Es preocupante la propuesta del Pacto Fiscal que anunció el presidente Danilo Medina en su discurso ante la Cámara Americana de Comercio. Todo parece que Medina se empeña en desconocer la realidad del deterioro de las finanzas públicas y sus limitaciones futuras. Es de observar que no reconoce que hay un Estado sobre dimensionado con duplicaciones y triplicaciones de instituciones, un exceso de gastos superfluos, diez años de déficit fiscales y sobre endeudamiento público. El presidente solo ve el Pacto como una vía para imponer más impuestos, otro parche tributario, buscar más ingresos, pero no se propone disminuir el gasto y racionalizar el costoso aparato burocrático.

Deseo llamar la atención que cuando Medina señala que dentro del Pacto Fiscal piensan eliminar muchas exenciones, en el fondo está imponiendo más impuestos al consumidor de clase media y a los pobres, subirá la tarifa eléctrica sin antes sanear las tres Distribuidoras y sincerizar la tarifa eléctrica. De paso, eliminará los incentivos a las zonas francas, compras por internet, exportaciones, turismo, combustibles para los Generadores eléctricos, agricultura, todo lo cual provocaría un aumento notable de precios al ser traspasados estos impuestos al consumidor y productor.

Las propuestas del Pacto Fiscal del presidente Medina presentó, solo aspiran a cubrir el desastre de las finanzas públicas producto de diez años de déficit fiscales y el alto endeudamiento público, y el exceso de gastos burocráticos que estrangulan al Presupuesto. El Gobierno solo desea y necesita más ingresos para que todo siga igual. Nadie debe engañarse, eliminar las exenciones sin aumentar los salarios generales y reformar la economía y competitividad, equivale a más impuestos sobre los consumidores. Los precios de los productos aumentarán en relación al impuesto a pagar, aunque por sofismo se le llame eliminar exenciones o reducir el gasto tributario.

Es muy probable que los impuestos sean muy altos y por eso las empresas y los consumidores necesitan estas llamadas exenciones. La pregunta, salta, ¿Por qué se necesitan otorgar exenciones para desarrollar ciertos sectores y bajar el costo de los bienes de la canasta familiar? Ejemplo, si modificara la Ley Tributaria y baja el ITBIS de bienes de la canasta familiar, a los equipos y maquinarias, al combustible para generación eléctrica, entonces no sería una exención, sino una tasa de impuesto más baja. Este debate tiene mucho de juego de palabras y conceptos relativos, que dependen de cada persona.

Según el Presupuesto Nacional del 2016, el llamado gasto tributario se calculó en RD$ 212,378 millones, o el 6.5 % del PIB. En apariencia, en teoría, parece fácil y sin efectos sociales o económicos, pero en la práctica es un arma muy delicada. ¿Por qué? Pues el 76 % de ese gasto tributario, lo representan los impuestos indirectos y solo el 24 % los impuestos directos. Del total estimado de ese gasto tributario, el 49 %, o RD$ 103,418 millones corresponden a ITBIS y de ese monto de ITBIS el 85 %, o RD$ 87,000 millones, son exenciones a alimentos, salud, educación, servicios de cuidados personal.

Es decir, que quitar estas exenciones del ITBIS, significa que los consumidores altos, medios y pobres paguen este regresivo impuesto al comprar bienes de la canasta familiar. Piensa el presidente gravar con más impuestos al pueblo por los productos alimenticios, medicamentos y servicios que compra? ¿Es esta la gran oferta regresiva?
Igualmente, si elimina la exención del impuesto selectivo al consumo y el ad-valoren a los combustibles de los generadores eléctricos, que suman RD$ 25,000 millones, entonces estos impuestos pasarían a la tarifa eléctrica, pues el generador traspasaría ese costo tributario, como manda le Ley de Electricidad. Eso implica pagar una tarifa mínimo 25 % más alta que la actual, para mantener un Gobierno clientelista y derrochador. Eso es un abuso que difícilmente aceptaría la sociedad dominicana. Para tomar tal medida, primero hay que sanear y hacer viable positivo al flujo de caja del sector eléctrico.

En la estimación del gasto tributario por la categoría de arancel por un total de RD$ 23,000 millones, cuando lo examinamos, vemos, que los principales beneficiarios son las zonas francas con RD$ 16,000 millones, tratamiento de importadores de vehículos RD$ 2,568 millones, compras por internet RD$ 1,050 millones, turismo RD$ 464 millones, sector textil y calzados. ¿ Quién eliminaría las industrias de zona francas y cerraría más de 465 industrias? Nadie. Como se aprecia, estas exenciones son parte del andamiaje tributario y no se pueden eliminar sin crear un desempleo masivo, caída de ingresos de divisas, aumento del costo de la vida y generar un proceso inflacionario. Estas medidas atentan contra la paz social y el sector productivo de bienes y servicios de exportación.

