Después de más de 15 años de trabajar en lo que muchos llaman “Relaciones Públicas”, tengo varias cosas que decir… Muchas buenas y otras no tanto.

Comenzaré con el término “Relaciones Públicas”.

Amo mi profesión, pero he comenzado a rechazar el término de “Relaciones Públicas” por una simple razón: su “cualquierización”.

Es más, a tal grado el concepto de “Relaciones Públicas” se ha “cualquierizado”, que las grandes marcas del mundo NO utilizan dicho término, prefiriendo otros como:

  • Asuntos Corporativos
  • Relaciones Institucionales
  • Asuntos Públicos
  • Chief Information Officer
  • Chief Engagement Officer (este es el más reciente y el que se está poniendo de moda).

Basta con leer sobre la historia de las “Relaciones Públicas”, para entender cómo nació nuestra profesión y que NO nació por la necesidad de hacer eventos, fiestas & cocteles, ni tampoco para que unas personas conocieran a otras.

Nació por la importancia de tener una buena imagen y reputación, así como la necesidad de promover ideas y conceptos para lograr objetivos.

El origen de la profesión, hoy es ignorando al 100% por muchísimas personas que se hacen llamar “profesionales” de las RR.PP. o “Publirrelacionistas”.

¡Insólito!

Bueno, era de esperarse… sobre todo si tomamos en cuenta que dichas personas que se hacen llamar “profesionales”, ignoran lo fundamental que requiere un profesional de la Comunicación Estratégica, que es:

  • Cambiar/modificar la percepción que el público objetivo tiene sobre la empresa/marca/institución/persona.
  • Influir en el público objetivo para que opine o actúe en favor de la empresa/marca/institución/persona.
  • Proyectar a la empresa/marca/institución/persona en acciones que promuevan el compromiso social y desarrollo sostenible.
  • Abrir canales de comunicación, creando conceptos y momentos para desarrollar relaciones de largo plazo.

Hoy, cualquier “profesional” dedicado a hacer eventos y/o difusión de “notas de prensa” se hace llamar “Publirrelacionista”, lo cual demerita mucho a la profesión, sobre todo cuando creen que resolver una crisis reputacional, significa hacer un evento o generar un escándalo mediático, entre muchos otros tristes ejemplos, que a lo largo de más de 15 años me ha tocado presenciar.

Cabe mencionar que respeto y trabajo MUCHO con personas dedicadas a la creación y organización de eventos, pero eso NO es “Relaciones Públicas”, aunque muchos de ellos se coloquen dicho título.

Pongamos eso en otra perspectiva:

Esas personas mal llamadas “profesionales de las Relaciones Públicas” serían incapaces de hacer, por ejemplo, un plan estratégico de comunicación & relacionamiento o instrumentar un plan de manejo de crisis.

De la misma manera, yo sería incapaz de escoger el color de los manteles utilizados en un evento social.

Por esto, he rechazado llamarme “Publirrelacionista”, optando por -sencillamente- decir que soy consultor de comunicación estratégica.

Si bien nuestra profesión comenzó (o se oficializó) con personas con un perfil periodístico, hoy podemos ver a profesionales con muchos otros perfiles que son MUY exitosos.

Dicho éxito se debe a la capacidad que tuvieron de volverse profesionales de la comunicación y -al mismo tiempo- entender los objetivos y necesidades de imagen y reputación de las personas/marcas, así como lo que el público quiere, espera y entiende.

Otro factor que he notado en todas las personas exitosas de la profesión es su constante aprendizaje, algo que no sucede con los improvisados, que un día decidieron bautizarse como “Publirrelacionistas” por ser un concepto “atractivo” o -sencillamente- por no tener otro título que ponerse.

Aún es MUY común ver a personas con mucha facilidad para “caer bien” o que “conocen a muchas personas” y que la gente los reconozca por que “es muy bueno para las relaciones públicas”, cuando en realidad lo que quieren decir es que “es muy bueno para socializar”, comprobando que hay muy poco conocimiento sobre el verdadero concepto de las RR.PP.

Durante muchos años traté de debatir sobre lo qué en verdad es un “Publirrelacionista” pero -sin lugar a dudas- dichos intercambios de “opiniones” no llegaron a ningún lado y -por eso- ya decidí tirar la toalla y sencillamente borrar el concepto de mi diccionario, reemplazándolo por “profesional de la comunicación estratégica”.

Es importante mencionar que existen países -como Puerto Rico- en los que uno debe tener una “licencia” para poder ejercer como “Publirrelacionista”, justamente para evitar que “cualquier” persona adopte el título y desprestigie a la industria…. como ha estado pasando en las últimas décadas.

Dicho “reconocimiento” es oficial y se llama “Licencia de Relacionista” y los requisitos pueden ser consultados en el siguiente enlace:

https://pr.pcshq.com/?page=relacionistas,PRrelacionista-license

Si bien dichos requisitos no son del todo “complicados”, es una excelente forma de depurar y rechazar a quienes no cumplan con lo más mínimo necesario para dedicarse a nuestra profesión.

Hasta que algo similar no sea un requisito en los países en los que trabajo, me niego a ser conocido/reconocido como un “Publirrelacionista”.

Solo espero, que así como fue robado y adoptado el término de “Publirrelacionista” para definir a cualquier persona que organiza fiestas/eventos y difunde notas de prensa (o que conoce a muchas personas), no suceda lo mismo con el de “Comunicación Estratégica”.

En las próximas entregas de Confesiones de un “Publirrelacionista”, hablaré sobre el trabajo en concreto de nuestra profesión, así como la necesidad de “oficializar” nuestro trabajo, respetando los códigos de conducta y ética existentes, pero que casi nadie conoce.

Conclusiones de la 1a entrega de Confesiones de un “Publirrelacionista:

  • Esas personas que se hacen llamar “Publirrelacionistas” pero lo único que hacen es organizar eventos y difundir notas de prensa, además de generar mucha confusión y disgusto, están haciendo pedazos a la profesión.
  • Si bien cualquiera puede llamarse “Publirrelacionista”, no cualquiera puede llamarse “profesional de la comunicación estratégica” sobre todo por que si son incapaces de definir lo que son las “Relaciones Públicas”, mucho menos podrán explicar el concepto de “Comunicación Estratégica”.

Artículo en 140:

@RaulBaz