Tomándole la palabra al Presidente Danilo Medina sobre el lema de propaganda oficial Revolución Educativa, toda una estrategia política que se centra más bien en la consecución de ciertos resultados ajenos al sistema educativo, me permito en este trabajo  sugerir algunas hipótesis e ideas que coadyuven con la calidad y transformación de nuestro sistema educativo.

Sabido es que el último informe internacional que al respecto hemos recibido nos colocan en el 147 nivel de la lista de Países según la calidad educativa. De mi vivencia en Ecuador pude constatar esa gran diferencia , pues cuando familiares quisieron acceder a los colegios educativos de dicha Nación tuvieron que realizar un reciclaje y les fue difícil acomodarse al nuevo sistema por la diferencia marcada, incluso aquellos centros educativos manejan el idioma inglés desde la Primaria con aprendizaje natural a la forma bilingüe.

Y cuente, que Ecuador tiene una población de cinco millones de raza indígena que fue discriminada históricamente. De paso, revolución educativa no es siembra de Escuelas y almuerzo escolar, que no se descarta, pero no bien planificado y con exigencia educativa podrían convertirse en un verdadero obstáculo, visto como una oportunidad de los padres para resolver un problema de carencia en la familia, que no ha de ser el propósito y la filosofía del proyecto, sino comprenderlos.

Si queremos y aspiramos a un nivel de auténtica calidad educativa, tal como sucedía en el sistema de la dictadura de Trujillo, si prescindimos de la parte ideológica del mismo, se hace necesario producir una organización integral que priorice al ser humano como centro del sistema: escolares y maestros, actores fundamentales del proceso educativo, como nos dijera la gran maestra Zoraida Heredia, educadora talentosa y ejemplar que trabajó algunos de los libros como Fellito y Tatica.

¿Cómo nos atrevemos a hablar de revolución educativo en un punto inicial del proceso?  ¡Pamplinas Politiqueras !

Incluso aprovechemos el modelo educativo cubano, no copiarlo pues cada país tiene su contexto socio cultural particular, pero en definitiva asumir al ente humano en el destino de la transformación cualitativa que llevará su calidad de aprendizaje a la sociedad y a las nuevas generaciones de forma permanente, dinámica y efectiva. Es decir, una educación para la vida, no necesarIamente para el mercado, aunque arrastre al mercado.

En mi condición de educador universitario y antes en secundaria con  alrededor de 45 años, devoto de la lectura y los estudios sin parada, que recibió la savia de educadores e intelectuales como Ivelisse Pratts, Zoraida Heredia, Pedro Mir, Juan Isidro Jimenes, Eli de Gortari, Adolfo Sánchez Vásquez, Alberto Malagon, Víctor Villegas, Leopoldo Zea, Cabral Ortega, Máximo Avilés Blonda, Ciriaco Landolfi y otros no menos sapientes; recojo de ellos su vital enseñanza y creatividad para sugerir se tome en cuentas en el Sistema estas recomendaciones.

Que el Sistema Educativo aislado de la política vernácula coyuntural, Instale una Junta de Expertos Intelectuales y Educadores de la Nación que comprenda lingüistas y letrados entre los cuales podrñian estar Andrés L. Mateo, Manuel Matos Moquete, Ivelisse Pratts, Bartolo García, Iván Grullon, Marcio Veloz Maggiolo, Rafael Gonzalez Tirado, Rafael Núñez Grassals, Carlisle González, Diógenes Céspedes, Cristina Díaz, a escoger entre otros.

En el área de las Matemáticas y Física seleccionar a los más idóneos y doctos de los profesores universitarios que aporten su ingente experiencia. Por cierto, las dos áreas críticas de la enseñanza nacional demostrado por los resultados en las pruebas nacionales y en el Colegio Universitario. Sin descartar las ciencias naturales y sociales e incorporar algún filósofo doctoral para la estrategia holistica y compleja de estas áreas y disciplinas que faciliten la integración de los diversos sectores y programas a implementar en el Proyecto Educativo, el cual ha de replicarse en los distritos y  Provincias con los educadores de esas Regiones y Escuelas. Estrategia educativa que debe culminar con los profesores y educandos de la Escuela. De dónde surgirían programas y talleres orientados a actividades y eventos para la calidad educativa a futuro.

Así se contribuye con una verdadera revolución educativa, no con un slogans vacio  y precipitado, que envuelva simpatías tras la euforia de una Escuela que se inaugura con bombos y platillos que no  aporta nada a transformar la sociedad. La propuesta de esa Junta de Expertos incluiría a los venidos del extranjero  como una Sección de toda la Plataforma Educativa.

En fin, la calidad pasa por el ser humano, por su transformación, por su entereza y por su entrega a ser actores del Proyecto Educativo Nacional. Sin la presencia vigorosa del maestro a convertirse en protagonista de los programas, no es posible obtener los objetivos y metas que no se verán de inmediato, sino a futuro. Por eso, la educación transforma la sociedad mediante un proceso. Entonces, ¿Cómo nos atrevemos a hablar de revolución educativo en un punto inicial del proceso?  ¡Pamplinas Politiqueras !.