La reelección es y seguirá siendo el mayor riesgo para la muy quebrantada estabilidad económico, social y político del país, aun con todos los anuncios con bombos y platillo en materia de crecimiento.
Una estabilidad muy cuestionable porque las cifras oficiales no son siempre confiables y la economía crece bajo un escenario de amplia exclusión social y fuerte endeudamiento que puede conducirnos a serias calamidades.
Veamos algunas consecuencias demoledoras derivadas de esta posible reelección.
Si modifican la constitución para permitir que el presidente se reelija, eso implicaría que 32 diputados opositores se cambiaron de bando por razones desconocidas, pero con muchos $$$$$$ de por medio.
Seria un escándalo de proporciones inimaginables que afectaría a los partidos de oposición y podría dividir al propio partido que gobierna.
La sociedad civil levantaría sus voces de protestas, incluyendo las iglesias, como pasó en el 2012 ante los intentos de Leonel Fernández de reelegirse para un tercer periodo.
Desde que eso suceda las arcas se comenzaran a vaciar para financiar la campaña reeleccionista y comprar a tanta gente como fuera posible para acallar las protestas. El déficit fiscal en el 2019 y 2020 se elevaría a los niveles del 2012, o sea muy cercano al 8% del PIB, con la secuela de efectos adversos en el resto de la economía.
Las protestas callejeras se intensificarán creando un ambiente social inestable e inseguro que afectará la demanda interna y otros sectores sensibles a estas manifestaciones, como el turismo y la inversión externa.
El principal partido opositor, el PRM tendría unas crisis internas si sus representantes en el Congreso aceptan los sobornos gubernamentales para apoyar la reelección. Se debilitaría ante los ojos del pueblo.
Por su parte, Leonel Fernández formaría tienda aparte, separándose definitivamente del PLD y de Danilo.
Todos estos riesgos económicos, políticos y sociales, conducirán irremediablemente a una crisis nacional y a un potencial cataclismo económico.
Muchos pensaran que esto que decimos es pura fantasía. Que no pasará nada y todo seguirá como siempre. Pero eso si es fantasía.
Imaginemos solo a un presidente y su séquito de fanáticos tratando por todos los medios de continuar en el poder. Lo que harían o serían capaces de hacer con el dinero público, la deuda y el gasto en proselitismo para que nada se lo impida. Tendríamos un gobierno totalmente dedicado a la reelección sin importarle otra cosa.
Los nombramientos en el tren administrativo podrían llegar a un millón de empleados y la compra de votos y los fraudes electorales estarían a la orden del día.
Muchos piensan que la división del PLD frenaría las posibilidades de Danilo de volver a ganar unas elecciones, aunque tenga el privilegio constitucional de hacerlo.
Pero esa es una apuesta demasiado arriesgada porque la camarilla del presidente y su disposición a vencer todos los obstáculos para seguir en el poder, garantizan que Danilo seguirá gobernando 4 años más y quizás muchos años más, con o sin división. ¿Como lo harán?
Como lo hizo Leonel para que Danilo venciera a Hipólito cuando este último tenía 10% de ventaja un mes antes de las elecciones.
Pero ahora es peor porque se trata del mismo presidente, rodeado de una camarilla de inescrupulosos funcionarios que saben el riesgo que corren si caen en la oposición, especialmente en la oposición de un candidato de su propio partido.
Si alguien cree que modificar la constitución para permitir la reelección será un proceso tranquilo y sin altibajos esta fuera de contexto. Es un parto doloroso con grandes riesgos sistémicos para el país.
Pero como me dijo un político audaz de danilismo. Ganaremos como quiera y después resolvemos porque en este país todo se compra con dinero.