materiales, equipos, maquinarias, instalaciones, etc.).

De manera que los accidentes que se producen en las instalaciones a las que nos referimos, que ya son una preocupación nacional por la proliferación de este tipo de negocio en todo el territorio, pueden ser evitados de cumplirse con las normas de seguridad establecidas para el almacenamiento, envasador y despacho de GLP.

Pero en realidad todo debe comenzar cuando se inicia la gestión de los permisos para la instalación de las envasadoras de gas propano en las que tienen que intervenir unas 8 instituciones del Estado. Es generalizada la "percepción" de que para obtener los permisos y los certificados de no objeción hay que disponer de fuertes sumas de dinero.

Una de las normas especifica la distancia de viviendas pero resulta que en este como otros casos se instalan envasadoras de GLP en áreas apartadas que luego son rodeadas por edificaciones habitadas y viceversa.

Visto el caso, todos los actores que tienen que ver la construcción y operación de plantas envasadoras y distribución de GLP deben poner todo sus esfuerzos para evitar tragedias como la sucedida haciendo cumplir el Reglamento que rige ese tipo de negocio.

Es importante señalar la importancia de la investigación de los accidentes con el objetivo de tomar todas las medidas pertinentes para evitar que se repitan otros por las mismas causas. Esto explica el rigor con que se realizan las investigaciones de los accidentes aéreos, en los cuales una vez determinadas las causas  de un desastre resulta muy difícil que se replique.

Deben, además, hacerse inspecciones periódicas programadas (no operativos) de las envasadoras ya instaladas verificando que operan adecuadamente, que cumplen con los reglamentos y las normas.

Debe darse capacitación continuada al personal que trabaja en las envasadoras dándoles las instrucciones sobre la manipulación correcta de los equipos y del GLP.

Ya se ha publicado sobre técnicas operativas que eliminen o disminuyan riesgos y mencionan: estudio de equipos y métodos de trabajo, sistemas de seguridad, dispositivos de seguridad, resguardos, equipos de protección personal, señalización.

Creo, finalmente, que podría ayudar la formación de un organismo técnico a manera de "Ventanilla Única" que maneje todo lo relativo a la aprobación, construcción, operación e inspección de las envasadoras de gas licuado de petróleo (GLP).