En materia de economía y negocios Cuba sigue siendo un país de primer orden para la colocación de los bienes dominicanos de bajo nivel de producción y desarrollo tecnológico. Los denominados productos "commodities" tendrán por ahora una gran aceptación en esa sociedad, atada aún a determinados esquemas primitivos de consumo.
El gran reto para nuestro sector productivo, tanto gubernamental como privado, sigue siendo su adecuación a los esquemas y los estándares de calidad que exige el mercado global. Principalmente los países desarrollados, cuya cultura consumidora se ubica en el consumo de productos orgánicos y de precio justo.
Cuba sí. Hay que hacer provecho de esas oportunidades que nos presenta la hermana República, pero sin perder de vista el objetivo final que será siempre el mercado global. Son muchos los factores que provocan que los países desarrollados se encuentren en la posición de vanguardia que disfrutan hoy, ejemplos Corea y Taiwán para solo mencionar dos. Uno de estos factores es la cultura del I&D que estos promueven permanentemente dentro y fuera de sus fronteras.
Como hemos afirmado en ocasiones anteriores nuestro país, apartado de esa cultura ha mantenido un posicionamiento tercermundista, dejando claro que competir con “commodities” es una gestión obsoleta ya que reduce el nivel de competitividad de los actores comerciales en el mercado global.
Una gestión esperanzadora, no obstante, es la que han iniciado el nuevo director del Consejo Nacional de Competitividad Rafael Paz y David Fernández Presidente de la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana (Amchamdr), orientada a establecer una alianza público-privada con el tema de la competitividad como eje central y uno de los pilares de progreso socioeconómico.
La adecuación de nuestra plataforma productiva a las exigencias del mercado global sigue siendo una necesidad prioritaria a la cual debemos dar cumplimiento.