El Consejo Nacional de la Magistratura ha sido convocado por su presidente que es a la vez el presidente de la Republica, con el objetivo de cumplir el deber puesto a su cargo por la Constitución de designar los jueces que procedan ser nombrados en la Suprema Corte de Justicia y sustituir, si fuere de lugar, a los cinco jueces y sus respectivos suplentes del Tribunal Superior Electoral.

Los dos miembros del Consejo que pertenecen al PRM han solicitado que se incluya en el reglamento la obligación de una prueba psicométrica para evaluar de manera profesional a los aspirantes a jueces de esos altos tribunales. También han requerido los comisionados perremeistas senador José Ignacio Paliza y diputada Josefa Castillo que se permita a las personas que deseen objetar a un candidato a juez mantener la confidencialidad de su nombre.

Ha trascendido en los medios de comunicación que el resto de los comisionados se ha opuesto a ambas peticiones lo cual desde mi punto de vista es una actitud equivocada puesto que no hay justificación alguna para limitar la transparencia, que es un principio protegido por la Constitución, en el proceso de escogencia de tan importantes funcionarios.

He escuchado de personalidades de la sociedad organizada su temor de denunciar públicamente ciertos comportamientos deshonrosos de aspirantes a jueces pensando que esto puede comprometer su responsabilidad civil y hasta penal y dar lugar a futuras retaliaciones si el personaje de que se trate llegare a ocupar el cargo que aspire.

La confidencialidad no es mala en una situación como esta, lo dañino seria que El Consejo, al momento de llevar a cabo la estilada preselección tome en cuenta denuncias y objeciones infundadas y carentes de sustento. Lo que importa no es el nombre de quien hace la objeción sino la veracidad de las imputaciones. La gente puede ayudar a que los comisionados conozcan el perfil real de los aspirantes lo que le haría más fácil el trabajo. Ojalá el Consejo asuma estos consejos e incorpore estos elementos en el reglamento pendiente de aprobación.