El proyecto de Presupuesto Nacional del 2020 presentado al Senado estará afectado por la caída de los ingresos por más de RD $ 20,000 millones para el 2019, la disminución del crecimiento esperado del PIB a 4 %, los efectos negativos sobre los ingresos de turismo y por las preocupaciones de un ambiente político muy recargado y tenso, como ocurrirá durante la campaña para las elecciones generales de mayo de 2020. Entraremos el año con un panorama de incertidumbres internas y externas muy agitado, que de seguro disparará el gasto público en la campaña política y aumentará el déficit por un gran exceso de gastos.

El anteproyecto de Presupuesto Nacional del 2020 asciende a RD$ 997,119 millones, que incluye las fuentes de financiamiento y las amortizaciones. El aumento neto del presupuesto es de RD$ 75,309 millones, sobre el monto de 2019, que representa un aumento de 9 %. Es un incremento preocupante, pues mantiene el déficit y el alto endeudamiento para financiarlo. No se evidencia sentido de racionalidad o o reforma fiscal integral. No hay cambio de modelo o políticas públicas.

El presupuesto se basa en un total de ingresos ordinarios de RD$ 750,823 millones y gastos totales de RD$ 861,074 millones, que representa un déficit de RD$ 110,251 millones o US$ 2,120 millones, o el 2.2 % del PIB, que hay que financiar nuevamente con deuda interna y externa. El gobierno había proyectado el déficit del 2019 en 1.7 % del PIB y terminará el año en 2.3 % o más de RD$ 100,000 millones. Para el 2020 el déficit se proyecta a 2.2 %. Un retroceso fiscal, por no hacer una necesaria reforma fiscal.

El financiamiento total bruto autorizado a contratar es de RD$ 246,296 millones o US$ 4,748.6 millones, una cifra impresionante y peligrosa en esta época de incertidumbres, para cubrir el déficit y las amortizaciones. Esta bola de nieve de financiamientos, crece como un círculo vicioso. Deudas, para pagar deudas. Para financiar el déficit fiscal proyectado de RD$ 110,251 millones y amortizar la deuda pública, el presupuesto contempla un nuevo endeudamiento interno de RD$ 86,312 millones o US$ 1,660 millones y de fuentes externas RD$ 159,983 millones o US$ 3,076, principalmente de bonos soberanos.

Al examinar los ingresos y gastos del presupuesto saltan algunas interrogantes y dudas. Por ejemplo, el total de ingresos proyectados de RD$ 750,823 millones, representa un aumento de RD$ 79,705 millones, un 11.9 % sobre el de 2019. Este aumento parece muy optimista con supuestos débiles. Pero el total de gastos es de RD$ 861,074 millones, un aumento de RD$ 95,619 millones, con un aumento de 12.5 %,  de los cuales RD$ 732,274 millones son para gastos corrientes y RD$ 137,800 millones de gastos de capital. Sin embargo, como los ingresos son más bajos que los egresos, en vez de ahorrar para reducir el déficit, decidieron aumentar el gasto en RD$ 95,619 millones. El total de gastos representa el 17.5 % del PIB.

Los supuestos básicos del presupuesto son; un crecimiento de 5 % del PIB, inflación de 4 %, petróleo WTI a US$ 59.1/barril, y depreciación de la tasa de cambio a RD$ 53.56 por un dólar. Se mantiene la estabilidad macroeconómica a corto plazo, sobre la base del endeudamiento masivo. No se proyecta una reforma fiscal ni saneamiento del estado hipertrofiado de gastos superfluos y sobre nóminas, como ha insistido el FMI y la sociedad dominicana. La reforma fiscal integral quizás será tarea del próximo gobierno.

Deuda y su Servicio.

Para pagar los intereses de la deuda se asignaron RD$ 149,993 millones, o US$ 2,884 millones o el 23 % de los ingresos tributarios. Una cifra que hipoteca al presupuesto, pues de cada peso de impuestos, 23 centavos se destinan a pagar los intereses de la deuda. Si se suma el monto para pagar amortizaciones de la deuda de RD$ 86,908 millones, o US$ 1,671 millones, el total del servicio de la deuda, intereses y principal, ascenderá a 45 % de los ingresos tributarios. Un cifra apabullante y peligrosa a mediano plazo. Es un alto riesgo, que el gobierno no desea aceptar o comprender.

