Haití, es el país más pobre de la región y uno de los más pobres del hemisferio. Esto influye en que cualquier fenómeno natural que ocurra va a provocar desastres inimaginables. Su condición de pobreza no les permite tener infraestructuras sólidas y antisísmicas.

Pero siempre que ocurre algún hecho fatal en el vecino país muchas personas lo atribuyen como un castigo divino por creer en el Vudú. Es como si hubiera una guerra de dioses enfrentados en donde el dios de una religión castiga a los que no creen en él acción justificada por el libro sagrado.

La manera en como la gente lo expresa es que “deben buscar de Dios” o “eso es porque creen en brujería” entre otras cosas. Ahora bien ¿tiene el Dios cristiano que ver con lo que crean otras personas en culturas diferentes? La respuesta es simplemente NO.

Creo que el pensar de muchos cristianos tiene su raíz en lo expresado por un pastor protestante de Estados Unidos llamado Pat Robison en el 2010. Cuando ocurrió el terremoto ese pastor dijo que el problema de Haití estaba en sus creencias por creer en brujería y en el vudú.

Evidentemente hay un sentido de ignorancia y desconocimiento del elemento religioso en Haití. Desde hace mucho el vudú dejó de ser la religión predominante en Haití y pasó a serlo el cristianismo que representa el 82% de la población y el Islam. Desde hace, aproximadamente diez años en Haití hay una creciente comunidad musulmana que incluso tienen hasta programas de televisión y ascienden a unos 5 mil.

Yo supongo que quienes envían al pueblo haitiano a buscar de Dios quizás entienden que un terremoto solamente afecta a quienes "no buscan de Dios". Pero el Dios de referencia es el cristiano pues lo que crean los musulmanes, judíos, budistas, etc., es pecado, brujería, y demás epítetos.

La naturaleza se rige por leyes propias por eso se habla de fenómenos naturales. Estos  afectan más a los pobres porque son quienes viven en las peores condiciones. La pobreza es el resultado de relaciones injustas y de injusticia distributiva de los sistemas políticos y económicos, Dios no tiene nada que ver con eso.

Basar en un castigo divino las desgracias de un país es una visión medieval que ya debería ser superada incluso por la religión.

Quizá como cristianos deberíamos profundizar mejor en la Biblia, sobre todo en 1 de Reyes 19, 11-13 donde se narra la historia de Elías en el monte Horeb.

El Señor le dijo:

“Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. ¡El Señor va a pasar!” vino un huracán tan violento que descuajaba los montes y resquebrajaba las rocas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto, salió afuera y se puso en pie a la entrada de la cueva.

Dios no está en los fenómenos naturales que crean muertes y estragos porque la naturaleza se rige por leyes propias. Si hemos de predicar un Dios que se la pasa husmeando en los que profesan otras creencias para enviarles castigos “divinos” que asesine a miles de personas entonces no hace falta que hablemos del infierno porque con un dios así el diablo no hace falta.