En numerosos artículos anteriores hemos sido muy críticos de la diplomacia reactiva de la República Dominicana y hemos abogado siempre porque el país ejerza una política exterior proactiva, así como “iniciar en algunos casos, y fortalecer en otros, relaciones diplomáticas y de intercambio con todos aquellos actores de la Comunidad Internacional que muestren buena voluntad hacia los demás Estados …”.
En ese sentido, ahora debemos reconocer que hemos visto un accionar por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores muy dinámico en los últimos meses. Incluso hemos percibido el beneplácito de algunos de los países y organismos de la Comunidad Internacional hacia esta política de apertura.
Cabe destacar dentro de estas acciones, acuerdos con numerosos países sobre exención de visados para dominicanos, acuerdos de cooperación con países y organismos de Centroamérica, un gran número de acuerdos comerciales, vimos hace sólo unos días el establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular China; hasta culminar con el mayor logro de nuestro país en materia diplomática, pues la República Dominicana acaba de colocarse en los mentideros internacionales obteniendo un éxito sin precedentes en materia diplomática, al ser electa como miembro no permanente del órgano con más poder a nivel internacional, El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas para el período 2O19-2O2O. Según un comunicado de la ONU, “la República Dominicana ha sido elegida, … en representación del Grupo de América Latina y el Caribe”.
La Carta de la ONU ha establecido que el Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales, con la autoridad para actuar en nombre de todos los países miembros de la organización. El Capitulo V de tal documento está dedicado a este organismo y establece que los miembros no permanentes serán elegidos por dos años.
Para ser elegido como miembro no permanente del Consejo, es necesario alcanzar dos tercios de votos de los 193 países miembros. En el caso de esta votación, la República Dominicana alcanzó la unanimidad de 184 votos válidos. Los miembros no permanentes son 1O, siendo en la actualidad Bolivia, Etiopía, Guinea Ecuatorial, Kazajstán, Côte d’voire, Kuwait, Países Bajos, Perú, Polonia, y Suecia. Los nuevos miembros no permanentes que junto a la República Dominicana comienzan su membresía son Indonesia, Sudáfrica, Alemania y Bélgica. Sustituyen a Etiopía, Bolivia, Kazajstán , los Países Bajos y Suecia.
Los países miembros permanentes son 5, a saber: Francia, Federación de Rusia, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlada del Norte, y los Estados Unidos de América; los países triunfantes en la Segunda Guerra Mundial; luego se agregó China. Esto nos trae la idea de que estamos ante un órgano que representa el poder mundial, y como son miembros permanentes siempre serán estos los dominantes, por lo que muchos advierten falta de legitimidad en el Consejo.
Hace un buen tiempo que el Consejo de Seguridad de la ONU viene siendo objeto de críticas e inconformidades por parte de una buena cantidad de países miembros de la organización mundial, basados en que, según lo que consideran, la totalidad de las áreas geográficas no se encuentran allí representadas en un carácter de igualdad, además de que el organismo, no se ajusta a la realidad actual, pues están a la vista de todo el mundo los cambios geopolíticos, la evolución de las amenazas globales, y el aumento desmedido de los flujos migratorios; esto último de gran interés para la República Dominicana.
Sin llegar al escepticismo, deseamos que los éxitos alcanzados como país en los más importantes foros internacionales, no hayan sido, ni sean en lo adelante, a cambio de una actitud complaciente en nuestra política migratoria, a cambio de fronteras abiertas y a cambio de condescendencia en el otorgamiento de documentos que faciliten la obtención de la nacionalidad contra lo establecido por nuestra Constitución.
Esperamos que este asiento que ocupará nuestro país en este alto organismo, sirva de tribuna para la defensa de nuestra soberanía y nuestros intereses nacionales, para elevar la voz de la República Dominicana en el sentido de poner al mundo en sintonía respecto del gran problema migratorio que nos acogota; de la gran necesidad de ayuda que tiene nuestro vecino, para que se vuelque la Comunidad Internacional con una actitud determinada, de una vez por todas, a sentar las bases en Haití, para el despegue hacia el desarrollo y el crecimiento económico; de manera que los haitianos no se vean precisados a emigrar representando tan alta carga para los países de destino, en especial la República Dominicana que ya alberga cerca de 2 millones, además de una gran cantidad de venezolanos, cuyo país necesita también de la atención internacional.