Para que se pueda comparar la evolución del pago de los intereses de la deuda, veamos estas cifras de tres años diferentes. En el 2004 se pagaron solo RD$ 15,300 millones por intereses, en el 2012 se disparó a RD$ 55,869 millones y al 2020 llegará a la alta cifra de RD$ 149,993 millones. Del 2012 al 2020, el aumento del pago de intereses de la deuda ha sido astronómico, y la tendencia seguirá en aumento cada año, hasta que venga una crisis o se cambie el modelo económico dependiente del endeudamiento.

Con la emisión de bonos soberanos ejecutados en el 2019 de US$ 2,250 millones, el total de bonos emitidos alcanzó US$ 16,568 millones a agosto de 2019. Para el año 2020 se contemplan nuevas emisiones de bonos soberanos de US$ 2,000 millones. Estos bonos son peligrosos porque se sabe que no se podrán pagar, solo con reenganches y nuevas emisiones. Una centrífuga financiera de Estado.

Respecto a la deuda pública total del gobierno, al 19 de agosto de 2019 ascendía a US$ 34,400 millones. Si se  suman la deuda del Banco Central por emisión de Certificados de RD$ 606,445 millones (US$ 11,662 millones) a septiembre de 2019, lo que brinda un gran total de US$ 46,062 millones de deuda nacional consolidada o el 53 % del PIB. Como se puede apreciar, con el agresivo endeudamiento público se han financiado los déficit fiscales de doce años, el rápido crecimiento del PIB y se ha anclado la tasa de cambio.

Gastos por Programas.

Para el 2020 se establece un gasto en remuneraciones de RD$ 208,858 millones con un aumento neto de RD$ 22,541 millones y gastos de bienes y servicios de RD$ 105,660 millones, cifras que reflejan el drástico aumento del clientelismo y botellas. La nómina pública total pasó de 391,684 empleados en 2012 y casi al doble, a 634,407 empleados a junio de 2019. En el 2012, las remuneraciones al personal eran de RD$ 86,772 millones y los gastos en bienes y servicios RD$ 94,328 millones. Por eso, solo las nóminas han aumentado en RD$ 122,028 millones en seis años o, en RD$ 20,338 millones por año. Un claro Estado clientelar, con gran aumento en empleomanía y en gastos por remuneraciones.

Al examinar las partidas de gastos por ministerios, programas y proyectos, se evidencia un sentido de despilfarro, de gastos duplicados, de creaciones de nuevos organismos por cada nuevo proyecto, cuyos gastos no se desglosan ni se detallan y constituyen un desbordamiento de gastos y cada vez menos inversiones públicas en obras.

La asignación de la Presidencia es de RD$ 69,179 millones. Si se desglosan: RD$ 21,889 millones para el Ministerio Administrativo de la Presidencia, que se ha convertido en un súper ministerio y en otro constructor; para el Gabinete Social RD$ 29,184 millones que dirige la Vicepresidencia, que es una suma muy alta, que se gastarán en planes “sociales” reales y otros cargados de clientelismo. Existe una gran falta de trasparencia y de auditorias de estos programas sociales. Finalmente está OISOE con RD$ 8,679 millones (otro Obras Públicas), y Ministerio de la Presidencia con RD$ 7,535 millones. En fin, dependencias con enormes gastos que no debe incurrir la Presidencia, sino los ministerios especializados.

A modo de simples ejemplos de grandes proyectos para el 2020 de los cuales no se conocen diseños, planos ni presupuestos detallados, podríamos citar: Sistema de Emergencia 911, la suma de RD$ 2,144 millones, ampliación del Metro RD$ 2,561 millones, al interminable proyecto de Presa Monte Grande RD$ 5,829 millones, RD$ 2,400 millones para la urbanización de Barrio Domingo Savio, que en el 2019 también se le asignó esa misma suma, para el Teleférico RD$ 4,000 millones (no prioritario) y solamente RD$ 500 millones para las Promipyme. Hay cientos de proyectos que no sus conocen sus detalles. 

