La Unión Estudiantil Revolucionaria (UER), jugó un trascendente papel en el ámbito estudiantil a nivel nacional en contra de los residuos trujillistas con respuestas aguerridas y contestarías coherentes, progresistas, donde había una incidencia decisiva de la izquierda dominicana.
En Santiago de los Caballeros, el Liceo Francisco Ulises Espaillat y Onésimo Jiménez eran dos centro educativos, fortaleza de este grupo estudiantil, contra las medidas reaccionarias trujillistas vigentes y neo trujillistas. Sotero Vásquez, era uno de los dirigentes de la UER, más combativos y comprometidos con su papel estudiantil revolucionario en estos planteles. El aparato represivo de seguridad lo calificación e identificaron como un “comunista” peligroso.
Y tenían razón por lo de comunista, porque era militante del Movimiento Popular Dominicano, uno de los grupos políticos aguerridos y simbólicos de la izquierda, donde llegó a proclamar “lo mejor al campo”. Lo de “peligroso” era una identificación para la persecución y el abuso represivo policial en la intolerancia radical del sistema.
Coherente con su visión política, Sotero se trasladó a la ciudad de Santo Domingo y al entrar a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), al poco tiempo pasó a ser dirigente del Frente Estudiantil Flavio Suero y a nivel del Comité Central del Movimiento Popular Dominicano (MPD). Desafió y enfrentó a la dictadura-Ilustrada balaguerista, teniendo una destacada actuación en la lucha reivindicativa por el “medio millón para la UASD”.
La trayectoria de lucha de Sotero era permanente y legendaria. Cuando los estudiantes de la UASD marcharon al Palacio Nacional pacíficamente en protesta patriótica, todavía con las fuerzas invasoras norteamericanas en el país, solo recibieron ráfagas de fusiles y ametralladoras, asesinado a la niña-mujer Amelia Ricart, hiriendo a docenas de estudiantes cuya respuesta fue el himno nacional, su coraje, su amor por la UASD y el país.
Sotero, que era miembro del Consejo Universitario, junto con Iván Rodríguez, Erasmo Vásquez, Roberto Santana y Santiago Ventura, entre otros líderes estudiantiles, estaban presentes en este escenario sangriento, saliendo ilesos, pero terminaron encerrados en las lúgubres cerdas de la cárcel del Palacio de la Policía. Allí, como era costumbre, fueron fichados y “depurados”. Puestos en libertad en casi su totalidad, pero como Sotera era “un comunista peligroso”, junto algunos compañeros, fue enviados presos a La irónica y siniestra cárcel de la Victoria”.
Después de este acontecimientos, Sotero frente a otros compañeros, crearon el Comité Permanente de Homenaje a los Héroes y Mártires Frente al Palacio Nacional, en una lucha contra el olvido, donde cada año realizan, en el mismo escenario del ametrallamiento, un acto-recuerdo en homenaje a los caídos, apresados y mutilados por el huracán de la violencia y la represión cavernícola de la irracionalidad del Poder.
Como todo revolucionario y amante del país, Sotero dijo presente militantemente en las gloriosas trincheras de la dignidad de abril del 65, defendiendo la patria de las botas invasoras que mancillaron al país.
Sobreviviente, su voluntad y principios revolucionarios se fortalecieron, se reafirmaron sus ideas políticas se multiplicaron sus compromisos con la patria, por eso, asumió una actitud contra la dictadura-ilustrada balaguerista, por la cual fue perseguido y apresado en diversas oportunidades. Aun así, continuó en sus actividades revolucionarias. Por ejemplo, él era uno de los contactos del mártir y héroe Henry Segarra en el Cibao.
Siempre luchado contra el olvido, en compañía de amigos como Mochín Pinedo y Papito, se dedicaron a la reivindicación de la memoria de los acontecimientos y combatientes de abril del 65. Hicieron un inventario de los Comandos revolucionarios y sus integrantes en la zona Norte. Soñaban con una ruta de los Comandos. Querían una tarja con su descripción en cada lugar. Organizaron diversos actos en reconocimiento y honor de combatientes de la patria que eran anónimos. ¡Su misión y su dedicación eran permanentes!
Estando yo en la Dirección de Cultura de la UASD, la visita de Sotero, Monchín y Papito era semanal. Siempre hacíamos una tertulia política. Ellos siempre buscando apoyo para actividades contra el olvido. Siempre apoyando todas las actividades patrióticas. ¡Fui privilegiado con la amistad de estos tres revolucionarios!
Como catarsis en una dinámica revolucionaria permanente Sotero, era un amante dirigente deportista de dimensiones nacionales e internacionales. Presidió la Federación Deportiva Internacional de Deporte (FISU) Y Presidente de la Organización Deportiva Universitaria Panamericana (ODUPA), para orgullo del país.
Fue docente ejemplar, profesor de la UASD, la Universidad del Pueblo, recordado de manera particular en la extensión universitaria de este centro de estudios en Banì, donde dejó sus enseñanzas.
Con una sonrisa permanente, una voz convincente, Sotero fue un revolucionario de una vida entera. Nunca se retiró, jamás se entregó y no pudo ser comprado. Fue un ejemplo permanente, con un carisma de líder y de dirigente. Una patria libre era su obsesión, la revolución era su sueño y su pasión fue estar al servicio del pueblo. ¡Sotero Vásquez fue un revolucionario permanente, un ejemplo y un símbolo de generosidad!