Independientemente del grado de intensidad de un conflicto y de la propia naturaleza del mismo, las personas perciben las situaciones de riesgo en base las informaciones que son suministradas por la comunicación oficial, que siempre es política y en los medios es interpretada con diferentes matices.
A partir de ese momento, la mente de cada uno de nosotros comienza a procesar una serie de elementos que provocarán en nosotros las conjeturas y los juicios de valor que al final reflejaran el estado de ánimo de una sociedad, en cada situación de conflicto en particular.
Es importante que los/as "hacedores" de comunicación oficial piensen en el grado de implicación negativa que tiene para las personas, distanciar de manera significativa la información que sirven, con la realidad en los hechos que el ciudadano común vive día a día. Estos errores de comunicación, son cometidos con mucha frecuencia en nuestros países por la falta de formación en los gabinetes de comunicación pública y su alto nivel de compromiso (clientelar). Funcionan para agradar y no para comunicar.
El culto a la personalidad y la falta de capacidad para servir información apegada a la veracidad, son factores que a mediano plazo perjudican la imagen pública de cualquier Institución o Gobierno. No es lo mismo estar en campaña que gobernar, aunque muchos piensen que es así.
La comunicación política al servicio de la persona, no de la sociedad, hace que los problemas, si existen, sean sobredimensionados. Lo que en consecuencia traeré el descrédito y una situación de conflicto que pudo ser evitada.
Los esfuerzos que se realicen en materia de comunicación política deben de ir de la mano con las acciones, de nada sirve enviar un mensaje en un sentido, cuando las actuaciones van por otro. Hoy en día la sociedad vive atenta a cualquier intento por manipular la verdad, existe un gran segmento de la población que cada vez cuestiona con más agudeza y reacciona de una forma instantánea.
La mentira y la difamación en la comunicación política y en la "propaganda" han perdido la vigencia de hace 20 años, ya no es el tiempo que da la razón, la verdad es mostrada al instante, en tiempo real; dejando al manipulador sin capacidad de respuesta.
Un cambio de enfoques a la hora de servir comunicación oficial, puede ser una de las acciones que más aporten en la disminución de situaciones de crispación social y persistencia de conflictos. Por ejemplo: Parecería muy inteligente cuando un servidor público en una situación de crisis, toma medidas oportunas. El problema es que cuando las medidas, son asumidas como tardías por la mayoría, nacen muertas; falta la credibilidad y el conflicto persiste. En cambio, si se comunican las medidas con un reconocimiento sincero de la situación y con un amplio conocimiento de la realidad, la sociedad lo asume diferente, el conflicto disminuye, es como un bálsamo.
Al final, se debe de entender que la comunicación política no debe tener como estación de llegada el beneficio personal. El capital que conviene ganar será ese camino que recorras, donde las personas te irán creyendo, admirando y legitimando por una oportuna comunicación. Solo así usted podrá saber que habrá llegado y que los conflictos innecesarios y fuera de control no serán características propias de su gestión.