Dos veces tuve oportunidad de conversar con el doctor Juan Isidro Jimenes Grullón. La primera en la librería Dominicana y la segunda en la clínica Gómez Patino. No recuerdo las fechas de ninguno de mis encuentros con el prominente intelectual y luchador anti-trujillista. Deduzco, por algunos detalles,  que el primero debió ser a comienzos de los 70 y el segundo a finales de esa década o comienzos de los 80. Jimenes Grullón nació en Santo Domingo el 17 de junio de 1903 y murió en la misma ciudad  el 10 de agosto de 1983.

Coincidí con el doctor Jimenes Grullón en la clínica Gómez Patiño una tarde en que ambos habíamos acudido a ese centro de salud a visitar personas que se hallaban internadas. Ya habrían transcurrido más de 10 años de nuestro primer encuentro y la conversación giró en torno a temas casuales. Para él yo seguía siendo un perfecto desconocido.

Más interesante resultó mi encuentro con el polémico escritor y político en la librería Dominicana,  donde me topé con él una mañana mientras ambos hojeábamos libros en la vetusta instalación de la calle Mercedes con 19 de Marzo fundada por Julio Desiderio Postigo Arias. Éramos, por cierto, los únicos clientes en el lugar.

Jimenes Grullón, uno de los fundadores del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en el exilio, se había declarado marxista en 1968 y desde entonces fue un crítico acerbo de las organizaciones de izquierda, a las que en conjunto denominó “falsa izquierda”.

Por eso, me imagino cuál habría sido la sorpresa de cualquiera de mis compañeros que me hubiera visto hablando con quien consideraban un enemigo jurado. A mí, que nunca fui sectario, tal cosa no me preocupaba para nada. Conversamos al tiempo que recorríamos los anaqueles, básicamente yo haciéndole preguntas. Él solamente sabía que yo era un estudiante universitario, más nada. Mi curiosidad me llevó a cuestionarlo sobre sus relaciones con el periodista Julio Cesar Martínez (La Vega, 14 de noviembre de 1915-Santo Domingo, 29 de marzo de 1976), otra figura destacada del exilio anti-trujillista. Específicamente le pregunté por qué Martínez lo atacaba tanto en su periódico Renovación. Lo único que me  contestó fue: “Sí, ese hombre no me saca el guante”.  Lo cierto es que esa gente del exilio trajo sus conflictos al regresar al país, cosas que aquí nunca se dilucidaron por completo. ¿Por qué eran enemigos Bosch y Jimenes Grullón, Bosch y Buenaventura Sánchez Féliz, Bosch y Ángel Miolán, etcétera?  ¡Quién sabe!

Eslamentable que la obra de Jimenes Grullón se halle prácticamente olvidada. Su libro “La República Dominicana: una ficción”tiene  una actualidad increíble, a más de 50 años de su primera edición. Sus artículos sobre la coyuntura política demuestran una perspicacia profunda.  Uno que publicó en el periódico El Sol con el título de Bosch, Guzmán, Majluta, responsabilidad histórica, desmadeja el papel decisivo que jugó Juan Bosch al colocar en la palestra pública de un día para otro a estas dos figuras que desempeñarían roles estelares en la historia nacional y que, a la muerte de Trujillo, eran totalmente anónimas, especialmente (Jacobo)  Majluta,a quien él (Bosch) nombró ministro de Finanzas con solo 28 años de edad. Tanto (Antonio) Guzmán como Majluta  serían acérrimos adversarios de Bosch luego de que este  líder abandonara el PRD y fundara el Partido de la Liberación Dominicana,  en 1974.