Muchos escritores dominicanos carecen de un buen dominio de las técnicas necesarias para escribir bien. Las consecuencias de esta carencia son negativas. En primer lugar, una escritura deficiente desmotiva a los lectores; en segundo, influye negativamente en los que aspiran a escribir y, finalmente, embota su espíritu crítico. Esta situación, muy lamentable, afecta tanto a los escritores de ficción como a los de ensayos, a periodistas e incluso a intelectuales.
Empiezo hoy una serie de artículos que buscan ayudar a los escritores dominicanos a mejorar sus escritos. Me he basado en técnicas que me han ayudado a mejorar: su eficacia está, en consecuencia, probada. Esta primera entrega resume un excelente artículo de Paul Graham, destinado a los escritores de ensayos.
Escribir bien requiere preparación
Un buen escrito comienza antes de escribirse. Desde mucho antes.
Para escribir bien, hay que leer de todo y mucho. A los escritores buenos, para imitarlos y a los malos, para identificar sus errores y no repetirlos. Es conveniente escribir sobre los temas que se dominan y anotar los temas de los artículos desde que se nos ocurran, hacer un esquema detallado de estos o, al menos, reflexionar durante algunos días sobre lo que se planea escribir.
Llegado el momento de escribir, es preciso escribir una versión mala tan rápido como se pueda. Hay que evitar tratar de corregir al mismo tiempo, pues el escritor se bloqueará y no pasará de la primera línea. Una manera eficaz de evitar bloqueos es contarle a alguien sobre lo que planea escribir, luego escribir lo que se acaba de decir. Una segunda ventaja de este método es que se evita usar palabras rebuscadas y un estilo pretencioso.
Una buena escritura requiere flexibilidad. Con frecuencia, el 80% de las ideas de un ensayo ocurra después de que comienza a escribirse, y el 50% de las ideas con las que se comienza están equivocadas.
Los principales errores de los escritores dominicanos
Solo cuando se ha concluido la etapa creativa debe pasarse a la de corrección. En mi opinión, es en esta etapa en la que los escritores dominicanos comenten sus dos errores principales: la falta de concisión y de estructura.
La corrección de un ensayo se basa en un proceso de relectura y reescritura. Es el momento de eliminar las digresiones, las partes innecesarias, confusas y aburridas. Un escritor debe evitar hacer perder el tiempo al lector y limitarse a ofrecerle información concisa y, sobre todo, útil. Un buen ensayista escribe artículos que no caducan, que son útiles dentro de un mes o dentro de un año.
El segundo objetivo de esta etapa es estructurar lo escrito. Un ensayo debe seguir un hilo lógico, coherente. Debe comenzar planteando una posición, seguir luego con su defensa a través de argumentos o ejemplos, y terminar con una conclusión.
Aquí, la gran mayoría de los escritores dominicanos fracasan completamente. En general, sus interminables escritos se van con frecuencia por la tangente. Como están acostumbrados a comentar la actualidad, sobre todo la política, sus escritos pierden todo interés o utilidad al cabo de algunos días.
Por otro lado, los artículos dominicanos son una colección mal hecha de datos y opiniones donde abundan párrafos de una sola oración que no siguen ningún tipo de trayecto lógico.
Escribir bien es un deber con el que deben cumplir los escritores de la República Dominicana. A través de este y otros artículos, así como de material disponible en el sitio de Ediciones Pingüino Verde, pretendemos aportar nuestra humilde contribución.