En los últimos días se ha desatado una controversia en relación a las compras por internet.  Una parte del comercio ha destacado que la baja en sus negocios se debe en gran parte a la “competencia desleal” que les  hace el  Estado Dominicano al permitir que las compras a través de courriers con un valor de menos de US$200 no paguen los aranceles correspondientes.

Los empresarios y algunos articulistas expresaron incluso que se realizaban compras de este tipo por valor de unos cinco mil millones de dólares al año.  Esta cifra tan alta, desde luego llamó nuestra atención,  y decidimos realizar una investigación al respecto, por medio de la dirección técnica del Consejo Regional de Desarrollo (CRD).

En nuestras investigaciones, pudimos constatar que tal como suponíamos, la cifra era una gran exageración y las compras de menos de US$200 (exentas de aranceles) apenas alcanzaba un monto de unos US$189 millones de dólares que resultaba menor del 0.01% de las importaciones anuales dominicanas.

Además, en la referida investigación, al indagar  los motivos que a  hombres y mujeres de diversas profesiones u oficios  les llevaban  a comprar algo por Internet,  se dieron las respuestas siguientes:

1) Encontraron fácilmente el artículo que buscaban

2) Precios accesibles, incluyendo el costo de transporte y los impuestos que le pagaban al Estado Dominicano (En algunos casos incluían aranceles)

3) Diversidad en las mercancías

4) Comodidad y facilidad al hacer la operación

5) Rapidez en la entrega de la mercancía

Aunque también la referida investigación arrojó que  no todo es color de rosa en la compra por internet, en razón de que el sistema posee inconvenientes que deben de tomarse en cuenta, resultando entre ellos:

1) Los artículos no deben pesar mucho, ya que una libra cuesta alrededor de RD$200 traerla y muchos courriers tienen una libra como medida mínima

2) Sí el artículo adquirido no le sirve, devolverlo les cuesta más

3) Existe en consecuencia una gran problemática con la garantía, que aunque existe y le responden, el enviar el artículo al punto de origen tiene un valor muy grande.

Pensamos en el CRD que la fiebre no se encuentra en las sábanas, y por tanto, el mal no está en la compras que se realizan por Internet, sino en un comercio e industria  local que requieren de grandes innovaciones y transformaciones, y que a su vez, pongan sus artículos en línea y  logren bajar los  precios dentro de los esquemas que les exigen  el comercio mundial  en nuestro  mundo actual.

Además de lo indicado,  para lograr a toda plenitud dichos objetivos, corresponde a nuestra clase comercial y empresarial  procurar iniciativas tendentes a encarar los altos costos que pagan por el suministro de energía eléctrica e impuestos estatales e impulsar las correcciones de las  distorsiones económicas  que generan  en la producción y el comercio la falta de las urgentes reformas y  cambio de mentalidad que ameritamos, para enrumbar el país hacia un desarrollo tecnológico, biotecnológico,  industrial y comercial  sustentable.

En esos puntos debería preocuparse el comercio tradicional de La República Dominicana, y no en las pequeñas compras ocasionales que realizan los dominicanos y dominicanas por Internet,  como una forma de defenderse de los altos precios que deben de pagar en el país.