Conferencia organizada por NAPSA en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, 27 septiembre 2014

El libro de Diógenes Abréu intitulado Sin haitianidad no hay dominicanidad fue honrado por el Concurso Literario Letras de Ultramar en el género de Ensayo el 18 de Julio del 2014. Una relectura atenta. Con este premio, el autor es reconocido por su búsqueda de la verdad sobre el antihaïtianismo, un tema que siempre evoca una serie de emociones y sentimientos. Dió-genes Abréu avanza tras las huellas de Frank Moya Pons quien ha demostrado que « el ocultamiento (de la Haïtianidad) ha sido producto de una decisión consciente de los descendientes  de las primeras familias haitianas que se establecieron en la parte oriental de la isla durante y después de la Dominación Haitiana[1]. » Con aplomo, Dió-genes Abréu da los resultados de su consulta y ofrece una terapia. Sabiendo cómo el dolor resiste a los remedios convencionales, Abréu obliga a pensar el fenómeno llamado arrayano, ofreciendo los medios para evacuar la ansiedad y otros trastornos cognitivos asociados con el mismo. Se entiende por arrayano, « una persona de ascendencia haitiana, nacida en territorio dominicano y forjada en la híbrida cartografía identitaria de la frontera geopolítica que divide ambas naciones[2]. »

En relación con la sentencia TC 169-14, hay que reconocer con las Naciones Unidas que « Éste es un paso importante para rectificar la situación de decenas de miles de personas de ascendencia haitiana nacidas en la República Dominicana quienes, a raíz de la sentencia de la Corte Constitucional del 23 de Septiembre de 2013, se convirtieron en apátridas[3]». Se puede ver en la lista publicada en el Listín Diario del 26 de Agosto del 2014 que las 1,300 personas acreditadas como ciudadanos dominicanos representan una gota de agua en el océano[4]. A este ritmo, es casi imposible alcanzar los objetivos de "regularizacion" trazados en el Plan Nacional de Regularización a la fecha límite de febrero 2015. La alternativa planificada es la deportación a Haití de todos les desnacionalizados estimados a más de 200.000 personas.

Número de personas afectadas no tienen los medios materiales para presentar a la Junta Central Electoral los documentos necesarios para legalizar su presencia en la República Dominicana. Según el periodista Wander Santana, « Cientos de trabajadores cañeros de origen haitiano marcharon ayer desde el parque Independencia hasta la embajada de Haití para reclamar que el gobierno haitiano les facilite la documentación requerida para someterse al Plan Nacional de Regularización de Extranjeros que ejecuta el gobierno dominicano[5]» El dinero recibido por los trabajadores haitianos no les permite pagar 1.000 pesos (25 dólares) exigidos por el gobierno haitiano para proporcionarles los documentos requeridos por el gobierno dominicano. Esta es la opinión expresada por los manifestantes, los "viejos" como Luis Emilio (74) y José Domínguez (77) miembros de la Unión de Trabajadores de Cortadores de la Caña (UTC) en los bateyes.

El  sistema local haitiano de apartheid

Es evidente que las autoridades haitianas tienen que lidiar con los reclamos legítimos y no sólo decir alegaciones como las del embajador haitiano Fritz Cinéas acusando a los trabajadores « de estar recibiendo dinero para organizar las protestas »[6]. De ninguna forma, este proceso de regularización puede resolver en su esencia la situación de las personas nacidas en la República Dominicana y desnacionalizadas. Muletas ofrece una perspectiva que ilumina el camino que lleva a la Resolución 12-07 y también la revisión de la Constitución de 2010, que son los fundamentos de las sentencias TC 168-13 y TC 169-14 .

