El filosofo griego  Zenón  de Elea, citado por Alvin Toffler, en su libro  El Cambio  del Poder,  apuntaba que si un viajero recorre cada día la mitad  de la distancia que le separa de su  destino, jamás  llegara a  este, puesto que siempre le quedara  una mitad por recorrer, de la misma manera, nunca llegaremos a alcanzar  el conocimiento pleno   de nada, pero si que podemos acercarnos un paso más, a la cabal comprensión   de cualquier  fenómeno. El conocimiento, al menos en principio, es infinitamente ampliable.

Es lo que ocurre  con el conocimiento de nuestra sociedad y sobre todo, con la sociedad política. No alcanzamos  a comprender que la democracia, en  tanto que proceso, es  de continua  y permanente  construcción, en esa construcción, los actores cambian, otros sufren mutaciones y en un  instante, se crean  nuevas coyunturas,  que niegan  en la superficie todo el interregno  anterior.

En nuestra sociedad,   se está  dando, un espacio más rico y por  ello mas contradictorio, que  esta pautando y propiciando un ambiente mas contestario, y, en consecuencia,  un pensamiento  de procesos de continuidad y al mismo tiempo procesos de ruptura. Hay por decirlo así, un ritmo  de  péndulo  que busca  demarcar la cultura política de la  adhesión, por el nuevo paradigma   de la cohesión; de la construcción  del consenso y del espacio   de la tolerancia, a  través de la negociación, que permita  a los distintos   actores , no liquidar al adversario, sino, en  ultima instancia  cristalizar la necesaria cohabitación, en el seno  del propio partido, y en el seno de la sociedad.

La cultura política de la sociedad dominicana, se ha empotrado en su base, en la articulación de destruir a los demás; en no tomar  en cuenta al adversario interno y externo; sino  que creen y han "legalizado" con el tiempo, que tener fuerza y poder, es desarticular a todo  aquel que no  es incondicional  a su proyecto, o,  que  trille  un camino  diferente.

Necesitamos, pues,  una lupa  diferente para entender los juegos  de  poder que se vienen anidando en el último año en nuestra sociedad y  como  esta,  a través de sus diferentes actores estratégicos,  articulan   respuestas  diferentes, en función  de cada escenario.

Esos lentes nuevos, que ameritamos nos exigen no  ser reduccionista en el análisis ni  bloquearnos en el mismo. Tenemos   que asumir  el contexto, sin añoranza  melancólica del pasado ni mezcla subjetiva pesimista de la perspectiva del  futuro.

La dinámica   de los procesos sociales, políticos y económicos que se encuentran incubados  en una sociedad, trascienden  el ritmo de una persona, más allá  del liderazgo posible   de la misma. La sociedad  de las redes, hoy,  es mucho más compleja, más diversa, más plural; donde impera    una comunicación  multimodal, que está cambiando  las relaciones en nuestra sociedad y en el mundo. El conocimiento, la información y la   comunicación  se constituyen hoy en piezas clave   de la riqueza  y el poder.

Es,  en esa perspectiva  de análisis  que tenemos que comprender  la cortina  de humo  de la Candidatura   de la Doctora Margarita Cedeño  de Fernández.

"Nunca  debemos dudar  de que un grupo pequeño  de ciudadanos, considerados y   comprometidos pueda cambiar el mundo, incluso es la única cosa que pueden hacer"
(Antropóloga Margaret Mead).

Más allá   de los derechos que le asisten a la Señora Cedeño, su candidatura ha  de ser vista en la perspectiva de la lucha de poder a lo interior  del Partido de la Liberación Dominicana. Asumir  que la candidatura  de la Doctora Cedeño es una prolongación  de la reelección, o, un cambio   de sexo, es entrar a un debate sin rigor. Un  debate cuyo  valor analítico no encierra la perspectiva de  la sociología política. Es y  seria    un debate  de tanta carga  de subjetividad, que  se quedaría  en un cuaderno  sin palabras.

Margarita Cedeño  de Fernández, es la respuesta  al interior del PLD, de las 2, 200,000 firmas; es el endoso del discurso  del Presidente, el 27 de Marzo para negociar con el Precandidato Danilo Medina. Es la asunción  del Presidente Fernández, de que su hegemonía  a lo  interno  del partido, no era y es, una carta sin tropiezos en los estamentos  mas jerarquizados  del mismo.

Ella es, su cortina  de humo más  fuerte, para lograr  mas cuota  de poder, en un posible gobierno  del PLD. Ella, pues, no significa una reelección con cambio  de sexo ni  un  mero continuismo. Continuismo  y alternancia, son dos conceptos diferentes, a pesar  de que en los análisis que se hacen  en nuestro país, se usan  como sinónimos, de manera, indistinta.

En un país, puede haber elecciones presidenciales, ganar un partido diferente y  seguir el continuismo. Puede ganar   otro candidato del mismo partido y haber continuismo y no haberlo. El continuismo    tiene que ver con la falta de cambio; de innovación, de transformación   en los sistemas políticos y  los cambios   de modelos económicos  y sociales   en una sociedad. En nuestro país, desde el 1978, tenemos el mismo continuismo  político y desde los años 86, el mismo continuismo del modelo  económico.

La Doctora  Margarita  Cedeño de Fernández, conjuntamente con el Doctor Rafael Alburquerque, significan  las dos cartas mas expeditas, de los distintos globos de ensayos, del poder  del Presidente Fernández, para no permitir   un avasallamiento del grupo  de Danilo Medina en las   diferentes instancias  del poder en los próximos meses y años venideros: Así se inscribe, también, la prolongación del mandato  por  5 años  de la jerarquía  partidaria. Son los escenarios    del poder  que están   en juego al interior del PLD, que repercuten sus efectos  en el quehacer publico  de la sociedad, por la debilidad  de nuestra cultura política, o, por una incultura política, que drena costosamente, la democracia  dominicana.

¡La  comprensión  de la partitura, en el escenario  electoral partidario del PLD, con la candidatura  de la Doctora Cedeño de Fernández, es la cortina  de  humo final,  de un juego   de poder, que  terminara  en una  negociación  entre Leonel y Danilo, en los próximos días!.