En el año 2012, En la Republica Dominicana, se promulgó la Ley No.1–12 de Estrategia Nacional de Desarrollo 2030. Este instrumento es fundamental para el diseño de políticas públicas para constituir una Imagen País a largo plazo y definir los principales compromisos que asumen los poderes del Estado y los actores políticos, económicos y sociales del país de acuerdo con su posibilidad cognoscitiva, económica y política.
Se plantea la tesis de que en la formulación de las políticas públicas se debe tomar en cuenta la opinión de todos los actores conocidos, a fin de armonizar intereses y la efectividad en su implementación.
De acuerdo con los criterios del Dr. Quim Brugué, catedrático en la Universidad Autónoma de Barcelona y director del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (IGOP), la nueva gestión pública busca superar las formas tradicionales que están marcadas por la rigidez y secularización. La Gestión Pública debe de ser flexible y dirigida hacia la prestación de los servicios, acorde con las demandas y sinergias del momento.
La Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo pauta los lineamientos, de las políticas públicas, para cumplir acuerdos pactados con organismos multilaterales y a su vez pretende sentar bases para el desarrollo de la República Dominicana. Se percibe que la formulación de estas políticas fue realizada en los lejanos estamentos gubernamentales, con poca participación de una gran parte de los actores y afectados.
Esta situación, ha retrasado el cumplimiento de los objetivos establecidos, tal y como lo indica el Séptimo Informe Anual de Avance en la Implementación de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 y Cumplimiento de los Objetivos y Metas del Plan Nacional Plurianual del Sector Público emitido por el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo (MEPyD) en el mes de mayo del 2019.
Para mayor entendimiento del lector, presentare los principales ejes contemplados en dicha Plataforma de Desarrollo:
A)-Evolución de indicadores del eje No.1: “Estado social y democrático de derecho” De acuerdo al MEPyD (2019), hasta el año 2018 los 11 indicadores del eje de desarrollo institucional revelan un comportamiento disímil; 4 indicadores adelantan de manera promisoria hacia la meta 2020, 2 indicadores expresaron un crecimiento moderado, 3 retroceso y 2 sin examen a la fecha. Solo 4 alcanzaron la meta.
B)-Evolución de indicadores del eje 2: “Sociedad con igualdad de derechos y oportunidades”. Hasta 2018, 21 indicadores mostraron un avance promisorio hacia la meta 2020; otros, avances moderados que podrían mermar el cumplimiento de la meta; 1 indicador está estancado y 10 muestran retroceso con relación al año base.
C)- Evolución de indicadores del eje 3: “Economía sostenible, integradora y competitiva”. Hasta 2018, de los índices en el eje 3, según información disponible, 6 muestran progresos prometedores, 17 presentan un avance moderado y 3 muestran perjuicio en su comportamiento; 4 han retrocedido y 1 no muestra información.
D)-Evolución de indicadores del eje 4: “Sociedad de producción y consumo ambientalmente sostenibles, que se adapta el cambio climático” Este eje contempla cuatro indicadores: 1) emisiones de dióxido de carbono; 2) áreas protegidas nacionales; 3) tasa de deforestación anual; 4) eficiencia en el uso de agua en sistemas y redes de distribución y su aplicación final en sistema de riego. Los tres primeros muestran un avance promisorio; según el último dato disponible, registran logros. El último indicador presenta un avance moderado y estancamiento en su ritmo de crecimiento.
Los resultados de evaluación realizadas por MEPyD fueron contrastados por la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Los cuales expresaron retos importantes para el país en lo relativo a la desigualdad social. De acuerdo con el informe presentado por la CEPAL, la realidad socioeconómica de la República Dominicana se combina entre satisfacción y pesimismo.
Lo primero se debe a logros alcanzados por mejoras de la economía en la última década, la institucionalidad política y social e indicadores del bienestar. Lo segundo, el pesimismo, proviene de los retrocesos en materia de pobreza extrema. Como expresa el profesor Fernando Vallespin Oña, catedrático de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid y director académico del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, el momento de tomar decisiones es un momento crucial en el proceso de elaboración de las políticas públicas. En la Republica Dominicana queda pendiente cerrar brechas y rezagos para avanzar hacia la igualdad. Este reto implica dar cumplimiento a los derechos considerados en los Objetivos de Desarrollo del Milenio que surgieron de la Declaración del Milenio, suscrito, en septiembre del año 2000, por 189 Estados Miembros de las Naciones Unidas.
No basta un crecimiento logarítmico de las variables macroeconómicas, también se necesita u incremento en las variables de alto impacto social, para lograr un crecimiento sostenido el tiempo.