Dicha situación absurda creada se autoalimenta. Se puede ver en el caso de la joven periodista y escritora Deisy Toussaint que trabajaba para el gobierno dominicano antes de ser apátrida una mañana en diciembre de 2013, cuando ella quiso renovar su pasaporte para viajar al extranjero. Nacida en la República Dominicana, de un padre dominicano y de una madre haitiana, Deisy Toussaint se negó a ser un muerto viviente, un zombi, con el pretexto de que no tenia un apellido con una consonancia española y dominicana. Ella luchó para tener éxito meses,  después que su padre De Jesús le habia reconocida, como la tradición le pide. Reflexionando sobre su experiencia dolorosa, ella escribe : « El nivel de clasismo, xenofobia y racismo en la RD es muy elevado y se ha demostrado en los últimos años, sobre todo ahora con la decisión del Tribunal Constitucional[7]. »

Si la debilidad del gobierno de Haití es tal que no puede dar actas de nacimiento y documentos de identidad a sus propios nacionales en Haití, no es realista pensar que podría dar estos papeles de identidad a más de 200.000 personas que viven en tierra extranjera. Los Haitianos que viven en los bateyes son en su mayoría gente del « país fuera » que el sistema local haitiano de apartheid siempre ha excluido. Ellos son en su mayoría las víctimas de la trata organizada por los comerciantes negreros haitianos y dominicanos que venden y compran trabajadores a la industria de caña de azúcar dominicana, bajo la dirección de los capitalistas americanos que satisfacen así su necesidad de una mano de obra barata.

Despojados de su identidad por los comerciantes negreros, los trabajadores haitianos quedan con nombres y apellidos completamente « dominicanisado ». De esta manera, pueden ser utilizados y explotados a voluntad. Por tanto, una situación surrealista está creada y es la fuente de muchos turbulencias y caldo de cultivo para la política politiquería de la ultraderecha. Los trabajadores haitianos suelen ser privados de sus derechos bajo nombres que no son realmente suyos. Una verdadera regularización no puede hacerse sin la cooperación de los empleadores y los servicios administrativos  poniendo fin al engaño derivado de un nombre ficticio. De lo contrario, pierden los escasos beneficios de su trabajo como el derecho a una pensión, tan pequeña que sea, como 6.000 pesos al mes o 140 USD después de haber trabajado durante períodos que van de 5 a 50 años.

No es casualidad que en 2014 « más de 75.000 trabajadores del Consejo Estatal de Azúcar (CEA) no pueden ser capaces de recibir su pensión del Estado debido a la falta de documento que acredite su identidad[8]. » El truco funciona y sólo 7% de los braceros reciben una pensión. El problema es estructural y no puede ser visto sólo en referencia a las tácticas electorales para eliminar los posibles votantes por un partido u otro. También es necesario abordar en todas sus dimensiones, diciendo con las Naciones Unidas : « es crucial restaurar la nacionalidad de aquellos nacidos en la República Dominicana que no fueron registrados al nacer y que representan una gran mayoría. Es necesario contar con un proceso efectivo y transparente que garantice a estas personas una pronta solución para restaurar su nacionalidad »[9].

Lo complejo de la generosidad

Un universo está llegando a su fin en las relaciones entre la República Dominicana y Haití. Vivimos un intercambio sin precedentes, no obstante la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional (TC), hoy dia 169-14,  tratando de dar marcha atrás. Las relaciones de amistad y solidaridad crecen a pesar de la conmoción provocada por la rutina fuera de control del anti-haitianismo. Muletas llama la atención sobre la conciencia dominicana que ha mostrado con altura su responsabilidad a través de Funglode, Centro Bonó  y más de una docena de instituciones, para llevar ayuda a Haití en el terremoto del 12 de Enero de 2010.

Con un valor ejemplar se movilizó a los médicos y enfermeras, civiles y soldados para proporcionar alivio con medicinas, alimentos, agua, ropa, etc. por aviones, barcos, helicópteros, y camiones disponibles. Hospitales dominicanos han salvado miles de vidas haitianas. Nuestro muy añorado amigo, fallecido hace unos meses, Guy Alexandre testificó expresar públicamente su agradecimiento a las autoridades dominicanas[10]. Siendo el primer país que ha tendido la mano a Haití en esta ocasión, este acto de la República Dominicana siempre quedará grabado en los corazones de los Haitianos tal como el de la donación de la Universidad del Rey Christophe en Limonade en 2012.

La complejidad de las relaciones dominico-haitianas viene precisamente del hecho de que esta generosidad expresada en estas ocasiones contrasta con el anti-haitianismo claro  de los decretos del Tribunal Constitucional. El número, la densidad y abundancia de los debates rechazando esos decretos, evidencian que nada es como antes, mirando lo sucedido en 1937, cuando el dictador Trujillo ordenó la matanza de los Haitianos. Estas reacciones constituyen lo que los místicos llaman ayuda providencial.