El total asignado al Ministerio de Obras Públicas es de RD$ 43,235 millones, más los fondos de fuentes externas RD$ 12,376 millones. La cantidad apropiada para inversiones públicas en obras en proceso y viviendas y edificaciones es solo de RD$ 66,340 millones, o el 1.3 % del PIB. La meta debe ser 4 % del PIB en inversiones en obras, que impulsen el empleo, enlaces económicos y el multiplicador. Los recursos en inversiones crean más riquezas, encadenamientos y empleos, que los gastos corrientes y nóminas.

Existen grandes partidas genéricas para proyectos no muy definidos. Por ejemplo, la Circunvalación de Santo Domingo RD$ 3,500 millones, Asistencia, Mantenimiento y Seguridad Vial RD$ 3,626 millones, Desarrollo de Infraestructura de Carreteras RD$ 3,625 millones sin detalles o explicaciones, Desarrollo de la Infraestructura Física de de Hospitales RD$ 13,367 millones, que difícilmente se ejecuten todos en un año. El Plan de Humanización del Sistema Penitenciario RD$ 4,200 millones, que tampoco se ejecutará, y así sucesivamente. Estas obras no tienen auditorias ni informes financieros públicos.

Numerosos de estos proyectos ya tenían asignaciones en el Presupuesto Nacional de 2019, y ahora nuevamente se repiten las mismas apropiaciones para este año.

Observaciones y Recomendaciones.

1. Se observa que no se contempla en el presupuesto ninguna economía ni ahorros en los programas y asignaciones, para reducir el déficit fiscal, por lo menos en un 40 %. Hay un exceso de gastos corrientes y duplicaciones, y bajas inversiones. Es decir, no hay voluntad de eliminar el déficit, y de cambiar de modelo económico de dependencia de la deuda.

3. No creo viable que el déficit fiscal proyectado para el 2020 sea de RD$ 110,251 millones, o el 2.2 % del PIB. Estimo que con un año electoral el déficit aumentará a más de 2.5 % del PIB, o RD$ 125-150,000 millones.

4. Se hubiera podido disminuir el déficit cerca de RD$ 45,000 millones, para bajarlo a la mitad. También distribuir los montos de inversiones de proyectos de obras en dos o tres años, para aplicarle más realismo, y prudencia. Creo que todos los fondos asignados para gastos e inversiones no se podrán desembolsar en un solo año y debieron prorratearse.

5. Es irresponsable después de trece años de déficit fiscales continuos, planear para el 2020 otro notable aumento del gasto de RD$ 95,619 millones, un aumento neto de 12.5 %.

6. El incremento del gasto en remuneraciones a RD$ 208,858 millones, significa un aumento de RD$ 22,400 millones. El gasto en bienes y servicios, subió a RD$ 105,660 millones. En estas dos partidas hay un aumento de RD$ 31,751 millones. Un tercio del déficit. Las partidas debieron mantenerse congeladas.

7. En el proyecto de ley, se presentan presupuestos plurianuales estimados de 2020 al 2023.  Se mantiene el mismo modelo de déficits y endeudamientos cada año. Los déficits proyectados son RD$ 108,719 millones, el 2.0% del PIB, para el 2021; RD$ 82,887 millones, el 1.4 % del PIB para el 2022; y se reduce por primera vez por debajo del déficit del 2018, en el 2023, a un nivel de RD$ 55,751 millones, o el 0.9 % del PIB, lo que es un desmonte demasiado lento, insuficiente y muy poco realista. Se necesita un ajuste mayor por el gasto, una reforma fiscal integral y una reforma institucional del Estado.

8. Para mantener esta política deficitaria de 4 años y la estabilidad macroeconómica y de  tasa de cambio, el Gobierno Central y el Banco Central juntos tendrán que endeudarse entre bonos y certificados cerca de US$ 3,200 millones netos anuales.

9. No hay ninguna consolidación fiscal, ni racionalidad del gasto público. El asunto es bien serio, pues el país se juega su estabilidad y viabilidad fiscal y de deuda pública. Es un gran tema de debate que merece mucho mayor análisis e investigación en el país.

Para lograr un cambio de modelo económico, se requiere un cambio político, pues cualquier gobierno del PLD, no haría ninguna profunda reforma. Están hipotecados y auto complacidos. Solo Luis Abinader y un nuevo equipo con el PRM podría cambiar el modelo económico de la nación.