El 20 de septiembre de 2017, un chiste con el que siempre finalizaba la explicación del tema de la responsabilidad de los servidores públicos a mis alumnos universitarios, se hizo realidad. Ese día presenté credenciales a Su Majestad Felipe VI como embajador de la República Dominicana.
Las coincidencias siempre son agradables. La decisión de designarme como embajador ante el Reino de España se produjo en Cartagena de Indias, donde el presidente dominicano Danilo Medina asistía a la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que por primera vez encabezaba el nuevo rey de España. En ese momento me encontraba también en Colombia. Fui citado al despacho del presidente para el lunes siguiente, donde recibí con alegría la información de que sería su próximo embajador en España.
Mis vivencias han sido estupendas, en gran parte debido a que mi antecesor Aníbal De Castro colocó las relaciones bilaterales en el más alto nivel, por lo que asumí como tarea central de mi gestión afianzar ese legado.
En estos años, he tenido la fortuna de que Su Majestad, la reina Letizia, así como el canciller español Alfonso Dastis, visitaran la Republica Dominicana en 2018; y que, en enero de 2019, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez hiciera una visita oficial a nuestro país. Asimismo, el canciller dominicano Miguel Vargas fue recibido en Madrid en almuerzo de trabajo, por el entonces canciller español Josep Borrell, en 2018; y, finalmente, que a finales de 2019, el presidente Danilo Medina fuera recibido, en audiencia privada, por Felipe VI en el Palacio Real de Madrid.
En el campo económico, el intercambio comercial entre nuestros países ha continuado incrementándose en el periodo 2017-2019. Se ha afianzado la seguridad jurídica de la inversión española en República Dominicana, sobre todo en el turismo, mediante los acuerdos sobre precios de transferencias; y nuestro país fue seleccionado como primer destino de los Foros América del diario ABC, en mayo de 2019.
Durante estos años, la promoción de la Republica Dominicana como destino de inversión ha sido constante en temas como las zonas francas de exportación, las energías renovables y, por supuesto, en el turismo, siendo el país socio de Fitur 2019. Igualmente, decenas de actividades han sido realizadas para promover la exportación de productos dominicanos de reconocida calidad internacional, como el tabaco, el ron y el cacao.
En el campo cultural, participamos en la Feria del Libro de Madrid 2018, y en el 2019 fuimos el país invitado, ocasión en que la Reina Letizia visitó nuestro pabellón. En estos años de embajador, la promoción del cine dominicano y las presentaciones de libros, conferencias y exposiciones han sido constantes, sirviendo para mostrar al pueblo español nuestra riqueza cultural, influída, en gran parte, por nuestras raíces hispanas, incluyendo las huellas sembradas por el exilio español que recibimos con brazos abiertos tras la cruenta guerra civil.
Un especial orgullo siento por haber promovido que la Republica Dominicana sea el primer país de América con el que España comparta el valioso patrimonio documental que reposa en sus archivos históricos, lo que ha permitido la digitalización, en curso, de más de tres siglos de historia inédita de nuestro pasado colonial, proyecto hecho posible por el apoyo del Banco Popular Dominicano.
Siento la satisfacción de llevar en mi corazón a nuestra extraordinaria comunidad dominicana en España. Nuestra diáspora es reconocida como ejemplo de calidad humana, caracterizada por la solidaridad, el amor profundo a su país de origen y acogida, y la vocación por el trabajo honrado en las distintas actividades del quehacer humano.
La tristeza también ha estado presente. Siempre llevaré en mi corazón, como padre y abuelo, el sentimiento de dolor causado por el asesinato del niño Gabriel Cruz a manos de una dominicana. En aquel difícil momento, mi esposa Virginia y yo nos trasladamos a Almería, para fundirnos en un abrazo sincero, junto a los padres de Gabriel, en un mar de lágrimas, expresando así los auténticos sentimientos de pesar, repudio e indignación de nuestro pueblo.
Esa tristeza también la hemos vivido en estos intensos meses de la terrible pandemia que nos azota, que ha cobrado tantas víctimas en nuestros países, arrancándonos el guía espiritual de nuestra comunidad en España, el sacerdote Daniel Guerra Sancho, así como a otros 27 dominicanos radicados aquí.
Tengo la seguridad de que España, esta nación por la que siento un profundo cariño y admiración, saldrá airosa de esta crisis. Tengo también la seguridad de que España, inspirada en la conducta integra y ejemplar de Su Majestad Felipe VI, símbolo de la unidad del Estado, renovará su fortaleza como una nación fuerte, unida y sin fisuras. ¡Viva España! ¡Viva la Republica Dominicana! ¡Viva por siempre la hermandad de nuestras naciones!