En el día de hoy, y los que vienen, veremos un poco sobre concursos de arquitectura…Aquella gran puerta que permite a los arquitectos acceder al Olimpo de los proyectos emblemáticos.
En el ámbito de la arquitectura, y mucho más que en otros ámbitos relacionados (como las ingenierías), se realizan con mucha frecuencia convocatorias para concursos de proyectos. Antes que todo y primero, sería interesante definir proyectos desde el punto de vista que nos interesa.
Un proyecto, según la Wikipedia (cuya definición ha sido debidamente filtrada por nosotros para los fines de este artículo), “…es el conjunto de planos, dibujos, esquemas y textos explicativos utilizados para plasmar (en papel, digitalmente, en maqueta o por otros medios de representación) el diseño de una edificación antes de ser construida…”
Partiendo de esto dejamos claro que a lo que nos referimos, y nos referiremos en lo adelante, es al concepto de concurso de proyectos, conformados por la documentación en general que define un propuesta de diseño.
En el último número de la revista Arquitectura Coam, revista de arquitectura y urbanismo del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, el Decano de dicho organismo, Don José María Ezquiaga realizaba una apología bien ponderada de la positiva repercusión de los concursos en la vida profesional de los arquitectos, y en sentido general como beneficio para la sociedad.
Citamos al Dr. Ezquiaga: “En esta estrategialos concursos de arquitectura constituyen una herramienta prioritaria en cuanto visibilizan la promoción del talento y la multiplicación de oportunidades para desplegarlo…”En cuanto a estrategia se refiere a la que debe desarrollar el arquitecto, apoyado en su gremio, para promover y defender la cultura del diseño arquitectónico; y agregamos nosotros, una cultura de diseño al servicio de una sociedad.
El tema lo seguiremos desarrollando en futuras ocasiones, dado que para una sola entrega de arquitectura y energía se quedará corto… Pero a modo de reflexión sí queremos comenzar a esbozar algunas cuestiones a modo de preguntas…
¿Y si la planificación de la ciudad de Santo Domingo fuera objeto de una revisión general fruto de ideas emanadas de un megaconcurso de propuestas urbanas?
¿Y si los proyectos habitacionales de contingencia o definitivos, enclavados en las zonas vulnerables de nuestro país, que alguna vez han sido “planificados o conversados” fueran la consecuencia de un concurso de ideas?
¿Los concursos para las escuelas públicas son un buen ensayo para promover la cultura de libre acceso a los proyectos promovidos por la administración?
Y la última…¿Seguimos la semana que viene?