Considero que el déficit fiscal para el 2016, aún con maquillaje y deudas flotantes, se mantendrá por encima de 2.4 % del PIB, equivalente a RD$ 75,893 millones o US$ 1,649 millones, suma ésta que habrá que financiar con nuevas emisiones de bonos y préstamos. Ahora, si medimos la relación del servicio de la deuda total con los ingresos corrientes, que es la forma realista, se apreciará que el 45 % de los ingresos tributarios del Presupuesto se destinan al pago de capital e intereses. Un verdadero freno presupuestario. Debemos tener en cuenta que se paga con el flujo de caja, el Presupuesto, no con el PIB.

Es preocupante que en el mismo Presupuesto Nacional Plurianual aprobado por el Congreso, el Gobierno proyecta mantener un mínimo tres años más de déficit fiscales, RD$ 75,893 millones o el 2.3 % del PIB en el 2016, otro déficit en el 2017 de RD$ 75,516 millones, o el 2.1 % del PIB y para el 2018 otro déficit de RD$ 67,706 millones, o el 1.7 % del PIB, aunque creo mayor el déficit proyectado. En términos absolutos se mantiene el déficit igual. Pero eso no es realista, pues no es una disminución que reduzca la dependencia de más deuda pública cada año.

Por otro lado, la carga tributaria de 14.0 % del PIB. El Gobierno, según el Presupuesto aprobado, tiene comprometido en remuneraciones-salarios y bienes y servicios el 6 % del PIB, en pago de intereses RD$ 97,764 millones, el 3 % del PIB, en amortizaciones y pagos de Cuentas por Pagar otros 3 % del PIB. Estas tres partidas fijas suman un 12 % del PIB, de una carga tributaria de 14.0 %. Ese es el resultado de crear más de 200,000 empleos públicos, crear más de 30 instituciones, del clientelismo y los aumentos de salarios a los altos funcionarios. En esencia, las finanzas públicas están atrapadas.

Medina no habló nada de cómo reducir el déficit fiscal y cómo detener la alta dependencia del Presupuesto sobre el endeudamiento externo. Para él el problema de la deuda no existe, o no le preocupa que siga en aumento constante cada año. Pero desde el 2012 el reconocido economista francés Jacques Attali, escribió en su Informe: “Con un estado endeudado y sin gran margen de maniobra fiscal, una sociedad poco educada y preparada para el futuro, el país arriesga, si no hace nada, a no tener una segunda oportunidad.” Palabras sabias y dignas de meditación.
Por otro lado, el FMI ha llamado la atención sobre la viabilidad de la deuda pública en su último informe anual y señala que la deuda consolidada representa el 52 % del PIB y asciende a alrededor de US$ 41,449 millones. El FMI recomienda disminuir la dependencia de la deuda y consolidar las finanzas públicas. El presidente Medina no anunció un cambio de modelo económico, lo que significa que seguirá el despilfarro del gasto y más deuda pública, para financiar los continuos déficit fiscales.

Me pregunto, cuál es la propuesta del Gobierno para realizar una reforma fiscal integral, racionalizar el gasto, cortar gastos superfluos, realizar fusiones de entidades repetidas, sanear las nóminas de botellas, y otros empleados medios no pobres con dos y tres cheques a la vez mensuales. Qué ejemplo daría el Gobierno para reducir el elefante blanco e ineficiente de la súper burocracia nacional, provincial y municipal. ¿Tiene el Gobierno del presidente Medina alguna propuesta que ofrecer y explicar? O no la tiene?

Finalmente, estimo que el presidente Danilo Medina y sus Ministros del área económica no tienen en mente una reforma fiscal integral, de aumentar ingresos y disminuir los gastos, en un 1.5 % del PIB cada uno. Solo pretenden más parches impositivos por la vía de eliminar “exenciones”. ¿Podría pedir más sacrificios al país? Creo muy difícil. Pero quizás, si son iguales y mayores para el Gobierno y su costoso aparato burocrático.

La población no aceptará más parches tributarios, sin reformas y cirugía mayor del tren de Gobierno y sus enorme clientelismo populista. Cuando los gobernantes se ciegan en su retórica e ilusiones, es durísimo el costo que después pagará el pueblo y la sociedad. Me queda claro y advierto, que si seguimos por este camino irresponsable, terminaremos en manos del FMI y los acreedores y vendrá el insensible sobre ajuste y las imposiciones internacionales. No nos quejemos después, piensen y actúen desde ahora. Gane quien gane el 15 de mayo, tendrá que enfrentar este delicado dilema fiscal. No hay otra salida. Es parte de la inexorable lógica económica.