Estamos a menos de 2 semanas para la celebración de las elecciones congresuales y presidenciales de este próximo 5 de julio. Ese día tenemos la cita más importante que nos brinda la democracia cada 4 años, tenemos la oportunidad de elegir a quienes nos representarán tanto desde el Poder Ejecutivo, como desde el Poder Legislativo. Lo mejor de todo es que está en nuestras manos decidir quiénes serán. Por tanto, entendiendo la importancia de nuestra decisión, lo mínimo que debemos hacer es tomarla estando debidamente informados.
Soy consciente de que los slogans suenan bonitos, de que las canciones de promoción enganchan y de que hay candidatos más simpáticos y con mayor carisma que otros. Sin embargo, esto poco importa a la hora de ejercer sus funciones públicas. Si no conocemos a quiénes estamos eligiendo, le estamos ofreciendo un flaco servicio a la patria, tan deficiente como aquel que en el desempeño de su función pública hace un trabajo negligente.
Enfocándonos a nivel congresual, entiendo que, el interés principal de todos y cada uno de nosotros debe ser conocer, en primer lugar, ¿quiénes son los candidatos que podemos elegir?, tomando en cuenta la circunscripción, el municipio o la provincia en la que vivamos. En segundo lugar, ¿qué proponen estos candidatos?, y, en tercer lugar y no menos importante, ¿qué han hecho estos candidatos en las distintas funciones que han ocupado en sus vidas, tanto públicas como privadas? Solo de esta manera podremos tener un perfil completo de la persona que estaremos eligiendo para que nos represente en el Congreso Nacional. Conscientes de que al congreso no se va a realizar obras caritativas, sino a legislar y a fiscalizar. Por lo que, a quienes elijamos debe contar con las aptitudes necesarias para ejercer estas funciones.
Cuando me refiero a que al Congreso no se va a realizar obras caritativas, no es porque estas acciones se encuentren incorrectas, sino porque a diario veo como candidatos a Diputado y a Senador promocionan vía sus redes sociales más contenido realizando obras de bien social que explicando su programa de propuestas. Es importante que sepamos diferenciar el rol que juega cada representante dentro del Estado. En la toma de decisión para elegir a un Diputado o a un Senador no debe intervenir nuestra parte sentimental o humanitaria que todos tenemos, debe ser una decisión racional, basada en propuestas y en la preparación del candidato o la candidata.
En cuanto al nivel presidencial, las preguntas que debemos respondernos son aún más sencillas, pues las opciones de candidatos son más limitadas. Para este torneo electoral tenemos 6 candidatos a la presidencia: Gonzalo Castillo, Luis Abinader, Leonel Fernández, Guillermo Moreno, Ismael Reyes y Juan Cohen. Sobre estas 6 personas considero que lo más importante es conocer: ¿cuáles son sus propuestas?, y, ¿qué han hecho en las distintas posiciones, tanto a nivel público como privado, que han ocupado? Si bien en este caso los colores de los partidos y las mismas estrategias de publicidad de cada uno de los candidatos pueden influir más a la hora de tomar una decisión, no podemos perder el foco de lo que debemos evaluar y analizar.
Dicho lo anterior, me parece que estamos en un tiempo oportuno para que todos y cada uno de nosotros hagamos una introspección sobre las selecciones que haremos este próximo 5 de julio. Preguntémonos a nosotros mismos si realmente conocemos las propuestas de los candidatos que tenemos en mente elegir. Si aún no las conocemos, investiguemos. Hoy en día, gracias a las redes sociales y a la tecnología, informarnos lo tenemos al alcance de nuestro celular, nuestra computadora o nuestra televisión. En estos 12 días que faltan para las elecciones, dediquémosles menos tiempo a temas banales que no aportan nada a nuestras vidas y concentrémonos un poco más en el futuro de nuestro país y en la decisión que tenemos en nuestras manos.
Así como somos de exigentes con nuestros funcionarios públicos y queremos que nos representen dignamente por el poder que les hemos otorgado a través de nuestro ejercicio del derecho al voto, debemos ser exigentes con nosotros mismos a la hora de elegirlos a ellos. La calidad de los representantes que elijamos depende, en gran medida, de la calidad del voto que ejerzamos.