Esta frase la dijo una joven de 37 años contando su decepción con una pareja que le había mentido. Ella vive en Estados Unidos y estableció una relación con un joven dominicano al que conoció allá, pero que por razones de residencia el tuvo que regresar a República Dominicana. El noviazgo ya casi pasaba a boda cuando ella descubrió que el sigue casado en el país y conviviendo con su actual esposa.
Digo con mucha frecuencia que cuando escuchamos una historia de violencia ya las hemos escuchado todas pues suelen ser muy parecidas. Ella en una reunión familiar intentando recibir apoyo y amor, relata la misma historia y yo confirmo de nuevo mi hipótesis.
La narrativa es la siguiente: "Nos estamos divorciando; ella no me comprende; tu eres la mujer de mi vida". Cuando ella lo descubre pasa a la siguiente: "Cómo es posible que dudes de mi; estoy compartiendo con ella porque la psicóloga recomendó que era lo mejor para los niños; además de lo duro que es este proceso para mi, tú me acusas". Él le vende culpa, le miente e intenta responsabilizarla de lo que pasa.
Es muy difícil para una persona que ama, desligar sus sentimientos de la razón y entender que no le conviene una relación. Es el día a día en un consultorio de psicología, el trabajo del duelo por la pérdida de un amor que sigue estando allí, pero que hay que aceptar que deberá salir de la vida y continuar.
Es un tema que he abordado muchas veces, pero por lo que quise compartir este caso es por lo diferente de la respuesta de esta chica.
Ella lo cuenta con dolor y tristeza pero con suficiente claridad racional para no comprarle la culpa y creer más en ella que en él. Quiere hijos y por su edad entiende que no puede esperar mucho, pero no está dispuesta a seguir engañada. Está en el momento más difícil del duelo, reconoce que lo ama y que le hubiese gustado para que fuera el padre de sus hijos, pero no ha entrado en negación y lo puede ver claro.
Todas las mujeres de la familia intentan darle apoyo cada una con su idea acerca de la situación. Los hombres lucen confusos, parecen no entender o sencillamente no opinan. Al final ella con voz entrecortada e intentando expresar de una manera simbólica el proceso que esta viviendo dice "Lo que haré es, ir con mi cabeza donde él vive y recogeré mi corazón”.