Dice un refrán que con candela y puya hasta el diablo suda (otros dicen hasta el diablo huye por un chiste distorsionado del refrán pero ese no es el caso) y me refiero a lo siguiente: la policía está cometiendo excesos que pueden azuzar la indignación de la sociedad.

Mientras se observa que por un lado que se permite la entrada de público a diferentes eventos o que personas celebren el triunfo de su equipo en frente de destacamentos policiales y no pasa nada, en el otro extremo apresan a una persona que sale a botar una basura en un área totalmente desolada donde la única persona que se observa es él y nadie más en frente de su casa, o que irrumpan en la vivienda de alguien si la autorización de un juez.

El Ministro de Interior y Policía dijo en un twit que la policía no podía penetrar en casa de nadie sin una autorización, pero a él no le luce ofrecer ese tipo de declaraciones por hacerse el simpático con la sociedad, porque su función es actuar en consecuencia no decirlo en Twitter.

Si seguimos como vamos con una sociedad harta de estar encerrada, sin producir dinero y además con las autoridades cometiendo este tipo de excesos injustos se puede generar una situación tal de indignación que provoque una situación en la que luego no se pueda controlar.

También es cierto que como sociedad nos ha faltado disciplina, personas tomando en lugares de diversión sin ningún distanciamiento ni mascarilla, organizan fiestas clandestinas o salen a violentar el toque de queda porque sí, nosotros no estamos libres de pecado. Pero si a eso sumamos los abusos policiales lo que puede suceder será complejo.

La policía debe tener más cuidado, las personas que se deben detener no lo hacen y a quienes no deben detener ingresan incluso a sus casas y así no puede ser. Cuando una sociedad dice basta hay que temerle y como van las cosas creo que eso no está muy lejos, ojalá estar equivocado.