El Informe Global de Competitividad 2013-2014 del Banco Mundial dado a conocer recientemente, coloca nueva vez a nuestro país en una preocupante posición de retaguardia y de estancamiento en su desarrollo, analizado los factores más problemáticos para hacer negocios en nuestra nación.

Son múltiples los factores que han intervenido impidiendo que República Dominicana mejore su posicionamiento y logre una mejor ubicación en este índice de competitividad. Entre esos factores se señala la falta de capacitación de la fuerza laboral un “Talón de Aquiles” de nuestro desempeño, principalmente en el sector servicios.

En el caso especifico de las grandes superficies comerciales como en las de mediano y pequeño comercio, la pregunta “se cae de la mata”.  ¿Por qué los empleados de esos establecimientos actúan como si estuvieran haciendo un favor al cliente y no lo asumen como la responsabilidad que se les asigna de dejarlo satisfecho y asegurar de ese modo su retorno a ese centro de negocios?

Muchos entendidos en la materia aseguran que este comportamiento podría deberse a los bajos salarios y a la escasa preparación que estos servidores reciben. Ambas razones se complementan creando una sinergia perjudicial para los intereses de las inversiones que realizan, tanto extranjeros como criollos en nuestro país.

La experiencia vivida en uno de estos establecimientos de servicio, deja ver claramente la falta de capacitación y de orientación que adolece la mayoría de estos servidores. Sentado con un amigo por un largo rato a la espera de ser servidos, se aparece una joven de físico agraciado, pero con una cara adusta y con reflejos de un profundo disgusto personal.

Ante el consejo y la observación nuestra de que debería dejar esa cara y los problemas personales que la provocan una vez entre al local a trabajar y dar servicio a los clientes, nos manifestó que, “esa es mi cara y no puedo deshacerme de ella”, a pesar de que su agradable y sorprendente sonrisa de respuesta desmintió lo que anteriormente nos había asegurado.

Los niveles de competitividad que exigen los inversionistas, sean estos locales o internacionales, en cuanto a la capacitación de la fuerza laboral, se sustenta en su debida preparación y disposición de servir de manera eficiente y efectiva, tanto al público externo como interno del negocio.

Es una lástima, sin embargo, observar la gran cantidad de publicidad que se dedica en atraer a los clientes a los negocios y la poca atención que la mayoría de los dirigentes empresariales dominicanos prestan a este vital componente para hacer viable y rentable una gestione exitosa de negocios.

Esa poca atención conduce a que recurrentemente aparezca este renglón en el Informe de Competitividad como uno de los componentes a mejorar para que la Republica Dominicana pueda superar su ya traumática y vergonzosa posición 104 de 144 en el referido reporte global.