Alexéi Tellerías es muchas cosas. Se pueden destacar entre ellas su gestión y afán cultural entre la escritura y el performance. Es poeta en nombre, regla y oficio y utiliza el happening y el arte acción como herramientas de comunicación. Es en este trajín comunicativo que

ha logrado una gran conexión con poetas y grupos a nivel internacional. Puede decirse sin miedo que en Puerto Rico su trabajo ha encontrado voz y eco. Este eco es notable en su escritura. Entre los poemas con que participa en la antología Conjugar el verbo arena, publicada por Editorial Polibea en España, hay uno que me interesa sobremanera y se llama “Nineteen sixty five”. El texto utiliza como motivo la revuelta de abril de ese año en nuestra tierra, y como tema, el poema es una suerte de oda a la resistencia. El motivo puede ser un problema para algunos, ya que se puede argumentar que el asunto preromántico de la revolución en nuestra sociedad está un poco manido; otros pueden decir que se necesitan más revoluciones como aquella. A mí no me importa mucho el motivo, me interesa el tema porque la poesía es también lo que uno hace con ella y a mi ver, el que Alexéi se valga del Spanglish para armar su texto refleja una gran valentía y cierta destreza en el manejo del lenguaje. Dice el poeta, Son las tres de la tarde in old Santo Domingo / el mar de espejitos en las azoteas reflejan un calor insoportable / la rebel zone parece rendida ante la mira del cañón / listo para vomitar surcos de plomo sobre el próximo blanco. Trujillo murió hace nada / But we do not want another Fidel near Miami. El poema está escrito para ser performeado, rapeado. Me interesa el hecho de que contenga un epígrafe del boricua Roy Brown. Si decido en lo adelante estudiar a fondo el trabajo de este poeta, estableceré y haré más claras estas conexiones que tiene con poetas boricuas como Anamaría Fuster, y cómo estas conexiones han influenciado el trabajo de este joven artista dominicano. Escribiendo sobre Alexéi, conjugando su poesía de esta manera, me doy cuenta de que a los textos hay que darles una oportunidad, no pueden ser juzgados a la ligera, quizás hay que acercarse a ellos con el beneficio de la duda, la cuestión, la interrogante constante. Es fácil desestimar un poema de este tipo solamente porque está asociado a un momento histórico de nuestra vapuleada sociedad. Un momento significativo, ya que las líneas que fueron definidas durante esa gesta, fueron después pisoteadas por Los Doce Años y hoy día, esas líneas se entrecruzan más que nunca en nuestro adolorido sistema político. Pero la poesía de Alexéi, con todo su furor y fortaleza, nos obliga y nos invita a mirarla sin rencor y a disfrutar de las cosas que el lenguaje nos ofrece cuando salimos de la media isla, hacia otra isla pequeña, para poder admirarnos y leernos. En el mismo poema, dice Tellerías, El reloj no avanza. En estos días no se fabrica harina / sino muerte / y las panaderías son almacenes de hambre para el army de Caamaño (fuego, fuego, los yanquis quieren fuego).

Esta antología que aquí menciono presenta una visión de una poesía dominicana actual. Es más que un muestrario de poemas y poetas; si se lee con cuidado veremos que la antología como tal es un desafío a quienes estudian la literatura dominicana y buscan armar una bibliografía para su análisis. Es una breve antología que ofrece más preguntas que respuestas, y creo que eso es positivo. Las antologías son los libros más extraños, hay una relación de tirria y deseo y fracaso alrededor de las mismas. Pero para el que no estudia este ejercicio sino que lee con y por placer, encontrará en la misma una gran oportunidad, que en el lenguaje de los Ugdu quiere decir también danger.

Alexéi Tellerías