J P Morgan es una de las instituciones americanas cuyos comentarios económicos tienen mayor credibilidad y prestigio. En el caso dominicano desde hace años sus reportes los prepara Franco Uccelli.
La semana pasada su análisis sobre nuestro país pinta un escenario prácticamente bucólico, pues el PIB crecerá un 5.5%, gracias al turismo, altas exportaciones de mercancías y remesas, fuertes flujos de inversión extranjera privada y la ventaja de bajos precios del petróleo. Durante el primer cuatrimestre el déficit fiscal se redujo, gracias a un aumento de un 2.5% en los ingresos fiscales y, más importante, a una reducción de 5.9% en los gastos, concentrados en los de inversión. Pronostica que el déficit a finales de año será menor que el 2.4% proyectado por el gobierno.
El déficit de la cuenta corriente de balanza de pagos está llegando a su nivel más bajo en once años, gracias a mayores exportaciones de oro y bajos precios del petróleo. Las remesas durante el primer cuatrimestre han aumentado un 12.8% y los ingresos por turismo han subido casi un 10% provocando que el turismo ya represente el 17% del PIB y generando casi el 16% de los empleos en el país.
No cita el creciente endeudamiento y el peligro de que esté llegando a su límite, llevando el país doce años consecutivos con déficits fiscales. Precisamente pocos días después, nuestro gobierno emitió US$500 millones en bonos soberanos, a la tasa más baja a la fecha. Sorprende que en vez de seguir utilizando como corredores a firmas de primer orden y especializadas en la emisión de deuda de mercados emergentes, esta vez contrató a Jefferies, LLC, Stifel y Drexel Hamilton, sin experiencia en ese tipo de bonos. Luce que cuentan con un buen padrino dentro del gobierno.
Roberto Rodríguez Marchena y su grupo en el Palacio Nacional están tan ocupados con el tema de Odebrecht que ni siquiera han repartido el artículo de J P Morgan.
En contraste, el servicio Bloomberg, el que más noticias financieras transmite en el mundo, distribuyó esta semana un largo artículo sobre cómo el escándalo de Odebrecht está poniendo en peligro no solo a Punta Catalina, sino al propio presidente de la República.
De lo que se habla poco es de si Punta Catalina terminará con un costo igual al de la licitación que ganó Odebrecht, o si han surgido o surgirán adendas. Como ya más del 70% de la obra está construida, eso no es difícil de determinar, si se hiciesen públicos los datos. Poco gana la comisión encabezada por Monseñor Agripino Núñez Collado determinando que la licitación fue sana, si Odebrecht después ha logrado aumentar el costo de la obra. Pero aparentemente los términos de referencia de esa comisión no incluyen averiguar los costos adicionales en que se ha incurrido desde que se inició la obra.
Otra noticia que ha pasado desapercibida ha sido la importante declaración del mes pasado del secretario norteamericano del comercio, Wilbur Ross, sobre las perspectivas del DR-CAFTA. Dijo: "El Acuerdo de Libre Comercio norteamericano con Centroamérica y la República Dominicana ha funcionado bastante bien, pero todo acuerdo comercial necesita ser revisado ocasionalmente".
De que ha funcionado bastante bien para los norteamericanos lo evidencia el fuerte déficit comercial bilateral que nuestro país mantiene con Estados Unidos. Pero, a pesar de eso, Ross quiere renegociarlo. Que se comiencen a preocupar nuestros textileros con posibles cambios en las reglas de origen ("América primero", lo que significa más empleos allí) y que no mantengan muchas esperanzas nuestro sector agropecuario que muchos son los votos que necesitan los republicanos en los Estados donde se produce arroz, frijoles, carnes y leche. Ross también ha dicho que para debilitar a los mexicanos quiere convertir el NAFTA en dos acuerdos, uno con México y otro con Canadá. El Congreso norteamericano aun no ha confirmado el nombramiento de Robert Lighthizer como negociador de estos tratados. Aguardemos a ver qué dice.
Finalmente, la semana pasada Panamá abandonó la lista de los "paisitos" que todavía reconocen a Taiwán entre los cuales está el nuestro. Ya antes lo había hecho Costa Rica. La desagradable noticia le llegó a Taiwán mientras allí estaba Reinaldo Pared Pérez acompañado por una generosa comitiva de siete otros dominicanos.