A pocos días del Hiroshima del TC, cuando achicharrados por una versión atómica del anti-haitianismo peledeísta corríamos de un email a otro, de un perfil a otro de facebook, buscando entre los sobrevientes caras conocidas y empáticas, much@s de nosotr@s encontramos un refugio inmediato en el muro de Sara Pérez y en las de este periódico. Este desastre constitucioanalizado, esta hecatombe neo-trujillista nos ha aglutinado en un espacio donde pensarse dominican@ es una forma de resistencia, una danza donde cada paso se transforma en la posibilidad redentora de identificarnos en la honorabilidad ajena.
A nuestra "anti-patriótica" coreografía se le califica atropelladamente con toda clase de insultos. Los agravios son recurrentes y predecibles, como si muchos Vinchos, Pelegrines y Manuel Núñeces se hubiera puesto de acuerdo para fusionarse en una entidad virilmente locuaz y sintomáticamente ajena a su propio sentido del ridículo. Tal vez sea por eso que lo hacen tan mal, porque la fusión los debilita. Deberían llevar ante la OEA a los auténticos. El ejemplo lo vimos claramente representado en el fallido performance Vincho-Pelegrín-Manuelnuñezco que ofreció nuestro flamante presidente de la Junta Central Electoral en su comparencia. Igualmente debo mencionar por conciencia de género el inmejorable papel de utilería coherentemente representado por Alejandra Liriano, Vice-ministra de Política Exterior de la SRE, sentada en la fila trasera. Estaba perfecta como clon de Consuelo Despradel: displicente y parlanchina frente a las demás intervenciones y atenta hasta la celebración de las de su equipo. Además creo que van al mismo salón porque tienen el pelo igualito. La doctora Liriano tiene títulos y credenciales académicas para regalar con lo cual queda demostrado que el síndrome de clonación de Consuelo nada tiene que ver con deficiencias en este sentido. Lo que tiene en mi un efecto balsámico porque justamente lo que más me desconcierta de estas nuevas clones es que son mujeres, como solemos decir, "muy preparadas". Ahora sabemos que "preparadas“ para defender lo indefendible, el genocidio civil.
Fraguada mi niñez y adolescencia en los Doce Años, es obvio que estoy también más que "preparada" para sobrevivir las campañas genocidas de VPMN (Vincho…etc.) pero debo confesar que a mi hoja de vida le faltan recursos para asimilar la proliferación insólita de Consuelos Despradels que he visto materializarse ante mis incrédulos ojos desde el fatídico 23 de septiembre para acá. Impresionante.
Parecería que en lugar de estar frente al mundo, nuestros representantes se confundieron y pensaron que estaban en el Estadio Quisqueya: Licey contra Escogido. Me "amparo" en la confianza que me da la falta de rigor de nuestros representantes para reseñar su risible, patética y lamentable presentación ante la OEA. Pero que conste que esta confianza es una forma elegante de decir: cuánto me alegro. Cuánto pero cuánto me alegro de que hayan quedado en el peor de los ridículos defendiendo su anti-haitianismo en función de su cacareada "soberanía" genocida e insultando a los presentes por no haber leído la sentencia para luego salir avergonzados por el inefable Guy Alexandre. Para concluir los tres puntos de su breve y contundente intervención como asesor del gobierno de Haití, y después de darle clases de historia dominicana a Roberto Rosario Márquez, el ex-embajador en nuestro país terminó corrigiéndolo sobre la cantidad de páginas que tiene la sentencia (según el presidente de la JCE tiene 90 páginas cuando en realidad son 150) y le aclara que la leyó completita y que sabía MUY bien lo que estaba dentro; además lo hizo igual que Lajara Burgos, "con los papeles en la mano". Vaya guante blanco. Vaya guante haitiano.
Ahora ya saben l@s correligionari@s de esta aberración legal o l@s que con su silencio ensordecedor se autoincriminan en el oprobio de esta ley de Apartheid del Siglo 21, cuáles son las caricaturas de dominicanidad unplugged con que se les va a asociar de ahora en adelante. Están debidamente categorizadas en un video de youtube, aleccionador y fulminante. Un consejo para las mujeres, eviten a toda costa ir al mismo salón de Consuelo. Y a los hombres, cuidado con abrir la boca frente a un intelectual haitiano, es muy probable que sepa mejor que ustedes cómo se sazona el perejil en la jurisprudencia dominicana.