La situación conflictiva del Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier (Valle Nuevo), fue creada por el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Recordemos: en el año 1993 en el gobierno del Dr. Joaquín Balaguer, se desalojaron 391 familias y se afectaron varias propiedades (cabañas y/o casas) y luego con el Decreto 233-96, se designó la Reserva Científica Valle Nuevo, con la categoría más estricta de protección que es parque nacional, desconociendo la realidad social, potencial agrícola y turístico. Casi 400 familias que practican agricultura de tumba y quema, fueron sacadas de manera compulsiva, creado un drama humano deprimente e injusto. El estilo de crear zonas protegidas sin compensar justamente a los propietarios, sin asignar presupuesto adecuado e ignorar el trabajo laborioso y productivo, el disfrute de sus amenidades y bellezas naturales, fue reemplazado con raciones alimenticias, creando un estado de mendicidad innecesario. Las raciones alimenticias, forman parte del negocio para quienes las administran al tiempo que generan repulsa por quienes las reciben y capital político para quienes las distribuyen.

La buena intención de los tomadores de decisiones, ha sido convertida en fuente permanente de conflictos sociales y perturbaciones innecesarias para los gobernantes, que al final, son culpados por los problemas generados aun reconociendo que tratando de proteger nuestras riquezas naturales, perjudican al ser humano que debe aprender a convivir con su medio y ser parte de ella.

Pero estos conflictos, se producen porque las disposiciones legales para la creación de áreas protegidas en cualquier categoría, sus formuladores carecen de los conocimientos y del entendimiento requerido para integrar el ecosistema al sociosistema. Por lo tanto, el vicio es de origen, donde se sustituye el enfoque antropocéntrico por el brazo represivo del Estado. La represión para garantizar la integridad de las áreas protegidas, es de muy corto plazo y casi siempre, su duración es solo el turno de cada administración. Se necesita un cambio de represión por educación.

Entonces, la realidad es que tenemos un territorio superior a un 60% de vocación forestal o sea montañoso; una población nativa que ronda los 11 millones de personas sin contar los haitianos. ¿Podemos sacar los que residen en dichas zonas o su zona de amortiguamiento? ¿Para donde los trasladamos? Ya esa práctica ha sido utilizada en Los Haitises, sin éxito!

En el año 1997, en nuestra condición de Director General Forestal, iniciamos un proceso de integración de la visión ecocéntrica con la visión antropocéntrica, para conciliar el ecosistema con el sociosistema. Pero, ese enfoque representa el “eslabón” perdido en todo el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), resultando más fácil cambiar los límites o categoría de protección para complacer un interés político o compromiso de campaña.

Nuestro enfoque y visión, devolvió a Valle Nuevo la convivencia del hombre con su medio, bajo el criterio de sostenibilidad. Sin embargo, la misión de enseñar requiere que la unidad de tiempo sea de generaciones no el turno de un Ministro y sus demás funcionarios. Como el PLD pronto cumpliran 20 años administrando las responsabilidades del medio ambiente, bien pudieron continuar dicho proceso o mejorarlo, del cual debieron derivarse experiencias valiosas para ser reproducidas en todo el Sistema SINAP.

Claro, los que a través del tiempo han tenido sobradas oportunidades de hacer contribuciones más integrales, duraderas y de resultados cientificos y tecnicos para el manejo del SINAP, son los mismo que ahora quiere imponer el modelo eco-céntrico que divorcia no solo el ecosistema del sociosistema, sino que limita el aprendizaje tan necesario, que lamentable!!!