Es un hecho interesante que las Naciones Unidas, la OEA, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la CARICOM, así como los jueces Katia Migueleña Jiménez e Isabel Bonilla del TC, hayan protestado contra esta decisión que también el ex-presidente dominicano Hipólito Mejía calificó de vergonzosa. De acuerdo con el ganador del Premio Nobel Mario Vargas Llosa de Perú, la sentencia 168-13 es una « aberración jurídica que parece directamente inspirado en las famosas leyes del nazismo »[11]. »  À nuestro entender, la reacción política más grave que revela la crisis intrínseca causada por el TC 168-13 es la renuncia del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) de la diputada Minou Tavarez Mirabal[12]. Igualmente importante es la declaración del embajador e historiador Bernardo Vega diciendo que « la República Dominicana tiene una obligación moral con el pueblo haitiano; fue ella la que llevó y quién no proporcionó documentación[13].»

En el mismo sentido estableció el Comité de Solidaridad con las Personas Desnacionalizadas compuesto de más de 400 personalidades de todos los sectores de la sociedad dominicana, incluyendo intelectuales, periodistas, profesionales y escritores, como el arzobispo de la Iglesia Episcopal Julio Cesar Holguín, el jesuita Mario Serrano, Junot Díaz, Silvio Torres Saillant, Wilfredo Lozano, Julia Álvarez, Juan Bolívar Díaz, Héctor Díaz Polanco, Hugo Tolentino, Andrés L. Mateo, Miguel Ceara Hatton, Elizabeth Puig, Avelino Stanley, Chiqui Vicioso, entre otros. El decreto 168-13, mientras desestabilizada, estimuló reacciones que cuestionan la permanencia de nuestras estructuras inconscientes. Estructuras conflictivas que nuestras respectivas elites establecieron e impusieron a nuestros dos pueblos. La visión optimista de la naturaleza humana siempre concibe la posibilidad de adelantamientos, cualquiera que sea el grado de degradación. (Ver tercera parte).


[1] Frank Moya Pons, « Raíces haitianas en Santo Domingo », Revista Rumbo, no. 259, 1999, p. 18. Ver tambien Frank Moya Pons, « Apellidos haitianos (y franceses) en Santo Domingo », Revista Rumbo, no. 260, 1999.

[2] Diógenes Abreu, Sin haitianidad no hay dominicanidad, Editora Nacional, Santo Domingo, Republica Dominicana, 2014, p . 95.

[3] « Expertos piden restaurar la ciudadanía a los nacidos en Rep. Dominicana, pero no inscritos al nace  », Ginebra, Suiza, Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, 20 de junio de 2014.

[4] Nestor Medrano, « JCE acredita 1,300 como ciudadanos dominicanos », Listin Diario, 26 de Agosto del 2014.

[5] Wander Santana, « Cañeros le piden a Haití no les cobre por papeles », Listin Diario, 18 de Septiembre del 2014, p. 4A.

[6] Ibid.

[7] Deisy Toussaint, “Soy dominicana por nacimiento y por cultura, pero mi apellido legal me niega la nacionalidad”, Negra cubana tenia que ser, 30 Diciembre 2013.

[8] Hora Cero, « Denuncian ante la CIDH sólo 7% de braceros en RD recibió pensión del Estado», March 28, 2014.

[9] « Expertos piden restaurar la ciudadanía a los nacidos en Rep. Dominicana, pero no inscritos al nace  », op. cit.

[10] Guy Alexandre, Pour Haïti, Pour la République Dominicaine, C3 Éditions, Pétion-Ville, Haïti, 2013, p. 257-264.

[11] Jean-Michel Caroit, « La République dominicaine veut "dénationaliser" les fils de migrants », Le Monde, 13 novembre 2013.

[12] « Minou: Posición PLD sobre sentencia TC fue detonante de mi salida », Hoy, 23 junio 2014.

[13] Joaquín Caraballo, « Bernardo Vega: RD tiene el compromiso moral con haitianos; fue quien los trajo y no los documentó », Noticias Sin, 30 de octubre del 2013.